El monumento natural más impresionante de Huelva que no es Doñana
En Huelva estamos colmados de auténticos espectáculos de la naturaleza. El Parque Nacional de Doñana, la Gruta de las Maravillas, el Río Tinto, el Acantilado del Asperillo... Pero hay uno más desconocido que merece su reconocimiento
En Huelva estamos colmados de auténticos espectáculos de la naturaleza. El gran conocido Parque Nacional de Doñana, la Gruta de las Maravillas, el Río Tinto, el Acantilado del Asperillo... Pero hay uno centenario más desconocido que merece su reconocimiento.
El conocido portal turístico Descubrir, ha querido poner en valor los monumentos naturales más impresionantes de Andalucía, pequeños tesoros con los que la naturaleza siempre consigue sorprendernos. Estos monumentos forman parte de los espacios protegidos que existen en España, áreas que merecen esa calificación por su especial valor paisajístico, geológico, científico, cultural, geográfico, en biodiversidad… Una cueva, una formación rocosa, un arenal o un árbol pueden ser monumentos naturales.
En el caso de Huelva, quisieron hacerse eco de un Monumento Natural centenario, ubicado en tierras almonteñas, dispuestos discretamente, pero llenos de historia: Los acebuches del Rocío.
Acebuches centenarios
Los acebuches del Rocío se encuentran en la llamada plaza del Acebuchal, en pleno corazón de la aldea almonteña y casi rozando el parque natural de Doñana.
Descubrir describe así este enclave: "El valor de estos árboles, que miran impertérritos a los visitantes de la conocida aldea, está no solo en sus dimensiones sino también en ser una muestra que perdura de lo que fue el bosque mediterráneo andaluz que, tiempo atrás, predominaba en toda la zona. De entre todos los acebuches ‘rocieros’ destaca el conocido como "el Abuelo", un impresionante árbol que, según se cree, tiene más de seiscientos años".
"El Abuelo", ubicado en la Plaza del Acebuchal, estaría considerado el ser vivo más viejo de Doñana. Muy cerca de esta plaza, se encuentra la marisma a la que los almonteños denominan la Madre de las Marismas. Aquí comienza el Parque Nacional de Doñana y, exceptuando épocas estivales en la que permanece normalmente seca, es un excelente lugar para observar las aves que pueblan este espacio natural. La visita a esta zona puede completarse por un paseo por las calles del Rocío y la entrada a la ermita de la aldea.
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