Ruta senderista: Jabugo-Castaño del Robledo

El Corazón del Parque Natural Sierra de Aracena acoge a numerosos pueblos cargados de historia y encanto, enclavados en un espacio natural privilegiado. Aquí, el castaño está presente desde hace siglos para dotar de personalidad propia a nuestra Sierra. Y también las dehesas de encinas y alcornoques, en los que el cerdo ibérico se cría para dar pie a una cultura en torno al ibérico que hace que pueblos como Jabugo no necesiten más apelativos.

El sendero que les proponemos hoy une a dos poblaciones que bien merecen una visita: Jabugo y Castaño del Robledo. Su cercanía hace de este camino un sencillo paseo para todos los públicos por un paraje especial: el que ha conformado durante siglos la ribera del Jabugo, un rincón en el que el agua permite la proliferación de una vegetación frondosa que, a menudo, nos hace olvidar que seguimos en Andalucía.

Comenzamos en la simbólica Plaza del Jamón, en el centro de Jabugo, junto a su Iglesia de San Miguel (siglo XVIII) y salimos por la calle Barco y su espectacular mosaico empedrado hacia la travesía. Una vez allí, giramos a la derecha y llegamos hasta el pabellón cubierto y las anexas instalaciones de la Piscina Municipal, que dejaremos a nuestra derecha para salir del pueblo.

Pasamos bajo el paso subterráneo de la carretera N-435 y entramos ya de lleno en el sendero. El camino se inicia con una bajada bastante prolongada en un carril amplio y flanqueado por importantes ejemplares de árboles centenarios. Este será nuestro camino y el que no debemos dejar. De hecho, a lo largo del trayecto nos cruzaremos con otros senderos (hacia Galaroza o Fuenteheridos), pero el nuestro es éste.

Una vez concluya la bajada, el descenso de temperatura y el sonido del agua nos marca la cercanía de la ribera de Jabugo. Este cauce es protagonista no sólo de este sendero, sino de otros por este tramo y nos permitirá disfrutar del encanto de sus bosques en galería y una vegetación que se aprovecha de sus frescas aguas.

Cruzamos la ribera y la dejamos a la derecha para bordearla antes de seguir el camino. Aquí nos toparemos con una seña de identidad de las fincas privadas de la Sierra: las paredes de piedra como lindes. Construcciones del hombre que no sólo sirven para delimitar propiedades, sino que acogen a una extensa fauna de insectos y pequeños invertebrados y que incluso ha sido catalogada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Estas construcciones nos delimitarán nuestro camino de llegada hacia Castaño del Robledo en un terreno que asciende para permitirnos disfrutar de unas vistas espectaculares de esta población, cuyo casco histórico es Bien de Interés Cultural desde 1983.