El Ciudad de Huelva culmina una gran segunda mitad para lograr la cuarta victoria consecutiva (77-68)
Enorme despliegue físico del equipo de Íñigo Núñez para colocarse momentáneamente coliderando la clasificación
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Suma y sigue. Este equipo es una auténtica máquina de ganar. Le da igual si es en el Carolina Marín o en el Andrés Estrada, donde una vez más el público onubense se volcó para llevar en volandas al Ciudad de Huelva a su cuarta victoria consecutiva del curso.
Lo hizo remontando después de una primera parte en la que fue a remolque durante los 20 minutos. Comenzó con un parcial en contra de 0-7. Clínica Ponferrada mostraba sus credenciales desde el principio comandado por un Samar que volvió a demostrar por qué es el máximo anotador del grupo. 21 puntos y 20 de valoración que esta vez cayeron en saco roto.
Los locales no terminaban de encontrar la manera de encadenar defensas exitosas. Tres arriba se marchó Ponferrada al final del primer cuarto. El segundo siguió la misma tónica, esta vez con el Ciudad de Huelva más entonado. Erigió la figura de Pau Treviño bajo el aro (cuatro rebotes defensivos y otros cuatro ofensivos) y poco a poco se iba acercando en el marcador. Incluso se pudo haber ido uno abajo al descanso de no ser porque el triple de Gaizka Maiza desde su campo no entró en tiempo.
La rabia por la que hubiera sido la canasta de la temporada no pesó a la hora de salir a la segunda parte más enchufados que nunca. Y más descansados que nunca, porque el tercer cuarto empezó con 15 minutos de retraso por un problema en una de las canastas.
Volvieron a aparecer los de siempre. Chabi Yo, Moha y Mays desesperaban a los rivales. Si atacaban con certeza y convicción, mejores eran aún las defensas. La anotación de los de El Bierzo se vino abajo. De los 23 puntos del primer acto a los 13 del tercero, donde el Ciudad de Huelva cambió las tornas y le devolvió los 23.
El último y definitivo cuarto arrancó con una metáfora de lo que acabó siendo el partido. Lanzamiento desde la pintura de un rival y, tras escupir el aro la pelota, apagón en el Andrés Estrada. El pabellón se quedó totalmente a oscuras durante un par de minutos. Los aficionados aprovecharon para encender las linternas y guiar a su equipo hacia la victoria.
Así fue. Cada punto, cada falta en ataque, cada pasos se celebraba como un título. Conscientes de la importancia del encuentro ante un futurible rival directo, el pabellón fue el jugador número seis. Si antes habían jugado Moha y Chabi Yo un papel fundamental en la remontada, en los últimos 10 minutos le tocó el turno a Alfonso Ortiz y Gaizka Maiza.
El vasco, con un triple que supo a revancha por el que no contabilizó antes del descanso, dejaba el partido visto para sentencia a falta de dos minutos. El Andrés Estrada era una fiesta. Nuevo triunfo que coloca a los de Íñigo Núñez en lo más alto de la tabla. La semana que viene visita al colista Algeciras, que ya ganó al Ciudad de Huelva en la Copa de España hace no más de dos semanas.
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