Este es el pequeño bar que recomiendan en Ayamonte: Solo tiene tres platos

¿Dónde comer bien y a buen precio? Expertos gastronómicos han confesado a la sección gastronómica 'El Comidista' del diario El País, cuáles son sus restaurantes y bares favoritos "para ponerse las botas sin que sufra el bolsillo" a lo largo y ancho de España.

Isabel Sánchez, organizadora de eventos y caterings en "La Dicha de Celebrar", ha señalado un "barecito" en el centro de uno de los pueblos más bonitos de Huelva, Ayamonte, donde solo se sirven tres platos, pero tres platos de infinita calidad y dos de ellos, de pescado fresco de la costa.

El bar al que hace alusión es Margallo, en Ayamonte: "Pescaíto frito, delicioso choco frito y rico tomate con un aliño secreto en el que adivinamos comino. Si son tres platos, pero son esos, ¿para qué mas?". Y para probarlo, solo tendrás que dirigirte al centro de la localidad ayamontina, a unos pasos de su plaza de La Laguna, donde está ubicado el ayuntamiento.

El Margallo es un bar de los de toda la vida, manteniendo su esencia desde que abriese casi a mitad del siglo XX, en el año 1946. Ellos tienen claro que lo que les hace triunfar, no tiene por qué ser cambiado, pues sus tres únicos platos son una de las grandes razones por las que continúa su andadura tantas décadas después.

Su carta, tres platos y punto: pescaíto frito variado, chocos fritos y tomate aliñado. Siempre frescos del día y servidos en la vajilla de toda la vida, en su amplia terraza en la calle José Pérez Barroso.

‘El bar del pescaito frito’ es un lugar que congrega a ayamontinos y visitantes, pues saben que es un acierto seguro y quien lo conoce, repite. ¿Su secreto? La calidad de sus platos, pescado fresco recién traído como buena zona costera, y un aliño secreto en su tomate que encanta a todo el mundo.

Los comensales que pasan por este bar aprecian hasta que solo sean tres “pues no te mareas y te pides los tres y ya está”, dicen muchos. Un lugar entrañable regentado por la misma familia desde hace más de 75 años. Una barra de las de antes, un comedor de los de siempre.