Carolina Marín, en un encuentro con escolares en Oviedo: "Ganar o perder es algo secundario"

 La campeona olímpica de bádminton, que el viernes recibirá el Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2024, ha mantenido un encuentro con niños en Asturias

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Carolina Marín, sonriente en vísperas al Premio Princesa de Asturias de los Deportes. / EFE
EFE

23 de octubre 2024 - 15:12

Carolina Marín, en un encuentro con escolares que ha tenido lugar este miércoles en Oviedo, ha afirmado que "ganar o perder es algo secundario". La deportista onubense ha vinculado este principio con su propia experiencia, puesto que la medalla de oro que obtuvo en Río 2016 está guardada en un "cajón", mientras que la no conseguida en París 2024 a causa de una lesión en semifinales la lleva en "el corazón".

En una interlocución con los jóvenes estudiantes salpicada de referencias y anécdotas sobre su carrera deportiva, especialmente de sus inicios, ha indicado que descubrió el bádminton cuando una amiga suya le llevó a un polideportivo, donde conoció lo que hoy es su "pasión".

La jugadora, quien ha rememorado cómo a sus 14 años se marchó a Madrid, ha afirmado que en sus comienzos era "muy mala" y resultaba "impensable que fuera a ser una campeona".

La campeona olímpica ha destacado que "cada cosa" que se ha propuesto en la vida la ha "logrado", aunque ha admitido que en París no fue así. "Sin embargo, la vida me ha dado la medalla del cariño de todas las personas que hoy estáis aquí y de aquellas que cada día me demuestran su apoyo", se ha congratulado Marín.

En respuesta a una pregunta formulada por un escolar sobre su carácter competitivo, la jugadora ha revelado que en su etapa inicial le llamaban John McEnroe por emular al tenista estadounidense al romper la raqueta, hasta el punto de que sus padres estuvieron a punto de quitarla del bádminton.

Al crecer se dijo: "Carolina, tienes que cambiar, es un gesto muy feo romper la raqueta", además de un gasto que asumían sus progenitores.

"Mi madre está aquí, y estoy segura de que a día de hoy se siente orgullosa de lo que cambiado", ha afirmado Marín, quien tuvo que decidir entre vincularse al deporte en el que ha logrado ser campeona olímpica y tres veces del mundo o continuar con el flamenco, que practicaba hasta entonces.

También ha celebrado lo "bien rodeada" que se siente por su familia y su equipo, que han hecho que en "ningún momento" se haya sentido sola, algo que es "fundamental", sobre todo para afrontar las tres lesiones graves y la pérdida de su padre.

Tres entrenadores, dos fisioterapeutas, una psicóloga -para "estar mejor"- y una preparadora física integran el equipo, sin el cual "el puzzle estaría incompleto", ha precisado.

La jugadora de Huelva ha presentado al bádminton como un deporte "atractivo", el "más rápido de raqueta", que facilita la socialización, del que realmente "no se sabe" cuánta gente lo practica en España porque muchas personas lo juegan aunque no están federadas.

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