El pueblo con playa más tranquilo de Huelva para pasar el verano

Están de moda los espacios naturales, los paraísos vírgenes y las zonas de Costa poco aglomeradas. La pandemia ha dejado tras de sí nuevos hábitos y maneras de entender la diversión y, sobre todo, la desconexión. Ahora, el visitante elige los lugares menos masificados, optando por los espacios abiertos y la calma, donde el mar, la arena y el sol sean los protagonistas.

Si este verano te apetece pasar unas vacaciones tranquilas para desconectar de la rutina, okdiario.es ha elaborado una lista de los mejores pueblos con playa de Andalucía para huir de las masificaciones.

¿Sabes cuál es el de Huelva? ¡Continúa leyendo!

El pueblo cuenta con tres zonas de playa, y la de "la Flecha del Rompido es la mejor de todas", recoge la publicación. Y aunque este impresionante trozo de tierra que crece cada año pertenece concretamente a Lepe, se ubica cercano al El Rompido, el pueblecito de pescadores que te cautivará este verano.

El pueblo costero más tranquilo de Huelva para pasar el período estival es, según Ok Diario, Cartaya.

Cuatro banderas azules, numerosos distintivos de calidad, servicios turísticos de primer nivel, paisajes únicos, como la Flecha o las 12.000 hectáreas de un pinar centenario; una programación cultural y deportiva referente, completan una oferta que convierten a Cartaya, El Rompido y Nuevo Portil, en un destino especial, diferente, que ofrece experiencias únicas e irrepetibles y que atrapa al visitante.

Atardeceres anaranjados que se reflejan en la Ría del Piedras, un manto verde que se funde en el horizonte con el azul de un cielo repleto de luz… Sabores marineros de siempre, conviviendo con servicios innovadores, con música, cultura, fiestas, tradiciones… senderos que arrancan en la orilla y se pierden en un mar de pinos, barcos que buscan el sol cuando baja a refrescarse a un paraje natural único, el de la Ría del Piedra. Estas son algunas de las estampas que Cartaya, El Rompido y Nuevo Portil deja para siempre en la retina de quien los visita.

Un destino turístico-cultural que combina tradición e innovación, siempre con la naturaleza por bandera. La singularidad especial de El Rompido, flanqueado por sus faros y por una naturaleza monumental, la que nos deja el Paraje Marismas del Río Piedras y Flecha de El Rompido, es una fusión única entre la tradición marinera de sus casitas blancas, su exquisita gastronomía y sus barcas de pescadores a pie de playa, y la innovación de sus instalaciones hoteleras, de sus campos de golf y de sus servicios turísticos, con una Oficina de Turismo totalmente digitalizada y con el distintivo SICTED de calidad.

Nuevo Portil nos deja las playas con mayor nivel de calidad medioambiental y servicios públicos, playas, senderos y puertos deportivos que cuentan con Bandera Azul, y en las que se ha hecho una inversión muy importante para mejorar los servicios públicos, el equipamiento y la accesibilidad, siendo la costa cartayera un referente provincial para personas con movilidad reducida.

Pero Cartaya también es destino histórico y cultural, con monumentos emblemáticos cuyos orígenes se remontan al siglo XVI y que están consolidados como Bienes de Interés Cultural: el Castillo de los Zúñiga o la torre del convento mercedario, sin olvidar la Iglesia parroquial de San Pedro y la ermita de Consolación, la Casa de la Cultura,… Todos conviven con espacios como el Centro Cultural, o el teatro, que son referente cultural y se adaptan también como escenarios para desplegar la excepcional programación cultural que durante todo el año ofrece el Ayuntamiento cartayero, y para la que se están poniendo en marcha auditorios al aire libre en los tres núcleos.

Instalaciones deportivas y recreativas excepcionales, como el complejo deportivo, el karting o el aguapark; fiestas tradicionales todo el año; una amplia programación lúdica y de ocio y la alegría y el carácter de su gente, completan una oferta que hacen de Cartaya, El Rompido y Nuevo Portil, un destino único y tan especial que atrapa desde enero hasta diciembre, un lugar al que volver una y otra vez.