Descubre el tesoro ibérico de esta reconocida empresa familiar de Corteconcepción

En la pintoresca localidad onubense de Corteconcepción, se encuentra una empresa con una rica historia que se remonta dos siglos atrás: Jamones Eíriz. En el corazón de esta familia empresarial se encuentra Gerardo Eíriz, un hombre cuya pasión por el mundo del ibérico ha marcado su vida y la de su familia. A través de generaciones, han logrado convertir su negocio en un referente en la producción de jamones y embutidos ibéricos de calidad excepcional.

Gerardo Eíriz, junto a su familia, lleva las riendas de esta empresa que ha resistido el paso del tiempo y ha mantenido una tradición arraigada en la producción artesanal de productos ibéricos. Su dedicación y conocimiento se han recibido y transmitido de generación en generación, y ya son la sexta generación. Hoy en día, la empresa es reconocida tanto a nivel nacional como internacional.

Lo que distingue a Jamones Eíriz es su compromiso con la calidad. Cada paso del proceso de producción se lleva a cabo con meticulosidad y cuidado, desde la selección de los cerdos ibéricos criados en las dehesas de familias serranas, hasta la curación de los jamones en sus secaderos naturales. Gerardo Eíriz ha sabido conservar las técnicas tradicionales que han sido perfeccionadas a lo largo de los años, combinándolas con los avances tecnológicos más recientes para garantizar un producto de excelencia elaborado como los de antes.

Pero la excelencia no se limita sólo a los jamones y paletas que elabora Jamones Eíriz. La empresa se ha diversificado para ofrecer una amplia gama de embutidos ibéricos, como chorizos, salchichones y lomos, que son igualmente apreciados por su sabor y calidad. Además, también han incursionado en la comercialización de carnes ibéricas, que han conquistado los paladares más exigentes.

Una de las experiencias más destacadas que ofrece Jamones Eíriz es la visita a su dehesa y secadero con cata singular de Jamones DOP Jabugo. Los visitantes tienen la oportunidad de sumergirse en el entorno único de las dehesas onubenses, donde se crían los cerdos ibéricos en libertad y se alimentan de bellotas, lo que contribuye al sabor distintivo de los productos. Además, se puede apreciar el proceso de curación de los jamones en los antiguos secaderos, donde la tradición y la experiencia se unen para obtener un producto de máxima calidad.

La dedicación de Gerardo Eíriz y su familia ha sido fundamental para el éxito de Jamones Eíriz. Su compromiso con la calidad, la tradición y el cuidado en cada etapa de producción los ha convertido en un referente en la industria del ibérico. Su pasión por preservar las técnicas tradicionales y su disposición para adaptarse a los cambios del mercado han sido clave para mantenerse a la vanguardia y seguir conquistando paladares exigentes.

La historia de Gerardo Eíriz y Jamones Eíriz es un ejemplo inspirador de cómo el amor por un oficio y la dedicación a la calidad pueden trascender generaciones, en su caso recibido directamente de sus padres, Vicente Ferrer (Hijo Predilecto de Aracena) y María Auxiliadora, quien siempre ha cuidado con interés de todos los detalles.

A través de su trabajo arduo y su incansable búsqueda de la perfección, han llevado el sabor de la tradición ibérica a todos los rincones del mundo. La vida de Gerardo Eíriz es una prueba viviente de que cuando se combina pasión, conocimiento y compromiso, se puede lograr el éxito empresarial y preservar una herencia cultural invaluable. Sin duda, Gerardo Eíriz y su familia han dejado una huella imborrable en la industria del ibérico y continúan inspirando a futuras generaciones a seguir sus pasos, manteniendo viva la tradición y el legado de una empresa que ha trascendido el tiempo y los paladares más exigentes.