El pueblo de Huelva por el que no ha pasado el tiempo perfecto para desconectar

Casi en la frontera con Extremadura, se alza este pequeño pueblo onubense de poco más de 300 habitantes, muy poco conocido pero que reúne la absoluta belleza norteña y toda la tranquilidad serrana que buscas al huir de grandes urbes.

Hinojales es un pueblo del norte de Huelva que brilla por su entorno natural y relajado, muy alejado de ciudades y masificicaciones, siendo un retiro muy apetecible en la época otoñal.

Dentro de sus grandes reclamos relacionados con su espacio puro y que parece casi anclado en el tiempo, cuenta con una amplia red de senderos para recorrer alrededor de esta localidad, como los del Camino Maragatos, El Cerro del Gordo, la Cueva del Moro o la Rivera, uno de los afluentes de La Ribera de Huelva. Sus paisajes son espectaculares y durante todo su recorrido se pueden admirar gran cantidad de ejemplares de flora y fauna serrana.

Si nos fijamos en su patrimonio, destacan el anfiteatro, la plaza de toros, la Fuente del Concejo o la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Consolación, donde destacan las pinturas murales al fresco de los siglos XV y XVI, templo que, como la ermita de Nuestra Señora de la Tórtola, a las afueras del municipio, están catalogados como Bien de Interés Cultural.

La riqueza cultural de Hinojales se palpa en sus tradiciones, como una danza a la que se atribuye un origen celta, conocida como la Lanza, que cada 30 de abril bailan un grupo impar de hombres durante el traslado de la Virgen de la Tórtola, desde su ermita a la Iglesia parroquial y en agosto cuando regresa.