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En el corazón de Ayamonte, a pocos metros de la bonita plaza de La Laguna, donde está ubicado el ayuntamiento, se encuentra Margallo, uno de esos bares con solera de los que a todos nos gustan.
Desde que abriese casi a mitad del siglo XX, en el año 1946, pocos cambios se han hecho. Misma freidora desde 1946, siguen escribiendo en la pared, como antaño, y se ha posicionado a lo largo de los años como uno de los mejores de la provincia.
En el Bar Margallo de Ayamonte tienen claro qué es lo que les hace triunfar, y puede que este sea el motivo por el que su negocio no falta en una cualquier guía turística que se precie. Abarrotado durante décadas, este establecimiento es el punto de encuentro de varias generaciones.
‘El bar del pescaito frito’ es un acierto seguro, y quien lo conoce, repite. Es el lugar en el que convergen ayamontinos y visitantes. ¿Su secreto? La calidad de sus platos, pescado fresco recién traído como buena zona costera, y un aliño secreto en su tomate que encanta a todo el mundo.
Una de las facilidades para el cliente es que no tendrá que marearse mirando una carta infinita, "pides los tres y ya está", dicen algunos comensales. Un lugar entrañable regentado por la misma familia desde hace más de 75 años. Una barra de las de antes, un comedor de los de siempre.
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