Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Dentro de las bondades que Huelva ofrece, están los numerosos y bellos pueblos que se expanden por la provincia de norte a sur. En nuestra sierra, hay auténticas joyas que en otoño son una delicia para visitar y conocer su patrimonio y gastronomía.
Descubre estos seis de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, menos conocidos pero igual de maravillosos que los más típicos de Huelva.
El precioso pueblo de Galaroza, comunmente conocido como 'El Valle Encantado', es famoso por su agua y artesanía de madera. Este municipio onubense de extraordinario encanto cuenta con casi 1400 habitantes, y arrastra una gran cantidad de razones por las que no debes dejar de visitarlo este otoño.
Patrimonio histórico
Los principales monumentos que se pueden visitar en esta localidad onubense son la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, la ermita de Nuestra Señora del Carmen, la ermita de Santa Brígida. Además, otro de sus puntos turísticos de mayor encanto son sus magníficas fuentes como son la de los Doce Caños y la de Los Jarritos.
Como añadido, este pueblo se caracteriza por sus casas blancas, sus calles empedradas y enrevesadas, y una de sus señas de identidad más característica es la 'regaera', lievas que surcan las calles principales de Galaroza.
Gastronomía ibérica
Además de su patrimonio histórico, Galaroza destaca por su abundante agua que corre por sus campos y huertas, lo que favorece que su gastronomía esté basada en el castañar y la dehesa. De la huerta destacan las verduras, hortalizas y frutas como pueden ser los míticos 'peros' de Galaroza, que además han originado el gentilicio de sus habitantes, cachoneros.
Además, la sierra de Huelva es famosa por sus productos cárnicos, aspecto en el que Galaroza no se queda atrás, ya que la bellota de las dehesas es el principal alimento para la cría del cerdo ibérico, lo que da como resultado guisos, chacinas y jamón ibérico de bellota de la mejor calidad posible.
Homenaje y puesta en valor de estos productos se hacen en la Matanza Tradicional, fiesta popular en la que se muestran los trabajos rurales que se hacían y se siguen haciendo a día de hoy por los propios vecinos del municipio, un acto de gran tradición y aceptación.
El más cercano a la frontera con Portugal. La población de Rosal es de corta historia, no así su término, sus tierras y las gentes que lo habitaron y marcaron lo que debería de ser las líneas principales de su desarrollo y prosperidad, líneas que se han mantenido a duras penas y que ahora comienzan a crecer de nuevo con las vistas que el horizonte proyecta hacia nosotros.
El comercio que siempre ha distinguido a Rosal por su eficacia, calidad y amplitud sigue siendo línea primordial de desarrollo y foco de llamada de los alrededores, esencialmente de Portugal, como siempre ha sido, manteniéndose, a pesar de las vicisitudes que han mermado las posibilidades, en los últimos 15 años, de aumento de desarrollo y por ende de población.
A la riqueza y recurso forestal existente, se le están sacando en las dos últimas legislaturas todo el provecho económico que en anteriores mandatos no se había hecho y que ahora, estudios mas concienzudos, revisando concesiones y contratos, están consiguiendo poner en valor el precio y las ganancias de su masa forestal.
Y además Rosal está de nuevo mirando a Portugal. La organización de proyectos a Europa conjuntamente de dos zonas machacadas históricamente por el abandono y la distancia, hará que, poco a poco, se consigan sus esperanzas de resurgimiento, repoblación y prosperidad.
Un bello y pequeño municipio de poco más de 400 habitantes, Los Marines está situado en pleno corazón de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, a la altura del Km 93 en la N433. El castañar es emblema del municipio y susceptible de su importante conservación y respeto por parte de todos.
Pueblo entrañable con gentes amables y acogedoras, con multitud de opciones para realizar actividades deportivas al aire libre y donde podrás disfrutar de una red de senderos fantástica en un enclave natural inigualable; y de la gastronomía serrana basada en el cerdo ibérico y su popular mosto.
Entre sus tradiciones más destacadas se encuentran la Romería en Honor a Ntra. Sra. De Gracia que se celebra el último domingo del mes de mayo, tradicional Fiesta del Chopo en junio, fiestas patronales el 8 de septiembre, y la Fiesta del Mosto y Feria Bionatutal, Artesanal y Cultural de la Sierra que se celebra en el puente de la Inmaculada en el mes de diciembre.
Entre los lugares más bonitos a visitar de su rico patrimonio, se encuentran a la entrada el Monumento a la Tradición mostera, seguidamente el Paseo de los Murales, Los Lavaderos de comienzos del siglo XX, el monumento a “La Apañaora”, obra del escultor Alberto Germán Franco en el año 1999 y en honor a la labor de la mujer en época de la recolección de la castaña a lo largo de la historia en el pueblo , La Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. de Gracia de mediados del siglo XVII y junto a la cual se halla el “Monumento a la Promesa del Voto”, escultura del año 2003 que rinde homenaje al importante papel que juegan los niños portando los faroles en las procesiones de las novenas en sus fiestas patronales.
Los Marines, lugar maravilloso para vivir y visitar, en familia o amigos, y desconectar del bullicio urbano.
Es uno de los Pueblos Mágicos de España. No lo es por casualidad, sino por una destacada serie de valores culturales, naturales y etnográficos que lo hacen un municipio único. Recorrido por varios senderos y ubicado en pleno Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, Puerto Moral se asienta en terrenos de dehesas de encinas y alcornoques, con castañares y olivares en áreas al sur del término municipal.
En torno a la iglesia del siglo XIV (declarada BIC), se extienden sus calles blancas y luminosas, con rincones y plazas de marcado sabor rural, algunos con esculturas hechas con herraduras por Perico Canterla. Rodea el casco urbano por el SE un pago de huertas, regadas desde una liega, que son explotadas por el vecindario para el autoconsumo.
Al norte del municipio se encuentra "El Pantano", en la Rivera de las Yerbas. En sus inmediaciones hay espacios acondicionados para el turismo, así como parajes naturales de gran belleza. En la carretera de acceso existe un mirador que ofrece unas magníficas vistas sobre el Pantano y los territorios de las provincias de Huelva y Badajoz.
Puerto Moral cuenta con un espacio al oeste del casco urbano (definido por los márgenes del barranco), en el que coinciden el Paraje de Los Nogales y el Área Recreativa "Barranco de La Madrona". El primero acoge los nogales que antaño sembraban las familias, así como un Jardín Botánico de especies autóctonas. Junto al barranco se alzan tres molinos de rodezno, dos de los cuales han sido restaurados por el Ayuntamiento con fines turísticos.
Fiestas populares
La fiesta más importante de Puerto Moral es la Feria de Ganado de Silla y Tiro, fundada en 1893, coincidiendo con las fiestas patronales, celebradas en honor a la Virgen de la Cabeza. Alcanzó esta feria gran notoriedad por ser la primera del calendario, al tener lugar el primer domingo de abril.
Desde mediados del siglo XX se celebra también la Fiesta de la Alcaldesa, que surgió a raíz del nombramiento de la Virgen como Alcaldesa Honoraria Perpetua y tiene lugar el último domingo de julio. Un mes antes se conmemora la onomástica de los santos Pedro y Pablo, copatronos del municipio.
Puerto Moral cuenta con otros eventos de interés. El primero es la Cabalgata de Reyes Magos, que se celebra desde 1997, cada mediodía del 5 de enero. Es una modesta cabalgata que, sin embargo, atrae a numerosos visitantes, ya que les permite acudir a ella por la mañana y a las de sus localidades posteriormente.
El Día de Andalucía es festejado por la población con un cocido multitudinario, degustado en el Salón Polivalente, rematado de dulces típicos y amenizado con actuaciones. Aunque de todo esos eventos, el más destacado, sin duda, es el Belén Viviente, en el puente de la Constitución, siempre en función de la climatología. Esta escenificación se representa en el Área de Recreo "Barranco de La Madrona", un bucólico paraje que traslada al espectador a la idealizada Judea del siglo I. Los figurantes son niños y jóvenes de la localidad, que se caracterizan para mostrar los usos y oficios tradicionales, además de escenas bíblicas.
Este municipio onubense, situado al nordeste de la provincia, en las estribaciones de Sierra Morena, se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, uno de los espacios protegidos más importantes de la provincia que conforma un paisaje de extraordinaria belleza.
Esta zona de la serranía destaca por sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, así como por sus bosques de encinas, alcornoques y monte bajo, por donde cursan numerosos arroyos, conformando entornos de gran atractivo.
Su historia se remonta a la época romana, donde quedó bautizada por el nombre de Ponciana, y fue posteriormente cuando adoptaría el nombre de su patrona, Santa Eulalia de Mérida. Finalmente, pasó a llamarse Santa Olalla de la Sierra, y Santa Olalla del Carril, hasta llegar al topónimo actual de Santa Olalla del Cala (1920) en honor al río Cala, afluente del Huelva que baña sus tierras.
Patrimonio histórico y cultural
Santa Olalla cuenta con un importante patrimonio histórico, artístico y cultural. Algunos de los ejemplos más claros son el Castillo Fortaleza del siglo XIII, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XIV-XVIII, el Crucero perteneciente a la Ruta de la Plata o la popularmente conocida como Fuente de Arriba, ubicados todos ellos en los alrededores del Castillo.
El Castillo-Fortaleza del siglo XIII es de estilo gótico y mudéjar de tradición almohade. Ubicado sobre el Cerro del Castillo a 540 metros de altitud, fue construido por Sancho IV a través de un acuerdo del Consejo de la ciudad de Sevilla para construir fortalezas en Cumbres y Santa Olalla.
El recinto tiene forma rectangular alargada y el material del que se construyó es un conglomerado de piedras y argamasa (mezcla de arena y cal). La edificación se compone de murallas encapuchadas y franqueadas por diez torres; cuatro semicirculares y seis rectangulares, estas últimas divididas por impostas horizontales de ladrillos.
A los pies del Castillo se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que aúna los estilos gótico, mudéjar y barroco
. Posee una belleza sin igual enmarcada por los diferentes detalles artísticos que la caracterizan como son el puerto de la epístola y las bóvedas nervadas. Además, su interés patrimonial se debe a que fue construida sobre restos de una antigua sinagoga del siglo IX o X.
Festividades en Santa Olalla del Cala
Dos de los eventos de mayor transcendencia de este rincón onubense son la Romería de Santa Eulalia y la Feria de Agosto.
La primera de ellas se celebra cada segundo domingo de mayo y es reclamo para numerosos devotos de la Patrona de la localidad, Santa Eulalia, llegados de todos los rincones de España. Si bien, desde el domingo de Resurrección, día en que es traída al pueblo desde su ermita en la Ribera del Cala, hasta esta fecha, no paran de celebrarse en la localidad eventos culturales y religiosos relacionados con la gran devoción que los santolalleros procesan a su patrona y que se contagia fácilmente a todo el que lo vive alguna vez.
La segunda festividad, la feria de agosto, es la fiesta grande de la localidad, se celebra a finales del mes de agosto y en ella tienen cabida grandes actuaciones musicales, taurinas y de convivencia. Más de cincuenta casetas se instalan en el recinto ferial para la ocasión y en ellas disfrutan los santaolalleros que viven todo el año en el pueblo junto a los llegados desde multitud de puntos del territorio nacional. Estas fiestas son muy esperadas cada año para disfrutar durante cinco días de actividades de todo tipo, como las grandes tardes de toros vividas en su centenario coso taurino, los grandes conciertos de artistas de primer nivel y sobre todo una fiesta diseñada para todas la edades, cuidada al milímetro para conseguir el bienestar y el buen ambiente entre todos los vecinos y visitantes.
Cumbres de San Bartolomé es un pequeño pueblo situado al norte de la provincia de Huelva, en el límite con la provincia de Badajoz, dentro del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche.
Este enclave serrano es uno de los espacios protegidos más importantes de la localidad: se extiende por todo el norte de la provincia con sus dehesas y pequeñas elevaciones cubiertas, donde predominan los bosques de encinas, alcornoques, castaños. En el monte bajo cursan numerosos arroyos, conformando un paisaje de extraordinaria belleza y atractivo, ideal para la ganadería, especialmente para el cerdo ibérico, que encuentra aquí unas condiciones ideales.
Su origen de la población de Cumbres de San Bartolomé es algo que no se encuentra del todo definido, aunque algunos autores lo explican como el de sus hermanas las otras dos Cumbres. La hipótesis parte de que se trata de una población que se erigió bajo la dominación romana, desde donde sus habitantes se trasladarían del valle a las tierras altas, originando un conjunto de pequeñas aldeas.
Algunos de los puntos más bonitos para visitar en Cumbres de San Bartolomé son el Mirador del Cabezuelo, desde donde se divisa Portugal y la Sierra de Aroche, el Mirado piedra Utrera y el mirador conocido con el nombre de Monturio.
Patrimonio histórico: el Castillo-Fortaleza
Como puntos de interés turístico, son interesantes el Castillo o Muralla Artillera y la Iglesia de San Bartolomé, catalogados como Bienes de Interés Cultural. Por otro lado, desde el punto de vista etnográfico, destacan las zahurdas y los chozos de su término.
Sin embargo, si algo destaca en Cumbres de San Bartolomé es su impresionante Castillo-Fortaleza, que se integra en la denominada Banda Gallega, un conjunto de fortificaciones medievales del reino de Sevilla ubicadas en la frontera con Portugal (para defenderse del enemigo).
No se tiene del todo claro cuál es el origen de la fortificación. Por la tipología y el trazado del pueblo, se puede considerar de la época cristiana Bajo Medieval. Por otro lado, sus dimensiones lo encuadran dentro de las pequeñas fortificaciones serranas que servían más como refugio de la población que como centro militar.
Además, las noticias existentes que hacen referencia a esta zona de la sierra durante los siglos XIV y XV son escasas, y en la mayoría de los casos se trata de periodos de guerra donde la información hacía referencia a los cambios en el régimen de tenencias de los castillos dependientes del concejo.
Sea como fuere, en la actualidad se trata de uno de los mayores requisitos turísticos de la zona. Ubicado en el extremo oeste del núcleo de población, el edificio presenta cuatro fachadas que dan a las cuatro calles que lo circundan: El Castillo, Encinasola, Travesía Real y un camino lateral relacionado con el espacio agrícola.
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