Encinasola, encuentro entre culturas
Son muchos los caminos que conducen a Encinasola, allá en el norte de la provincia de Huelva pegada a Extremadura y a Portugal; fue siempre un lugar de paso hacia Lisboa o hacia Sevilla, y reflejo de ello son los siglos de historia en la frontera soportando reyertas continuas, con una gente labriega dura y curtida en el trabajo de sol a sol, contrabandistas y bandoleros, ganaderos trashumantes y abundante en cereales; donde la hospitalidad y el acogimiento del viajero fue siempre nuestro signo de identidad.
Pasadas las épocas más duras, nos quedan sus vestigios en nuestros parajes, en las calles, en los caminos con sus fuentes y abrevaderos, en nuestras fortalezas, iglesias y ermitas, en nuestro cancionero... y en nuestra alma acogedora.
Tras las lluvias comienza el otoño, las encinas se pueblan de bellotas en un año magnífico de alimento para el ganado y para ciervos y jabatos que por cerros y barrancas saborean la hierba y el fruto. Los gurumelos, las tanas, los gallipiernos ylos tentullos crecen ya entre la hierba, y desaforados gurumerelos pugnan por estas deliciosas setas.
Nuestra gastronomía puebla de olores y sabores plazas y calles, y nuestros bares y nuestro hotel ofrecen manjares exquisitos al visitante. Los productos de la tierra: las carnes ibéricas, el aceite virgen de nuestra almazara, la miel de la contienda, los productos de la caza...convierten las fiestas en una deliciosa locura de cultura, ocio, cocina, baile y cante y paisajes únicos. Venir a Encinasola es encontrar algo maravillosamente inesperado y deliciosamente único.
Ahora en octubre un encuentro en la frontera poniendo en valor el patrimonio de ésta, luego en noviembre,
en el entorno de las fiestas de nuestro patrón San Andrés, el 30 de noviembre, el encuentro con la vida de antes, la marcha del contrabandista, las deliciosas tapas, los encuentros culturales y religiosos, la fiesta con el cante y la danza alegrarán la vida, tan harta ya de tanto coronavirus.
Con diciembre la Navidad llegará y una candela única calentará en nuestra plaza mientras las canciones, al son de zambomba y pandereta, y un poco de aguardiente y anís, animarán la noche en vela. En espera de la añorada Cabalgata de los Reyes Magos que nuevamente recorrerá nuestras calles y levantará la algarabía de los niños de Encinasola y también la de de nuestros hermanos barranqueños.
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