El mágico jardín que esconde este hotel rural de la Sierra de Huelva
Propiedad de la Congregación de los Hermanos Maristas, esta preciosa finca guarda en secreto uno de los jardines más impresionantes de la Sierra de Aracena.
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La Sierra de Aracena y Picos de Aroche esconde múltiples tesoros dignos de visita, de entre ellos, el mágico jardín del que hoy hablamos. Se trata de un espacio que invita a la reflexión y a la evasión total de la vida cotidiana, un jardín en el que podrás encontrar más de 120 especies de árboles y plantas traídas de todo el mundo.
El espectacular Cedro del Himalaya o las Sequoias Gigantes son los reyes del jardín botánico del hotel rural Villa Onuba de Fuenteheridos. Aunque se dice que fue creado a finales del siglo XIX por el alemán Guillermo Sundheim, que se encontraba en Huelva dirigiendo la construcción del ferrocarril Huelva-Zafra, existen investigaciones que afirman que Sundheim mantuvo la huerta tal y como se la regaló D. José Tinoco, y que fue D. Carlos Doetsch quien impulsó la actual plantación, ensanchando la huerta al recibirla como regalo tras la muerte de Sundheim.
Muchos locales se refieren al jardín como el Jardín de Sunda o Huerta Sunda, que no es otra cosa que la castellanización del apellido del alemán, Sundheim. No obstante, son varios los propietarios y jardinero que ha tenido este majestuoso espacio natural, que poco a poco se ha ido repoblando de especies de Asia, América y África. La Tuya gigante; el abeto español o pinsapo; el Gykgo, la única especie que sobrevivió a la bomba de Hiroshima; el Laurel, con un agradable aroma y sabor típico de los platos Andaluces; o el centenario Pino Piñonero.
D. Luis Minoud (francés) creó el jardín francés que fue Villa Onuba. Y es que actualmente aquella estructura ha quedado bastante enmascarada por el ahilamiento sufrido por muchas de sus plantas. En los diecinueve años que permaneció como jardinero (1895-1914) creó un extraordinario vergel con muchas y preciadas especies propias de coleccionistas.
La finca fue sucediendo de unos a otros, de entre ellos, otro alemán, hasta que en 1939 la compró D. Joaquín Távora, que la disfrutó hasta 1956, cuando llegó a manos de los actuales dueños, los HH. Maristas.
El jardín también cuenta con varias glorietas adecuadas para el descanso y la lectura. Senderos de avellanos y boj con un encanto especial, todos ellos, lugares para el recreo o la meditación.
El único requisito para poder visitarlo es ser cliente del hotel, ¿te animas a pasar un fin de semana en este histórico edificio rodeado de un mágico jardín en Fuenteheridos?
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