5 pueblos para descubrir en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche
Piérdete en la belleza que entrañan los pueblos del interior de la provincia de Huelva.
1. Galaroza: patrimonio histórico y gastronómico de Huelva
Conocida como 'El Valle Encantado', Galaroza es famosa por su agua y artesanía de madera. Este rincón onubense de extraordinario encanto cuenta con casi 1400 habitantes, y arrastra una gran cantidad de razones por las que no debes dejar de visitarlo.
Patrimonio histórico
Los principales monumentos que se pueden visitar en esta localidad onubense son la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, la ermita de Nuestra Señora del Carmen, la ermita de Santa Brígida. Además, otro de sus puntos turísticos de mayor encanto son sus magníficas fuentes como son la de los Doce Caños y la de Los Jarritos.
Como añadido, este pueblo se caracteriza por sus casas blancas, sus calles empedradas y enrevesadas, y una de sus señas de identidad más característica es la 'regaera', lievas que surcan las calles principales de Galaroza.
Gastronomía ibérica
Además de su patrimonio histórico, Galaroza destaca por su abundante agua que corre por sus campos y huertas, lo que favorece que su gastronomía esté basada en el castañar y la dehesa. De la huerta destacan las verduras, hortalizas y frutas como pueden ser los míticos 'peros' de Galaroza, que además han originado el gentilicio de sus habitantes, cachoneros/as.
Además, la sierra de Huelva es famosa por sus productos cárnicos, aspecto en el que Galaroza no se queda atrás, ya que la bellota de las dehesas es el principal alimento para la cría del cerdo ibérico, lo que da como resultado guisos, chacinas y jamón ibérico de bellota de la mejor calidad posible.
Homenaje y puesta en valor de estos productos se hacen en la Matanza Tradicional, fiesta popular en la que se muestran los trabajos rurales que se hacían y se siguen haciendo a día de hoy por los propios vecinos del municipio, un acto de gran tradición y aceptación pero que, debido a las consecuencias del Covid-19, ha tenido que ser suspendido.
2. Alájar de tradición y costumbres
Alájar, en pleno corazón de la serranía onubense, atesora un sinfín de recursos culturales, patrimoniales y gastronómicos que hará que cualquiera que la visite no quiera volver a marchar.
Catalogado como conjunto Histórico-Artístico en 1982, el casco antiguo de Alájar pertenece a la época árabe, rasgos que aún se hacen evidentes con su trazado de calles estrechas y laberínticas. Esta hermosa estructura se complementa con la imagen de las casas típicas serranas encaladas y con techumbre a dos aguas de teja romana.
Además, todo el pueblo posee un empedrado general en sus calles, elemento que se hace más especial delante de muchas puertas donde se encuentran los típicos 'llanos' de la sierra de Huelva, empedrados artísticos de dibujos geométricos o figurativos con motivos del pueblo.
Ruta por las aldeas
Recorrer las rutas que conectan las aldeas de Alájar es un viaje al pasado, a cómo vivía el hombre cuando dependía del campo y de los animales. Los Madroñeros al oeste, El Calabacino al este y El Collao y El Cabezuelo al sureste son cuatro estampas que pintores, fotógrafos y ojos sensibles sabrán apreciar en su rústica y añeja belleza.
A la aldea El Calabacino se accede por la salida del pueblo, por un camino precioso que primero desemboca
en una típica fuente y luego en las desperdigadas casas de esta aldea. En ella se han instalado, desde hace unos años, gente con un estilo de vida alternativo y gusto por la ecología; artesanos que venden sus creaciones directamente en ferias y mercadillos. Esta aldea se encuentra muy integrada en el entorno natural, y en ella se puede visitar la ermita de la Santísima Trinidad, datada de 1749.
Por su parte, la aldea Los Madroñeros se sitúa al este del pueblo, y se accede pon un recomendable sendero de unos dos kilómetros que parte del barrio del Nogalejo. La aldea se conserva tal como estaba en el siglo XIX, ya que carece de alcantarillado, electricidad, urbanizado de calles ni ningún adelanto moderno. Hay una leyenda muy curiosa que ronda sobre ella, y es que se supone que no fue conquistada por los franceses, debido a su situación entre varios cerros que la hacen invisible desde cualquier punto de observación de los alrededores.
Finalmente, las aldeas de El Collado y El Cabezuelo muestran a día de hoy la forma anárquica de poblamiento y la arquitectura popular que por suerte se ha conservado hasta nuestro días.
La peña de Alájar: cuatro elementos que la definen
La seña de identidad de esta localidad serrana es la piedra, que ellos representan a través de cuatro colores, cada uno de ellos representando a un elemento: el celeste (agua), el verde (naturaleza), el rojo (geología) y el marrón (cultura).
El agua, considero como elemento vital, esculpe a lo largo de los tiempos las exóticas formas que hoy se aprecian como techos en arrecifes de coral.
La naturaleza, uno de los puntos clave de este entorno, resulta de un paisaje tallado con esmero para ser hogar de infinidad de especies vegetales y animales adaptadas a sus condiciones ambientales para ser endemismos.
Como cultura, un paraíso ocupado desde tiempos inmemoriales por sus refugios en cuevas y abrigos. Su enclave estratégico y sus abundantes recursos han convertido a Alájar en 'la deseada'.
Su geología, un singular travertino protegido como georrecurso, oculta de 8.000 a 10.000 años estimados de antigüedad.
3. Fuenteheridos, las emociones del otoño
Las emociones nacen en ti, y un destino y una época del año pueden hacerlas brotar en tu interior. El otoño es época de nuevas emociones más íntimas, más personales, más auténticas. Y Fuenteheridos, el 'Manantial de la Sierra', es un lugar ideal para hacerlas brotar con plenitud ¡Déjalas fluir!
Aquí encontrarás paisajes de mil colores, variados, amenos y llenos de detalles sorprendentes. Aptos para todos los públicos: familias, grupos de amigos, parejas… En otoño, el verdor continuo de encinas, alcornoques y pinos se combina con el abanico de tonos amarillos, ocres y rojizos del castañar -el más extenso de Andalucía- y los acogedores bosques ribereños de alisos, chopos, fresnos y otras especies vegetales.
Todo ello recorrido por una amplia red de senderos rurales, integrados en el entorno y fácilmente
transitables a pie o en bicicleta, que nos permiten, literalmente, sumergirnos y formar parte de él, expresando nuestras emociones al contemplar y disfrutar la vida en mil formas que bulle a nuestro alrededor. Porque el bosque que nos rodea no es sólo árboles: también variadas setas y hongos de extrañas formas y colores, arbustos silvestres cuajados de llamativos frutos, el verdor del musgo cubierto de rocío tapizando las paredes de piedra, el olor a tierra fresca tras la lluvia…
Fuenteheridos no es solo naturaleza y paisajes rurales. Atesora también un rico patrimonio histórico y arquitectónico, que no se concentra en grandes monumentos, sino que se desparrama por cada plaza, calle y rincón de su bien conservado casco urbano. ¡Emociónate al descubrirlo en un paseo sin rumbo fijo por su callejero!
Aquí el agua es la reina y origen de todo. Un abundantísimo manantial natural permanente -que brota en la Fuente de los Doce Caños- es la razón del nacimiento de Fuenteheridos como población, y el origen de su propio nombre. 'Fonte de los Feridos' (fuente de los turnos de riego) debió llamarse, evolucionando con el tiempo al actual 'Fuenteheridos', equívoco nombre que ha hecho surgir leyendas (escúchenlas, pero no las crean) sobre supuestos heridos… fuera en guerras o "en su amor propio".
El paisaje no está completo sin el paisanaje: las gentes de Fuenteheridos, cuyos antepasados hay que buscarlos por tierras del noroeste ibérico, y que aún conservan con orgullo palabras, costumbres y tradiciones de esas tierras, que siguen vivas en el habla popular, las labores del campo y ciertas festividades.
Sea por su geografía, su historia o ambas, las gentes de Fuenteheridos son sencillas, amables y acogedoras con los visitantes. En poco tiempo, al visitarlo o realizar una estancia (hay variada oferta de alojamientos y casas rurales confortables y acogedoras), te sentirás parte de esta comunidad y podrás compartir con los tuyos una tranquila copa en la Plaza del Coso (centro vital de la localidad), la charla en la barra del bar (siempre que las circunstancias sanitarias lo permitan), el sabor del vino nuevo (mosto por estas tierras), el tostaó de castañas calentitas al atardecer, o la tertulia junto a la chimenea en las noches tempranas del otoño.
La gastronomía también es una fuente de emociones y Fuenteheridos ofrece varias posibilidades para, no sólo saciar el hambre, sino disfrutar los sabores genuinos de lo que da esta tierra: carnes y chacinas de cerdo ibérico, setas de temporada, verduras de nuestras huertas, frutos de nuestros campos. Todo preparado con esmero y dedicación por nuestros profesionales de restaurantes y bares.
En otoño -o en cualquier otra época del año-, ¡acércate a Fuenteheridos y siente brotar tus emociones!
4. Almonaster la Real, un entorno único donde reina la belleza
Almonaster la Real es un municipio de la Sierra de Aracena con un gran legado patrimonial. Su conjunto histórico-artístico está declarado Bien de Interés Cultural desde 1982. De él destaca su mezquita, una de las mejor conservadas de toda Europa. A su gran riqueza monumental hay que añadirle su rico patrimonio etnológico y natural.
La importancia de su medio natural, al estar situado parte en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche hace de este entorno un lugar único. A esto se sumar su rico patrimonio monumental, con una mezquita del siglo X, además de la iglesia Parroquial de San Martín, las casas señoriales, los numerosos restos de civilizaciones pasadas…. Y su importante patrimonio etnológico, con un ciclo festivo de cruces que se ha propuesto para incoación, junto a nueve estilos de fandangos, protegidos como bien de interés etnológico.
A esto hay que añadir que desde 2018 pertenece a la Asociación de los pueblos más bonitos de España, y se trata del único pueblo de la provincia que está incluido en esta prestigiosa asociación. Ser uno de los pueblos más bonitos de España ha supuesto un antes y un después en la vida de nuestro municipio, que ha triplicado el número de visitas desde la fecha de entrada hasta hoy.
El turismo en Almonaster la Real, hoy por hoy, tiene la suficiente entidad para ser motor de desarrollo económico y social del municipio, objetivo en el que se está trabajando.
Desde el Ayuntamiento se está haciendo un gran esfuerzo para conseguir utilizar este rico patrimonio de una manera sostenible, inclusiva y respetuosa con el medio ambiente, para legarlo a las generaciones futuras. Existen numerosos proyectos encaminados a lograr este objetivo, objetivo que engloba a todos los sectores de nuestro municipio y que pretende en última instancia afianzar la población a nuestro territorio.
El visitante que se acerca a nuestro municipio tendrá una experiencia total y única donde se conjugará historia, belleza, tranquilidad, tradiciones, gastronomía, naturaleza, deporte y cultura.
5. Jabugo, un otoño para compartir
Llega el otoño a la sierra de Huelva y la tierra recibe con alegría las primeras lluvias. Las frescas mañanas, los nostálgicos ocasos y los castaños, los alcornoques y las encinas lo reciben vistiendo sus mejores galas mientras maduran sus frutos para que hombres y animales los disfruten. Las setas se preparan bajo tierra para surgir cuando las lluvias lo dispongan para desafiar a los seteros expertos y novatos
Jabugo está en el centro de esta explosión otoñal de una naturaleza que se puede disfrutar directamente en los senderos que convergen y terminan en sus calles desde todos los pueblos que rodean a este lugar único, cuyo nombre está unido de forma inseparable a la gastronomía más exigente a través del que, sin dudar, es el mejor jamón del mundo.
Pasear por sus alrededores en otoño es gozar de un festival de color y encontrarse con la fantasía de los cuentos infantiles, cuyos personajes habitan en nuestros campos y se asoman a los caminos para que los encuentren los niños que se aventuren por los senderos en los que los personajes que pueblan los cuentos infantiles los aguardan envueltos en el maravilloso manto natural de la serranía.
Y después del paseo hay que descansar disfrutando con la apacible tranquilidad de nuestras calles, visitando las bodegas dónde maduran los productos de nuestras industrias cárnicas, las tiendas con sus ofertas irresistibles y paladeando en nuestros bares y restaurantes la deliciosa gastronomía serrana.
No hay comentarios