Este es el corazón de la Sierra de Huelva
Rodeado de arroyos, huertas, un sin fin de vegetación y con una excelente gastronomía, podemos encontrar este pequeño y bello pueblo ubicado en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde el sonido cristalino del agua te conquista
Este es el mejor pueblo de Huelva para visitar en abril
El pueblo del centro de Huelva que conecta Andévalo, Sierra y Cuenca Minera
Rodeado de arroyos, huertas, un sin fin de vegetación y con una excelente gastronomía, podemos encontrar este pequeño y bello pueblo ubicado en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde el sonido cristalino del agua te conquista
En La Nava conviven una mezcla entre la historia y la apariencia de un pueblo lleno de una belleza natural incomparable. Se trata de un enclave donde los sentidos disfrutan de un viaje que no deja lugar a la imaginación.
Al pasar por el Río Múrtiga, el sonido cristalino del agua crea una melodía que busca relajar e incitar a partes iguales. Su cauce tranquilo combinado con el trinar de los ruiseñores pone una nota de bienestar que el cuerpo celebra después de vivir ajetreado.
Sus ojos disfrutarán de un baile de color por todo el circulo cromático. Desde el color blanco y luminosos de sus calles, hasta el verde intenso de los árboles frutales y las pequeñas parcelas de hortalizas y frutas, pasando por los colores de una gastronomía que interpela al olfato y al gusto.
Este último no puede escapar una vez que entra en la localidad. La joya de la corona sin ninguna duda es el jamón, seguido muy de cerca por la carne de cerdo a la brasa. Jugosa y en su punto. Pero para completar el mosaico de sabores no hay que olvidar el postre. El melocotón autóctono al baño maría es el toque dulce que le faltaba a este simposio de sabor.
El olfato juega un papel fundamental. En él se funden rápidamente los delicados aromas del ambiente, con una combinación que procede de la floresta, medicinales y aromáticas. El eucalipto, la jara, el tomillo, el poleo o el orégano son algunos de los olores más característicos de la zona.
El último sentido, el que recorre todo el cuerpo, el tacto. Este no hay que usarlo de forma fidedigna, ya que para palpar el espíritu y la hospitalidad de sus gentes no es necesario tocarlas. Sus formas de ser y de recibir al que llega hace de La Nava un destino turístico por sus cuatro costados, y cinco sentidos.
Una ermita convertida en centro cultural
Rodeada de encinas centenarias, a poco más de un kilómetro de La Nava, se levanta la ermita de Las Virtudes, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, una construcción que responde a la tipología de templos mudéjares rurales con arcos transversales. El inmueble se encontraba prácticamente en ruinas tras haber sido utilizado como explotación agropecuaria durante las últimas décadas del siglo XX.
La ermita fue de propiedad privada hasta principios del siglo XXI, momento en el que pasó a manos públicas tras las gestiones y la compra que llevó a cabo el Ayuntamiento de La Nava. Desde entonces, las instituciones no han cejado en su empeño de rehabilitar el edificio y adecentar su entorno, ya que el enclave es el epicentro de la romería navina, una de las más antiguas de la provincia de Huelva.
Desde hace poco más de dos años, es un centro cultural donde se han expuestos muestras temporales con grandes obras de arte de artistas de la talla de Salvador Dalí, Pablo Ruiz Picasso o Joan Miró.
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