Visto y Oído
Carmen Machi
Si buscas una ruta sencilla de realizar esta es la tuya. Aunque, eso sí, cuidado si van niños: hay desnivel importante y cuestas abajo y arriba.
Este sendero te lleva a uno de los parajes más impresionantes de la Sierra de Aracena: El charco malo de Cortelazor.
Su corta duración (5 kilómetros) y la belleza de la zona la hacen una más que atractiva ruta para realizar en cualquier época del año. Eso sí, estará más impresionante desde el otoño hasta mediada la primavera.
La ruta lleva a una cascada entre piedras que se queda grabada en la retina del caminante para los restos.
Empezaremos la ruta desde los mismos aparcamientos que hay en la entrada del pueblo, para tras subir por una cuesta empedrada que hay justo a la derecha, seguir recto hacia la calle del Olivo. Tras esto seguimos por la calle de la Fuente y al llegar al final y encontrar una preciosa casa adornada con flores moradas, giramos a la derecha.
Una pequeña bajada y ya estamos de lleno en un barranquillo. La ruta comienza aquí y no tiene pérdida. Hay indicaciones sobre el Charco Malo prácticamente hasta que se llega (hay flechas de madera en vallas y al llegar al arroyo se indica con flechas azules pintadas en la piedra.
Primero se subirá una cuesta de unos 300 metros que llegará a un alto con un mirador a la Sierra de Aracena maravillo. Tres dejar el mirador ya todo es bajada, y muy pronunciada. Hay que tener cuidado tanto en seco (el terreno tiene tierra y piedras sueltas que pueden ocasionar una caída), como en mojado (puede resbalar y hacernos llegar abajo antes de tiempo).
Tras el descenso desembocamos de lleno en el arroyo del charco malo. Para alcanzar el fin último de la ruta, que es la cascada, habrá que ir por un pequeño camino entre piedras, raíces, hojas y a veces barro. Habrá incluso que atravesar literalmente una roca de un tamaño gigantesco para llegar.
Desde que se llega a la parte del arroyo hasta que se llega a la cascada habrá pasado aproximadamente un kilómetro. No hay que tener prisa en volver solo disfrutar de la naturaleza y el silencio del agua cayendo por las pétreas paredes hacia el profundo charco y posterior arroyo.
La vuelta en esta ocasión se hizo lineal desandando lo andado, aunque es fácil hacerla circular tomando el primer camino que se ve a la derecha al volver de la cascada.
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