El Malacate
Javier Ronchel
La Huelva despolarizada
Verano en Huelva
Este precioso pueblo blanco ha sido testigo y parte de grandes hitos históricos, también descubridora del nuevo mundo y cuna de grandes personalidades e intelectuales de diferentes épocas. Su playa es un paraíso sin igual.
Un pueblo onubense enclavado en un lugar privilegiado y lleno de historia. Así es Moguer, también descubridora del nuevo mundo (la carabela "La Niña" y la tercera parte de los marineros que acompañaron a Colón en su primer viaje a América eran de este municipio onubense) y Juan Ramón Jiménez nos lo contó en forma de poesía acompañado por su burrito, Platero.
A menos de diez kilómetros de Palos de la Frontera y a doce del Monasterio de La Rábida, donde Colón se hospedó antes de partir, se encuentra la blanca localidad de Moguer. Un municipio de gran riqueza monumental, con edificios singulares como los conventos de Santa Clara y San Francisco, la iglesia arciprestal de La Granada, o el antiguo castillo almohade.
Se suman sus playas vírgenes de Mazagón, sus espacios naturales, sus tradiciones centenarias y una completa programación cultural que convierte a Moguer en destino obligado para quienes desean disfrutar del encanto de una ciudad abierta al mundo.
Aunque su nombre era Santa Clara, todos la llamaban “La Niña” en alusión al apellido de sus propietarios. Fue construida por los afamados carpinteros de ribera moguereños con madera de pino y chaparro de nuestros montes en sus astilleros a orillas del Tinto en 1488 y se convirtió en todo un ejemplo de los conocimientos navales de la época.
La Niña regresa del viaje descubridor como la carabela capitana, con las pruebas del hallazgo de las nuevas tierras, y es la primera en volver a puerto.
Nuestra pequeña gran carabela realizó también el segundo viaje colombino que financió el Señor de Moguer Don Pedro Portocarrero, y cuya expedición formaban 17 navíos que partieron del puerto de Cádiz.
Sus excepcionales condiciones para la navegación hicieron que, cuando un ciclón hundió a todos los barcos amarrados al puerto de la isla de la Española, la pequeña carabela de Moguer, nuestra carabela Niña, fuese la única nave que no naufragó, regresando luego a España con Colón a bordo.
El Almirante quiso que el primer barco “americano” fuera una réplica exacta de la nave de Moguer que tan buenos servicios le había prestado y por ello La Niña fue el modelo del primer barco construido en América, la carabela Santa Cruz, conocida como “La India”,
Entre 1499 y 1501 La Niña participa también en el tercer viaje de Colón, descubriendo Paria, la Tierra de Gracia (Venezuela). En los años posteriores la carabela moguereña siguió realizando expediciones y viajes exploradores al Nuevo Mundo, descubriendo tierras y estableciendo las rutas de navegación que habrían de unir en el futuro a Europa con el Nuevo Mundo.
Entre esa gran oferta cultural destaca especialmente la intensa relación de Moguer con la poesía, una relación marcada por la figura del Nobel Juan Ramón Jiménez que encontró en los paisajes, los personajes y las tradiciones de su pueblo natal motivos de inspiración permanente para su obra poética.
Una de las visitas obligadas es la Casa-Museo Zenobia - J. Ramón Jiménez, una hermosa casa donde el Nobel pasó su niñez y juventud y que conserva su biblioteca particular, con 3.700 libros y 7.500 revistas. Inaugurada en 1956, cuando el poeta recibió el premio Nobel, sus objetos, muebles y enseres que se exponen en sus salas nos trasladan al universo creativo de uno de los mejores poetas líricos de la historia.
No menos importante la Casa Natal de Juan Ramón, «Aquí, en esta casa grande, hoy cuartel de la Guardia Civil, nací yo, Platero... Desde el mirador se ve el mar». La vivienda en la que nació el autor de Platero cuenta también con interesante material museográfico que nos descubre el Moguer que lo vio nacer y crecer.
Este arenal perteneciente a Moguer y compartida también con Palos de la Frontera, reigida mediante una mancomunidad, es un paraíso rodeado por el Parque Natural de Doñana y con más de 9 kilómetros de longitud.
Mazagón es considerada como playa familiar, con un turismo menos agresivo que otras localidades costeras andaluzas y más asociada a ser segunda residencia de vecinos del entorno de Huelva, Sevilla o Badajoz, entre otros lugares.
En cualquier caso, la playa de Mazagón se erige en una de las más bellas, limpias y concurridas de la provincia, con unos servicios que cada año aumentan, si bien no dispone aún de bandera azul que acredite sus bondades, que las tiene sobradamente.
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