La playa de Huelva del atardecer eterno de verano

Sus arenales son blancos, finos y limpios, pasear por ellos transmite paz y sosiego al viajero en sus más de 3.000 horas de sol al año. Y al caer la tarde, comienza el espectáculo, su horizonte se funde de naranjas y amarillos inolvidables para el ojo humano.

La belleza natural de las playas de Punta Umbría deslumbra al que las contempla. Su extensa lengua de arena se adentra a modo de flecha en el océano conformando un paisaje inigualable que supone un verdadero placer para los sentidos, donde todos los caminos llevan al mar. Rodeada de pinos y envuelta en mar y ría, tiene el privilegio de ofrecer una de las puestas de sol más espectaculares de la Península Ibérica, en un entorno que cuenta con el 70 por ciento de su territorio municipal protegido.

Trece kilómetros de costa en pleno Paraje Natural Marismas del Odiel, un humedal declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Con varios observatorios, hay que rendirse a un ecosistema de marismas en el que especies como los cormoranes, los flamencos y las aves limícolas conviven y se apropian del paisaje.

A pesar de su continuidad, las playas de Punta Umbría se dividen en varias zonas diferenciada, con una anchura media de 50 metros en toda su franja costera. La playa urbana, con los mejores servicios e infraestructuras, goza de Bandera Azul y otros distintivos que certifican su excelencia y calidad. La playa de Los Enebrales, en el seno del Paraje Natural del mismo nombre: un bosque mixto de enebros y sabinas de casi exclusiva ubicación en toda Andalucía y de gran interés, donde crece el pino piñonero, el lentisco, el romero y el espino negro.

La playa de La Bota o del Cruce, en un entorno semivirgen sin edificaciones anexas, a escasos cuatro kilómetros del casco urbano. La playa de El Portil, popular y de aguas tranquilas, entre el término de Cartaya y el puntaumbrieño, con un ambiente acogedor que la convierten en excelente opción familiar para el disfrute. O la playa de La Canaleta, junto al espigón en el que la punta de arena de la localidad se funde con el mar, que permite al turista contemplar el incomparable marco del cordón dunar que conecta esta franja con la ría.

La ría acompaña igualmente a la playa como escenario privilegiado y único. Contiene un auténtico puerto natural con casi mil atraques en sus tres clubes náuticos, que invita a navegar entre sus caños y esteros o descubrir la belleza de Salinas del Astur como punto de ocio pesquero y de avistamiento de aves. Durante décadas, fue la única vía de comunicación que existió entre Huelva y Punta Umbría, con una línea regular de barcos que enlazaban ambas poblaciones y que sigue vigente: las populares Canoas.

Junto a una cuidada red de carriles bici, el visitante podrá observar la abundante avifauna del lugar, con la población europea más densa de espátulas e importantes colonias de garzas, grullas o águilas pescadoras. Además, en toda su línea marítima se puede encontrar una oferta variada y para todos los gustos: desde una playa urbana equipada con los mejores servicios de alta calidad, a una magnífica oferta en hostelería y actividades de ocio con excelentes accesos, que se completa con una de las mejores plantas hoteleras de costa en España.

Conocidos en todo el país son sus manjares que vienen del mar. La lonja de Punta Umbría es la tercera de Andalucía y cada año se descargan toneladas de los mejores productos pesqueros. Frescos pescados y mariscos que pueden degustarse en sus conocidos restaurantes, bares y chiringuitos, con expertas manos para poner sobre la mesa una de las mayores joyas del municipio. La suma de estos disfrutes convierten a Punta Umbría en el mejor destino para descansar, comer bien y hacer deporte, sanando cuerpo y mente. Todo un completo catálogo de virtudes que atrapan los sentidos y los envuelve en su tradición marinera y la calidez de sus gentes.