¿Conoces la historia de la cinta que lleva la Virgen de la Cinta de Huelva?
¿Podrías explicar a alguien de fuera de dónde viene la devoción por la Virgen de la Cinta?
Este museo de Huelva es único en el mundo y uno de los más extraños de España
La macabra capilla cubierta de huesos humanos a un paso de Huelva
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Cuenta la tradición que sobre el año 400, Juan Antonio, el zapatero, sufrió un fuerte dolor en el costado de camino hacia Gibraleón. El dolor fue tal que le hizo caer al suelo y, rezando a la Virgen María, halló una cinta en el suelo a la que se agarró, atándosela sanó, y pudo seguir con su camino hasta su hogar.
En agradecimiento, Juan Antonio, construyó una pequeña capilla en el lugar donde ocurrió el milagro. Un amigo pintor, Pedro Pablo, pintó en su interior la imagen de Nuestra Señora de la Cinta en torno al siglo IV. En dicha pintura aparecía la Virgen sentada, y el Niño Jesús entre sus brazos.
El Niño estaba totalmente desnudo a excepción de unos zapatos en color dorado, en honor zapatero, pues se dice que Juan Antonio regalaba zapatos a los niños en Navidad. En la mano derecha de la Virgen, una cinta que recordaba el milagro sucedido; y en la izquierda, una granada, que representa todas las virtudes y gracias con las que Dios dotó a la Madre de Cristo.
La imagen de la también conocida como la Virgen Chiquita recibió un culto por parte de muchísimas personas antes de la invasión árabe en España, donde fue escondida y encontrada posteriormente por un pastor. En 1750 e inspirado por la pintura, Benito Hita del Castillo realizó la escultura procesional que hoy en día se encuentra junto al mural en el Santuario del Conquero.
Alcaldesa Perpetua de Huelva desde 1956, fue coronada canónicamente por el Cardenal Martínez Somalo en 1992. Aunque su veneración comienza en el siglo XIX, no es hasta 1862 cuando el consistorio onubense hace oficial su celebración.
Uno de los momentos más mágicos para sus fieles se vive durante la bajada de la Virgen a la iglesia parroquial de la Purísima Concepción. La tradición marca que sea el tercer domingo del mes de agosto, durante el rezo del Rosario, mientras los cientos de onubenses que la acompañan ven el amanecer desde el cabezo. Generalmente la Virgen bajaba hasta la Catedral de la Merced, donde se realizaba la novena y se trasladaba de nuevo a su santuario el día de su festividad, el 8 de septiembre.
Existen otras leyendas en torno a la Virgen y al santuario, como la del marino de Huelva. Éste fue encarcelado por los musulmanes y se encomendó a la Virgen de la Cinta, que se le apareció. Al verlo hablando, uno de los musulmanes le preguntó que con quién hablaba, y este le explicó que era con la Patrona de la ciudad de Huelva. Pensando que estaba mintiendo, el carcelero lo puso a prueba, lo metió en un arca y lo subió a un barco. Además, le cortó el cuello a un gallo y lo cerró con unos pilares de mármol. Cuando el carcelero despertó, estaba en Huelva junto al marino mientras el gallo cantaba, concretamente en el Santuario. Incrédulo y trastornado ante tal hecho, el musulmán liberó al marino, que fue a contar lo sucedido a las autoridades. Ambos sirvieron a la Virgen de la Cinta en el santuario-del siglo XV- hasta el final de sus días.
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