De Castaño del Robledo a Galaroza por la ribera del Jabugo: un sendero entre fuentes y manantiales
Hoy es un pequeño pueblo de apenas 200 habitantes en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, pero hubo un tiempo, a mediados del siglo XVIII, en que Castaño del Robledo llegó a contar con casi mil habitantes, lo cual hizo pensar en la necesidad de ampliar su iglesia parroquial de Santiago el Mayor, de estilo mudéjar. Finalmente, se optó por construir una nueva basílica, capaz de prestar un adecuado servicio a los feligreses.
La nueva iglesia, con aspiraciones casi catedralicias y de estilo neoclásico, quedó inacabada y así permanece, aunque le fue añadida la cubierta a finales del siglo XX y el edificio tiene abierto un expediente para su declaración como Bien de Interés Cultural. Durante algún tiempo, su espacio fue ocupado como osario o cementerio, pero hoy es un recinto usado ocasionalmente como sala de conciertos y que ha albergado encuentros de órgano y música sacra en mitad de la sierra clara, pues no en vano cuenta con el que se considera el órgano más antiguo de la provincia.
En Castaño del Robledo ejerció como presbítero ocasional el célebre sabio Benito Arias Montano, al que el mismísimo Felipe II ordenaba evacuar consultas mediante correos urgentes sobre los temas más diversos una vez que aquél se había retirado a estos parajes, alejado de El Escorial y de la Corte, dando nombre a la peña cercana, en las proximidades de Alájar.
En la actualidad, el municipio de Castaño del Robledo genera casi la mitad de la producción de castañas de toda la provincia, a lo que cabe añadir su producción en ganadería porcina de alta calidad, lo que constituye la base de la economía de esta población. Tienen fama también las papas de la zona y se cuenta que fue en estos parajes donde se sembraron las primeras cosechas de ese tubérculo cuando fue traído de América.
Castaño del Robledo fue lugar de cruce de caminos entre algunas de las poblaciones más señaladas de la zona y por tanto es un punto ideal para emprender toda clase de rutas y visitas, entre ellas las de senderismo a pie, ya sean en dirección a Alájar, a Fuenteheridos, a Valdelarco, a Santa Ana la Real, a Los Marines, a Jabugo y Galaroza, etc.
No menos de una decena de rutas senderistas de alto interés atraviesan o parten desde aquí para poder disfrutar de un paisaje que cambia su colorido y frondosidad de manera drástica en las distintas épocas del año, pero que conserva un clima relativamente templado y donde la presencia del agua aporta un continuo rumor fresco y apacible, manteniendo una altitud media entre 700 y 800 metros, considerada por muchos como idónea para el cuerpo humano.
Hemos elegido esta vez un camino fácil y apto para todas las edades, aunque lleno de atractivos, que conduce desde Castaño hasta la bella localidad de Galaroza acompañando el curso del arroyo Jabugo, con agua casi todo el año y tributario del Múrtigas, cuyo manantial brota en la monumental fuente pública y lavadero situados en la preciosa localidad vecina de Fuenteheridos.
En la ribera del Jabugo no es difícil apreciar la presencia de pequeños anfibios, como ranas, sapitos, tritones y salamandras, un signo infalible de salud medioambiental en esta clase de ecosistemas, pero también algunas variedades de peces, lo que permite la presencia de nutrias y variedades de martín pescador, además de topos, musarañas y otros pequeños mamíferos. En toda la zona, la variedad micológica es intensa y permite en temporada la elaboración de algunas de las especialidades gastronómicas más afamadas de la comarca.
En el interior y los alrededores de estas localidades es común la presencia de numerosos manantiales que brotan por toda la sierra de Aracena, pero sólo por citar las fuentes de Castaño del Robledo, nos encontramos con las de El Aliso, el Nogal, el Venero, la del Barrio, la del Chorro y su abrevadero, la del Abanico, la de Guindal, la del Calvario, la Mazorca y el pilar del barrio del Castañar.
Mejor emprender nuestro sendero en Castaño del Robledo en dirección a Galaroza, no a la inversa, porque así iremos en descenso a lo largo de los casi 5 kms de recorrido (de todos modos no es casi nunca una pendiente pronunciada) y disfrutaremos sin gran esfuerzo de los bosques de castaños, robles, alcornoques, encinas y los huertos frutales que rodean los senderos.
Es un sendero cómodo y sencillo, sin dificultades, en el que conviene, no obstante, caminar atento para evitar resbalones dada la permanente humedad y la presencia continua de musgos y durante nuestro paseo es posible refrescarse a orillas del arroyo. A lo largo de todo el recorrido nos acompañará un bosque de ribera muy bien conservado compuesto por altos chopos, álamos negros, alisos, fresnos, sauces y abundancia de melojos, quejigos, castaños y avellanos, lo que le confiere una gran diversidad vegetal a la ruta, que se completa con las variedades frutales que observaremos en las huertas circundantes, como higueras, manzanos, membrillos, perales o melocotoneros, además de avellanos, nogales y los consabidos castaños.
Al llegar a Galaroza contemplaremos el Lavadero de Venecia, conocido así por la gran cantidad de agua que aquí se recogía, así como la hermosa Fuente de los doce caños o de Nuestra Señora del Carmen; o la Fuente de los Jarritos, la que da nombre a las fiestas populares de septiembre, en las que los locales y visitantes se arrojan de forma divertida agua por las calles y en el interior de las casas.
Durante el recorrido, sobre una loma escarpada, dejamos a un lado Jabugo, el afamado pueblo que otorga identidad a los embutidos y jamones tal vez más reconocidos del mundo por su extraordinario sabor y calidad.
Toda la comarca está llena de lugares de interés monumental, histórico y artístico, desde Aracena hasta Almonaster la Real, con su antigua mezquita, pero destaca también el sencillo caserío que desde época medieval conservan estos pueblos, rodeados de un entorno natural en loable estado de conservación.
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