Paso al ciclón albiazul (3-0)
Recreativo - Barcelona B · la crónica
El Decano golea al filial azulgrana y se coloca en la primera posición de la tabla. Los onubenses firman un encuentro sensacional.
Paso al líder, a un equipo disciplinado, implicado y solidario. Tiene la calidad suficiente como para resolver los partidos y la solidez necesaria para acumular encuentros con su puerta a cero. Posee dominio del balón cuando las circunstancias lo exigen, pero está igualmente dotado para el trabajo y el orden cuando toca. Este Recreativo tiene hechuras y empaque. Es sólido. Está en la fase inicial de la Liga, pero ya apunta claro hacia dónde mira y, al menos durante unas horas, lo tiene que hacer por el retrovisor para ver al resto.
Contra el toque y el control del balón, velocidad y verticalidad. Más de una vez lo habrá sufrido el Recre en sus carnes. Ayer fue la doctrina que imprimió al choque ante el modelo en el que se refleja. El Barcelona B tuvo la posesión, más no el control del duelo. Éste fue albiazul de inicio. Los recreativistas lo tuvieron muy claro. Ir al intercambio de golpes era un riesgo excesivo frente a un torrente de fútbol y creatividad como el filial culé. Optó por una versión dinámica. Presionó, le imprimió la intensidad necesaria a su juego y de las revoluciones surgieron las primeras oportunidades.
Fue Masip quien antes tuvo que emplearse. El catalán respiró tranquilo a los seis minutos. El disparo de Arana salió desviado por poco. Más complicaciones le creó Fernando Vega dos minutos después. El sevillano cruzó con potencia un pase de Jonathan Valle en el ocho. El cancerbero azulgrana tocó lo justo para abortar la acción.
Fue un cuarto de hora inicial trepidante. Los albiazules no levantaron el pie y siguieron insistiendo en el marco de Masip sin fortuna.
Eusebio logró tapar las vías de agua. Los barcelonistas se despojaron del dominio recreativista. Se asomaron a la meta de Cabrero. El control se equilibró. Pero aún así fue Álvaro Antón quien la tuvo de nuevo a los 24 minutos. Un pase de Linares lo definió mal el burgalés. Optó por la potencia y no la colocación. El sacrificio de los onubenses fue notable. Hombres menos habituados al desgaste físico como Jonathan Valle se sumaron con generosidad al esfuerzo colectivo. Era el día de la suma. El cántabro probó fortuna de nuevo a la media hora arrancando desde la derecha. El Barcelona B respondió con tímidos coletazos sin demasiado precisión.
Salió vivo el filial de la primera parte. Fue su mejor conclusión y la peor noticia para los recreativistas. Merecieron mucho más. Por empuje e intensidad debieron adelantarse. Crearon las ocasiones suficientes. Les faltó algo más de fortuna en los metros finales y de profundidad para batir a Masip. Al menos demostraron conocer el camino.
Sergi tuvo que hacer el primer cambio por obligación. Morcillo vio pronto la amarilla y rozó la segunda poco antes del ecuador. Ruymán ocupó su posición en el campo.
No modificó mucho la situación en el campo. Los recreativistas siguieron por la vía abierta. Jonathan Valle a pase de Linares tuvo la primera en el 48. El paso por la caseta no había alterado nada. Repitió intento el cántabro poco después. Suyo tenía que ser. Tuvo tanta fe como calidad su remate. Jonathan Valle demostró sus condiciones y su implicación en el choque al rescatar un balón en el que la mayoría ya no creía. Llegó para colocarlo de forma acrobática en la meta del impasible Masip en el 55.
El tanto trasladó al electrónico lo que hacía muchos minutos que era una realidad sobre el césped. El mejor iba de azul y blanco. Dominador de la situación y creador de las oportunidades más claras, el Recre debió adelantarse antes. El gol de Valle sólo retrasó la justicia en el duelo. Arana rozó el segundo a la hora de partido. Un duro disparo del sevillano lo detuvo en dos tiempos con problemas e incertidumbre el meta azulgrana. Linares estuvo presto al quite que no llegó. El campo parecía cuesta abajo. El balón sólo iba en una dirección, la del área catalana. Iba a llegar. Era cuestión de tiempo. Un córner, una acción ensayada y un zapatazo de un futbolista de Primera División como Montoro hizo el resto.
El Recre vivió veinte minutos de fiesta. Con el encuentro en el bolsillo se dedicó un homenaje necesario con la grada. Jonathan Valle se retiró del campo aclamado por un público entregado. Huelva necesitaba un inicio de campeonato así. Verse de nuevo donde le corresponde. Vibrar con su equipo, ilusionarse con volver y mirar al resto por el retrovisor. Y no se olvidó del fútbol. Tiene hambre. Quiere más. El 2-0 no era suficiente. Su ambición le hizo no levantar el pie del acelerador. Buscó el tercero y lo encontró con Linares en el 79.
Fue un ciclón. El Barcelona B se entregó. Era inútil la resistencia. Casi tuvo que dar gracias porque el marcador no fuese más abultado. El Decano ayer le devolvió la sonrisa al recreativismo.
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