De Huelva a Portugal en tirolina: la única transfronteriza del mundo

Si quieres hacer el viaje en coche, aproximadamente media hora te separará de la vecina Portugal desde Huelva capital. Aunque ese viaje podría reducirse a tan solo un minuto si lo haces volando. Sí, has oído bien. Cruzar la frontera es posible desde la provincia onubense gracias a la única tirolina transfronteriza del mundo.

Una experiencia que parte desde Sanlúcar de Guadiana gracias a la empresa Límite Zero.

Durante 720 metros longitud y a una velocidad de vértigo, entre los 70 y los 80 kilómetros por hora, los valientes que se atrevan a saltar cruzarán la frontera natural que separa a España de su vecina Portugal, el río Guadiana.

No hay nada que temer. En ambos extremos siempre habrá personal cualificado que proporciona todas las medidas de seguridad para que solo te tengas que preocupar de gritar muy fuerte. Arriba lo único que queda es respirar hondo y que la adrenalina se apodere de tu cuerpo para poder llegar hasta el extremo portugués, Alcoutim. Caminando solo cinco minutos desde la plataforma de entrada llegas al puerto de un pueblo de larga histórica, castillos y una playa fluvial que el aventurero puede visitar sin límite de tiempo. Cuando sientas que tu visita a Alcoutim ha llegado a su fin solo deberás regresar al muelle donde un Ferry te llevará de nuevo a España.

Ya de vuelta no te pierdas el pintoresco pueblo de Sanlúcar, un sitio ideal para descansar tomando cualquier plato típico después de tanta aventura. Pero si lo que deseas es seguir conociendo secretos, puedes perderte por las calles hasta llegar al punto más alto donde se encuentra la la Iglesia de Nuestra Señora de las Flores o el Castillo de San Marco, del siglo XVII, donde disfrutar de las vistas que ofrece el río Guadiana con sus parajes vírgenes, poblados de manera desigual por encinas y olivares.

Para poder realizar esta experiencia los usuarios deben contar con un mínimo de 40 minutos, tener como mínimo 14 años, los padres o responsables deben recoger a los menores de 16 a su llegada a Portugal, y no pesar más de 110 kilogramos.

Con familia, amigos, niños, mayores o incluso de forma individual, la tirolina hay que vivirla aunque sea una vez en la vida. Y si todo el que lo prueba repite, por algo será.