Siguiente, por favor (3-1)

Pasó el Mallorca. Otro más. Se pierde la cuenta. El Nuevo Colombino vibró, saltó y disfrutó. Se emocionó con su equipo. Sus inquilinos se marcharon a casa felices, con una sonrisa de oreja a oreja. Vieron al líder más líder. Hasta mayo queda un mundo. Apenas van once jornadas y no hay quien le tosa al Recre. Era esperado con interés el enfrentamiento contra el Mallorca. Una piedra durísima de toque para calibrar el potencial real de este Decano. Si quedaba alguna duda, ayer quedó despejada. Oltra sucumbió a la evidencia. Su equipo hizo un buen partido. El Mallorca fue un dignísimo rival que en la mayor parte de los campos de la categoría habría puntuado con lo expuesto en Huelva. Claro que en todos los campos no habita el mejor. El nivel competitivo recreativista y la confianza ciega en lo que hace dotan a los albiazules de un plus sobre los demás. Técnicamente demostró ser mejor que el Mallorca. Puede que los baleares posean más recursos o experiencia, pero sobre el tapete onubense quedó claro que la calidad individual de hombres como Linares, Antón o Arana no abunda en muchos otros conjuntos. A esto se unió el compromiso permanente de un bloque en el que los cambios no se notan. El que entra mejora al que sale. Hasta cinco variaciones hubo en el Recre con respecto al grandísimo equipo que igualó al Lugo. Lo que en cualquier otro momento habría supuesto una alteración hoy es un estímulo para crecer semana a semana.

Fue la victoria más exigente. Ninguna anterior resultó fácil, pero el Mallorca obligó al Recre a ser mejor. Permitió con ello presenciar un choque intenso y con ritmo. Tal vez, no abundasen las acciones de gol y las llegadas constantes. Ambos contendientes se emplearon a fondo en una batalla preciosa. En ella salió victorioso el Decano. Fue mejor en todos los aspectos y al final sumó tres puntos que lo afianzan aún más en su idílica clasificación. De principio a fin. El duelo casi lo abrió Linares en el minuto 16 con una definición de lujo a pase de Fernando Vega tras un buen movimiento de Joselu. Lo cerró Arana con el tiempo cumplido en su cita semanal con la portería contraria. Entre uno y otro, una lucha a brazo partido contra un oponente que realzó la victoria con su exigencia. El tanto recreativista rompió el equilibrio inicial y trastocó sobremanera a los baleares. Los de Oltra llegaron con un plan claro. No querían asumir más riesgos de los imprescindibles, ser serios atrás y prácticos arriba. Contra este Recre otro planteamiento más alegre ya se ha demostrado que es sinónimo de suicidio. Pero tuvo una carencia el planteamiento de Oltra. Con el empate en el marcador siempre se demostró ser válido. Cuando se vio con el resultado en contra hizo aguas por la inexistencia de una alternativa.

El gol de Linares acentuó este detalle. Asentó a los albiazules, que dominaron con mayor amplitud, y noqueó a los bermellones. Preparados para devolver los golpes del líder, no encontró la fórmula para armas los propios. Fueron diez minutos de superioridad recreativista. Aki devolvió el equilibrio al juego en el minuto 26. Un lanzamiento desde fuera del área obligó a Cabrero a emplearse a fondo. Del córner consecuente llegó el empate. Los defensores albiazules abortaron a la primera, aunque no cerraron bien el despeje y en el segundo intento Gerard Moreno cabeceó a la escuadra. Este Recre se viene arriba cuando lo pican. Como los buenos toros. Tras la igualada se revolvió hacia la meta contraria. Joselu la tuvo a los dos minutos y la mandó alta. Geromel sacó poco después bajo palos un remate de Linares. Álvaro Antón lanzó rozando el larguero...

Los recreativistas protagonizaron un verdadero acoso desde el punto de penalti. Embotellado en su área, el Mallorca respiró aliviado cuando el colegiado señaló el destino del vestuario.

El ecuador sólo cambió de fondo el escenario. Del norte al sur. Comenzó como terminó. Un córner tras otro, el Mallorca sufriendo y el gol flotando sobre el Nuevo Colombino. La banda de Arana fue un torrente de fútbol. Con Joselu y Linares en el campo, el Decano se volcó sobre la derecha y ganó en espacios y movimientos en el centro. El Mallorca sufrió muchísimo a balón parado. El Recre le remató prácticamente todos los córners y acciones laterales. Encontró facilidad para definir las jugadas. Era cuestión de tiempo.

Linares firmó el segundo en el minuto 58. Su conexión con Álvaro Antón es letal para los rivales. Un saque largo al segundo palo, Miño que no puede hacer nada y la cabeza del aragonés. Otro tanto más a balón parado. Más puntos desde la pizarra de Sergi Barjuan. Con media hora por delante el Mallorca demostró una vez las limitaciones de su plan. Le valió con las tablas y le permitió defenderse con orden. Exigió un extra al Recre. Hizo que los albiazules sacasen lo mejor de sí mismo. Y hasta ahí le alcanzó.

Cuando le correspondió dar un paso al frente para buscar de nuevo la meta de Cabrero no encontró ni las fuerzas ni los argumentos. Controló con relativa comodidad el choque el conjunto onubense. Sergi Barjuan asistió con cierta tranquilidad al tramo final del duelo. No se podían escapar los tres puntos. La fiesta se inició en los minutos finales. Anticipándose al pitido del colegiado comenzó a botar el Nuevo Colombino. El recreativismo se dio otro baño de autoestima disfrutando con el despliegue de los suyos. Contagiado por la grada, el equipo decidió brindarle una guinda de ensueño. Arana aún no había marcado. Cosa rara esta campaña. El sevillano recibió un balón con el tiempo cumplido. Sin fuerzas para desbordar optó por definir con una clase de Primera. Se deshizo de su defensor, levantó la cabeza y la puso donde quiso: en la escuadra. Y se vino abajo el estadio. Diez partidos seguidos sin perder. Una cifra al alcance de muy pocos que define lo que está ofreciendo este Recre. Cayó el Mallorca. Otra víctima más en la lista del Decano. Que pase el siguiente, por favor.