Alexia Putellas declara en el juicio contra Luis Rubiales: "Jenni estaba muy agobiada, nos decía que no la dejaban"
La futbolista ha declarado como testigo por videoconferencia desde Barcelona en la cuarta jornada del juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional
La futbolista Alexia Putellas ha asegurado que cuando volvían a España de ganar el Mundial vio a Jennifer Hermoso "muy agobiada" e incluso llorando porque no "la dejaban en paz" para que quitara importancia al beso de Luis Rubiales, y que en Ibiza también lloró varias veces y le llegó a decir: "No sé qué hago aquí".
La internacional ha declarado como testigo por videoconferencia desde Barcelona en esta cuarta jornada del juicio que se está celebrando en la Audiencia Nacional contra el expresidente de la RFEF por un delito de agresión sexual y contra tres de sus colaboradores por coacciones a Hermoso.
A preguntas de la fiscal Marta Durántez, ha relatado que ella no vio el momento del beso en la boca que le dio Rubiales a su compañera, pero que poco después la propia Jenni Hermoso le comentó: "Tía, me acaba de dar un beso Rubiales", a lo que Putellas, en plena "euforia", no le dio importancia y le dijo: "Anda, calla".
Sin embargo en ese instante, ha recordado, ya "su cara era un poco rara", aunque no volvió a hablar con ella del tema hasta que en el autobús sus compañeras empezaron a hacer cánticos sobre el beso y su compañera Irene Paredes les pide que no hagan bromas porque ha sido "grave", a lo que ella le responde que no pasaba nada.
Hasta ese momento, según ha explicado, Putellas pensaba que se había tratado de un beso "fortuito" y que habían "encajado" sus labios de forma casual al darse dos besos.
Jenni le insistió entonces que se trataba de algo "muy fuerte", "¿no lo has visto?", le espetó, y le enseñó el vídeo del beso a la vez que le decía: "No sé cómo se le ha pasado por la cabeza lo de darme un beso. Me ha agarrado la cara y me ha dado un beso, ¿cómo se le ocurre hacer eso?".
En ese trayecto al aeropuerto, también observó que en un momento dado le hicieron bajar del autobús aunque no supo quién se lo dijo y ya en la terminal del aeropuerto apreció que estaba "muy agobiada, que no la dejaban, que no paraban", en alusión a las presiones a las que ya la estaban sometiendo para que públicamente quitara importancia a lo ocurrido.
En ese momento, ha explicado, a diferencia del autobús donde aún estaba "alucinando" por lo sucedido, en la terminal ya "estaba enfadada, agotada", pero Putellas y sus compañeras le insistieron en que se olvidara de eso y que disfrutara del triunfo, que lo celebrara, pero "ella ya no estaba". "La última vez que llora de agotamiento", ha proseguido, fue en el avión, cuando Rubiales le pide a Hermoso hablar.
Al volver, ha proseguido Putellas, les explica a sus compañeras que Rubiales no paraba de relatarle los hechos "como si ella no lo hubiera vivido en primera persona" y que quería que explicase que había consentimiento, a lo que Hermoso le respondió que no hacía falta que le relataran los hechos, que lo había vivido y que la dejaran en paz.
Putellas ha relatado también que el ambiente en el avión era "un poco extraño", que no era de celebración del mundial, que vio muchas reuniones donde estaba el presidente y que llegó a escuchar cosas como "esto mañana se filtra a la prensa" o movimientos "de agarrarse sus partes", en alusión a lo que había ocurrido con Rubiales en el palco con la reina y la infanta Sofía.
Tras nombrar la testigo a las personas que estaban con el presidente en el avión, entre ellos el exseleccionador femenino Jorge Vilda, uno de los acusados, la fiscal le ha preguntado si también estaba el seleccionador masculino, Luis de la Fuente, cuyo testimonio en el juicio fue cuestionado por Durántez.
"Diría que no", ha respondido la futbolista, momento en el que ha intervenido el juez de lo Penal José Manuel Fernández-Prieto, que juzga estos hechos, para advertirle que ya había señalado "hasta la saciedad que en este acto "no estamos haciendo una instrucción, no estamos investigando". "Estamos probando hechos, no estamos acusando a gente que no está".
Tras esta interrupción, Putellas ha seguido con su testimonio que se ha situado ya en el viaje a Ibiza con el que la federación obsequió a las jugadoras.
Ha señalado que ahí Hermoso seguía agobiada y aunque sus compañeras intentaron que estuviera alegre, en un momento dado ella le dijo: "No sé qué hago aquí", a lo que Putellas para calmarla le respondió: "Celebrar que somos campeonas del mundo".
Pese a ello, ella se puso a llorar y decía que no podía más, y ya en el pasacalles que le hicieron en Ibiza a las juzgadoras la volvió a ver llorar e "incluso se puso las gafas de sol".
Respecto a si le sorprendió que tras lo ocurrido no la convocaran, Putellas ha afirmado que no le pareció del todo correcto, y que, aunque la seleccionadora Montse Tomé dijo que era para protegerla del acoso mediático, "era algo que ella no había provocado. Privarla de hacer su trabajo era algo injusto", ha lamentado.
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