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¿Eres fanático de las patatas fritas? ¿Sabías que en Huelva se hacían una de las más deliciosas de España? Esta marca de Aracena "vuelve locos" a todos los que las prueban y aseguran que son "adictivas como una droga dura y legal".
Están tan buenas que la sección "El Comidista" de El País elaboró un reportaje únicamente para hablar de ellas, como un alimento de culto. Crujientes, nada aceitosas y con el punto justo de sal, sabrosas. ¿Las has probado? "Tan adictivas, que se diría droga dura y legal”. Así las define Carlos Doncel, quien ha encumbrado a esta marca de patatas fritas de la Sierra de Aracena que rompe esquemas y conquista a todo aquel que las prueba dentro y fuera de Huelva.
Este aperitivo onubense es preparado a diario de manera artesanal, cada año que pasa cuenta con más devotos de este sencillo manjar. Se trata de las patatas fritas Perdi, marca fundada en los años 80 en Aracena, que pertenece en la actualidad a Miguel Ángel López. A raíz de querer volver a su pueblo, este aracenense adquirió esta empresa familiar en el año 2008.
El proceso de elaboración de estas deliciosas patatas fritas llevan sumo mimo y minuciosidad, siendo inspeccionadas una a una y desechando todos aquellos desperfectos que pudiesen llevar. Una vez cortadas van al perol a una temperatura no demasiado alta y al sacarlas se salan manualmente. Así hacen, según El Comidista, entre 280 y 300 kilos diarios de patatas fritas.
Una de las claves del éxito de estas patatas fritas son su grosor, un poco más gruesas de lo normal y, por supuesto, una excelente materia prima, utilizando únicamente la variedad de patata agria. Además, se procesan en una fritura de aceite de girasol primero, que la fríe, y luego pasa por aceite de oliva, que le aporta un excelente sabor.
En palabras de la misma empresa, en Patatas Fritas Perdi seleccionan las patatas de mejor calidad, peladas y repasadas a mano para eliminar impurezas y sabores que no sean propios de sus patatas chips.
Tras su corte característico, las pasan por su freidora donde se sumergen en una mezcla de aceite de girasol y oliva para conseguir su textura crujiente habitual. Eso sí, todo el proceso de fritura se sigue haciendo a mano, controlando el punto óptimo de dorado característico de las Patatas Fritas Perdi que las hace diferentes.
El toque final lo da la sal, hechas a mano, con sal marina, como siempre, para conseguir el sabor que les caracteriza y las hace inconfundibles. Además, las Patatas Fritas Perdi no contienen gluten, una excelente noticia para celíacos.
¿Por qué son diferentes? Porque las Patatas Fritas Perdi son diferentes al resto. Y así lo reconocen sus clientes, que confían en su proceso minucioso y artesano para conseguir las tradicionales patatas chips con la marca ‘Perdi’. No en vano, las Patatas Fritas Perdi se siguen elaborando a diario, lo que hace que su producto esté siempre crujiente y sin perder frescura ni sabor.
Modernas instalaciones, a su servicio. Las instalaciones de Patatas Fritas Perdi, en el Polígono Cantalgallo de Aracena, ofrecen a sus clientes una nave moderna y funcional que permite optimizar el proceso de elaboración de este aperitivo.
“Las patatas Perdi pertenecen a su fauna y a su flora (de la Sierra de Aracena), pues no hay taberna, supermercado, hacienda en el campo o reunión familiar en la que no se abran un par de bolsas gigantes para empujarse un trago de Canasta o una cervecita helada”
David de Jorge (Robin Food)
“Mientras, en ese trozo de barra ya no quedan botellines, tan solo alguna copa de tinto, restos de melva y patatas fritas Perdi, la prestigiosa marca de Aracena”
Carlos Navarro Antolín (ABC)
“No es fácil distinguirse cuando se prepara un producto mil veces emulado, pero en Patatas fritas Perdi lo consiguen aunando tradición, artesanía y gusto por lo exquisito con una fritura justa, un rico aceite y una buena materia prima”
Toni Castillo (BonViveur.com)
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