La falta de apoyos lleva a De la Corte a presentar su dimisión
Se marcha junto al consejero Vicente Quiles porque "no podemos aportar nada y no queremos ser un obstáculo en la venta". Eludió pronunciarse sobre los nuevos consejeros, aunque "la convivencia es difícil".
Sin apoyos no hay estabilidad. José Miguel de la Corte puso ayer final a once meses de presidencia del Recreativo de Huelva. El dirigente acabó así con la espiral en la que llevaba inmerso desde la mitad de su mandato. Se va por su propio pie, aunque cuando requirió una mano a la que agarrarse para seguir en el cargo no encontró quien se la tendiese. De la Corte perdió en las últimas semanas la confianza del propietario del club, nunca tuvo la de los consejeros del inversor uruguayo que aspira a comprar la entidad y sus compañeros de consejo lo abandonaron en el camino hasta dejarlo en minoría. Ya anteriormente los administradores concursales habían debilitado su posición al desautorizarlo de forma interna. Una posición indefendible a la que se aferró sin otro destino que el firmado ayer a mediodía: la dimisión.
Esa soledad del presidente, bien conocida por los políticos, quedó perfectamente escenificada en su adiós. El ex dirigente estuvo acompañado por Vicente Quiles, quien se marchó con él, y un familiar. No hubo representación del accionista mayoritario ni de los consejeros que seguirán adelante con las riendas de la entidad, aunque sí de los empleados.
Tras despedirse de la plantilla y del cuerpo técnico, De la Corte reconoció "el honor" que había supuesto presidir el Decano durante este tiempo. Agradeció "a todo el personal su ayuda" porque "cuando llegamos no sabíamos ni encender la luz". El ex mandatario optó por un tono conciliador en su última rueda de prensa, aunque dejó algunas perlas. Pidió "perdón por los errores que hayamos podido cometer", argumentó que fueron "por nuestra torpeza o bisoñez como decís". Por esta razón, "si herimos a alguien no quisimos hacerlo". En un primer balance de su mandato se quedó "con muchas más cosas positivas" que negativas porque "me llevo satisfacciones inmensas". Por ello "no me arrepiento para nada de haber dado el paso". Además, recalcó que "hemos hecho nuestra labor".
De la Corte argumentó su salida en el escaso valor que tiene su presencia en el club actualmente porque "no podemos aportar nada nuevo y tampoco queremos ser un obstáculo" para la venta, pues la entidad está en "preventa". No obstante, confesó que su ilusión era "haber mantenido la palabra al alcalde" de seguir hasta el final del proceso. Para ello consideró que habría sido necesario sustituir a los dos primeros consejeros que dimitieron (Fidel Astudillo y Enrique Figueroa), porque "cuando se fueron los otros dos (Ramón Bermejo y Antonio Molina) esperé que volviera Vicente Quiles de sus vacaciones y tomamos la decisión".
Ex presidente y ex consejero se reunieron ayer por la mañana con el alcalde de la ciudad, Pedro Rodríguez, a quien expusieron sus razones y de quien obtuvieron "su comprensión".
Finalizada la era De la Corte se abre un nuevo capítulo en la historia recreativista. El club queda realmente en manos de cuatro consejeros y un secretario afines al empresario uruguayo Víctor Hugo Mesa, principal candidato a adquirir las acciones de Huelva Deporte cuando salgan a la venta ya que es el único que públicamente ha dado el paso adelante. Están nombrados formalmente por la empresa municipal propietaria de las acciones, aunque para el ex presidente "tienen unos objetivos y unos criterios diferentes a los nuestros, los del inversor, y así es difícil la convivencia". En una de las perlas de su intervención aseguró que los nuevos consejeros "van a defender los intereses del inversor como es normal". Eso sí, el ex dirigente aclaró que el Recreativo "todavía no está vendido" ya que lo preguntó "en la reunión de esta mañana, me dijeron que no y no tengo porqué dudarlo".
En su marcha, Antonio Molina afirmó claramente que no estaba a gusto y que su problema no eran los recién llegados. De la Corte aseguró que "había muy buena sintonía entre todos nosotros" y sobre las diferencias en los consejos de administración afirmó que "todas las decisiones se tomaron siempre por unanimidad hasta el último día", aunque dejó abierta la puerta a la duda porque "lo que pasa dentro se queda dentro, como en los campos de fútbol". Molina en su adiós dejó claro que el club quedaba en buenas manos. Una afirmación que no hizo suya De la Corte, para quien resulta "difícil ser sincero sin herir" porque "si queda en buenas o malas manos porque los ha elegido Huelva Deporte y Huelva Deporte lo sabrá. Allí sólo podíamos hacer el ridículo y poner la espalda para que nos pegaran. Somos torpes, malos o lo que sea, pero masoquistas no".
Tampoco se olvidó de sus predecesores en el cargo. Aludiendo al mayor o menor recreativismo de los dirigentes que seguirán en el club sentenció que "los recreativistas anteriores nos dejaron con 18 millones de euros (de deuda)", por lo que espera que "con esta gente cambie". En este sentido dejó claro que "si tuviese dinero compraría el Recreativo, pero para estar en Segunda sólo lo haría por romanticismo. Un club sólo es rentable en Primera". Por lo tanto, si Víctor Hugo Mesa busca beneficios "deberá intentar meterlo en Primera".
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