Rogelio Velasco
Simplificación administrativa
EPA del primer trimestre
¿Señales de alarma? Habrá que esperar a los próximos trimestres para saber a ciencia cierta si estamos ante un serio frenazo del mercado laboral, pero algo es indiscutible: el primer trimestre de 2019 ha sido malo, muy malo, para la provincia de Sevilla.
La Encuesta de la Población Activa (EPA) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) no deja lugar a la duda: pierde 16.800 ocupados en tres meses (hasta situar la cifra en 729.100), en un arranque del año que ha sido bastante peor que el de 2018, cuando se destruyeron 9.700 empleos y diametralmente opuesto al de 2017, cuando incluso se sumaron 3.200 trabajadores más. Hay que remontarse, de hecho, a 2009 -hace diez años- para encontrar un primer trimestre peor. Entonces Sevilla redujo su fuerza laboral en 22.600.
Además, la encuesta refleja que el número de parados en la provincia se eleva en 8.200, un dato también bastante malo pero en este caso mejor que el de 2018, cuando esta cifra se elevó en 21.000. Esta mejoría -si se puede hablar en estos términos- se debe a que el año pasado subió con fuerza la población activa (personas que no trabajaban ni pretendían un empleo pasaron a buscarlo y engrosar la lista de parados) y eso elevó con fuerza el número de desempleados. Esta vez el incremento del paro se produce incluso bajando la población activa (en 8.600 personas), lo que significa que la causa principal del alza no es otra que la pura destrucción de empleo.
En cualquier caso, el dato del paro, pese a ser mejor que el de 2018, es el segundo peor desde 2012, uno de los peores años de la crisis. La provincia vuelve a superar los 200.000 parados (205.800), una cota que había logrado rebajar en el cierre del año.
Además, Sevilla es la tercera provincia de España donde más baja la ocupación (tras las isleñas Baleares y Las Palmas) y la quinta donde más sube el paro (tras Baleares, Las Palmas, Gerona y Asturias).
Por otro lado, la tasa de paro (porcentaje de desempleados en relación con la población activa) se situaba al cierre de 2018 a menos de un punto del 20% (en el 20,94%, en concreto) y ahora, de golpe, sube algo más de un punto y se sitúa por encima del 22% (22,02%). Todavía está más de dos puntos por debajo del 24,41% que se registraba al cierre del primer trimestre de 2018.
Por sectores el que más empleo destruye en el primer trimestre es el de servicios, que pierde 9.200 ocupados, algo lógico ya que es el de mayor volumen de trabajadores con diferencia. Llama la atención, especialmente, el retroceso de la construcción, que pierde 6.800 y sufre un fuerte frenazo cuando estaba en pleno auge. Agricultura (-2.200) e industria (-1.400) también pierden trabajadores.
Por sexos, los hombres sufren más, ya que hay 14.000 puestos de trabajo menos para ellos por 3.000 para las mujeres. También hay 5.500 parados más en el sector masculino mientras que el alza entre ellas es de 2.700.
En el plazo de un año (entre el primer trimestre de 2018 y el primer trimestre de 2019) la evolución no es tan mala, pese al mal arranque de 2019. Así, el número de ocupados se eleva en 23.100, algo menos que los 25.100 del año pasado. Aunque es el segundo peor dato desde 2015, está en línea -aunque a la baja- con los años de la recuperación.
Respecto al paro, baja en 22.100, más que en 2018 (15.000) y en este caso estamos ante el segundo mejor año desde 2015, a mucha distancia del extraordinario 2016, cuando abandonaron su condición de desempleados 41.500 personas.
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