¿Sabes qué pueblo de Huelva es la puerta de entrada a la Sierra de Aracena?
Higuera de la Sierra, puerta del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, es un pequeño pueblo que no llega a los 1.400 habitantes con un término municipal de 24 km2. Su núcleo urbano está situado a 620 mts de altitud en la ladera sur de la Sierra de Santa Bárbara, sobre la N-433 que une Sevilla y Lisboa. Dista 97 km de Huelva, capital de la provincia y 74 km de Sevilla, capital de Andalucía. Es considerado la puerta del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
El nombre de la población probablemente se vincule a la presencia de higueras en torno a las ventas y fuentes alrededor de las cuales se configuró el pueblo. Es también significativo el desarrollo de tres núcleos primigenios alrededor de esas fuentes de agua, que con el paso del tiempo (S. XVI) configuraron tres zonas vecinales diferenciadas, contando cada una de ellas con su propio espacio sagrado: el barrio alto (Las provincias) con la Ermita del Cristo del Rosario, el barrio del centro con la Parroquia de San Sebastián y el barrio bajo (El Barrio) con la Ermita de San Antonio.
De casas blancas y calles empedradas, la localidad higuereña es famosa, ante todo, por su Cabalgata de Reyes, la segunda más antigua de España.
La esencia de esta actividad reside en la escenifcación de los propios vecinos, quienes se transforman en personajes bíblicos totalmente inmóviles durante horas. Tanto ha sido su alcance, que se catalogó como Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
Otra de las particularidades de Higuera de la Sierra es la gran presencia de fuentes repartidas por todo el pueblo. Es tal esta influencia del agua que un recorrido por las distintas fuentes y caños de la localidad puede mostrarte bastante sobre su historia. Los tres núcleos primigenios están asociados a tres caños que daban agua a zonas de huerta y de viviendas.
Comienza en la parte más alta de la localidad, junto a la Ermita del Cristo del Rosario y la Plaza de Toros. Allí se encuentra uno de los caños más emblemáticos de la localidad, conocida como la Fuente del Cristo. Junto al pilar se encuentran los lavaderos que fueron construidos en la primera mitad del S XX. Es reseñable en este lugar la Plaza de Toros de la localidad, una construcción civil que cuenta con varios siglos de historia.
Si bajamos hacia la Plaza y continuamos por la Calle Domingo Fal Conde, podemos encontrar en este caso una fuente que forma parte de la red pública, no asociada a manantiales como sí lo están los pilares. Desde allí, bajamos por la calle Tobar hasta la calle La Fuente - Daniel Arteaga. En este lugar nos encontramos con el segundo de los caños asociados al origen del pueblo. En este caso el abrevadero y los lavaderos se hayan unidos formando un conjunto arquitectónico de singular belleza. Este caño se conoce como la Fuente de Enmedio, que nos da pistas de la importancia que ha tenido en referencia al barrio del centro, otro de los barrios originales del entramado urbano.
Si seguimos nuestra bajada siguiendo la ruta del agua por la calle Virgen del Prado, nos encontraremos de camino otra de las fuentes públicas ornamentales, que consiguen cierta peculiaridad para el ensanche de esta calle y que se rodea de cuatro árboles del amor. Si seguimos descendiendo llegaremos al popular barrio de San Antonio. Presidiendo la plaza se encuentra la Ermita del santo que da nombre al barrio, y justo delante podemos refrescarnos con otro de los pilares más antiguos de la localidad. Detrás de la Ermita y como si de un vigía se tratase se encuentra la fuente pública con más belleza de la localidad. La fuente de San Antonio fue construida y costeada por la gente del barrio, de estilo regionalista (1929) y con azulejos de Triana, contiene una inscripción que no podemos obviar: “se deja la conservación de esta fuente a la cultura del vecindario”.
Finaliza el recorrido con el último de los pilares. Muy cercano a la entrada del pueblo desde Sevilla se encuentra , y algo más abajo el lavadero que puede observarse desde la carretera. Sin lugar a dudas, este pilar rodeado de sauces es un remanso de paz para terminar nuestro paseo por los sitios del agua.
Su principal hito arquitectónico es la Iglesia de San Sebastián, que alberga en su interior al Patrón de la localidad: San Sebastián, imagen que es obra del escultor Sebastián Santos Rojas (hijo de Higuera de la Sierra) así como los apóstoles que están en el retablo mayor. En el interior de la iglesia también hay varios cuadros del también higuereño Alonso Miguel de Tovar, que fue discípulo de Murillo.
Entre las ermitas higuereñas encontramos la de San Antonio de Padua del siglo XVI. Situada en el barrio más popular de la localidad, este edificio se enmarca en el tipo de iglesias del Renacimiento con arcos transversales del siglo XVI, y posiblemente vinculada con modelos del arquitecto Hernán Ruiz II. En su interior se halla la imagen de San Antonio, escultura barroca restaurada en 1807 y con otra restauración posterior ya en el S. XX. Su posición privilegiada en el ensanche de la Plaza de San Antonio, la ha configurado como una de las mejores terrazas para la conversación y la reunión en las tardes de verano.
Por su parte, destaca también la ermita de la Virgen del Prado, en el término municipal de Zufre y alberga a la Virgen del Prado, Patrona de Higuera de la Sierra, la imagen con más devoción de la localidad. El origen de esta capilla data de finales del S. XV, como constata su portada de estilo mudéjar.
Cabe resaltar también la ermita del Santísimo Cristo del Rosario, un edificio renacentista -iniciado a finales del siglo XVI y terminado de construir en el año 1626 (como consta en una inscripción en su portada)- que se encuentra perfectamente integrada en pleno casco urbano. En el siglo XVIII fue restaurada, sustituyéndose su primitiva techumbre de madera por la actual bóveda de cañón.
Y, sin duda, si hay un elemento arquitectónico que llama la atención en este pueblo de la Sierra onubense, es la plaza de toros.
Adosada a la ermita del Santo Cristo, data del año 1887, en ella se celebraba el afamado festival taurino de Higuera de la Sierra. Es una plaza de arquitectura popular que por su enclave y belleza supone uno de los grandes atractivos patrimoniales del pueblo. El arraigo taurino de la localidad se ha dado cita en esta plaza por la que han pasado las grandes figuras del toreo nacional.
Por último, los visitantes podrán disfrutar de las dos pequeñas cruces-humilladeros que dan la bienvenida y animan al descanso y al rezo: la Cruz de la Vega y la Cruz de 'Pepe Miel'. En la actualidad, la Cruz de la Vega es un lugar ideal para pasear con los más pequeños por la instalación de un parque infantil, mientras que la Cruz de Pepe Miel se presta a un paseo para disfrutar de increíbles vista y la búsqueda de un buen momento de paz.
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