Análisis
Santiago Carbó
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha afirmado que los mercados siguen percibiendo que la deuda de su país "es de primera categoría", y afirmó que los actuales problemas financieros "tienen solución". Estados Unidos "siempre será un país AAA", ha dicho el presidente Obama, mientras los mercados de Wall Street ahondaban en sus pérdidasWall Street ahondaban en sus pérdidas, superiores al 5 por ciento antes del cierre, en reacción a la rebaja el viernes de la calificación de la deuda estadounidense por parte de la agencia S&P.
Obama dijo que "los mercados siguen percibiendo que la deuda de Estados Unidos es de primera categoría y los inversores de todo el mundo están de acuerdo en ello". La declaración del presidente, en el Comedor de Estado de la Casa Blanca, era la primera desde que Standard and Poor's rebajara en un grado su calificación del crédito de EEUU, que desde hacía más de un siglo era de AAA, la más alta posible. S&P rebajó esa asignación a AA+, y aunque otras dos agencias de calificación mantienen la máxima categoría una de ellas, Moody's, alertó de que puede rebajar la nota antes de 2013 si este país no adopta nuevas medidas para lograr una mayor reducción del déficit público.
En su alocución, Obama defendió la salud fiscal de su país, y expresó su decepción por las luchas partidistas en Washington. "Nuestros problemas tienen soluciones", dijo, y subrayó que "lo que a los inversores les preocupa es la falta de voluntad política para hallar esas soluciones". Uno de los argumentos esgrimidos por S&P para rebajar la calificación de la deuda fue, precisamente, el acerbo clima político en Washington que complicó sobremanera el logro -finalmente cerrado a última hora el 2 de agosto- de un acuerdo para aumentar el techo de endeudamiento del Estado, cifrado en 14,29 billones de dólares. "No nos hacía falta que una agencia calificadora nos dijera que necesitamos un plan equilibrado y de largo plazo para la reducción de nuestro déficit", afirmó el presidente, en un intento de tranquilizar a los mercados, que hoy cerraron en Europa con grandes bajadas en reacción a la decisión de S&P.
Mientras hablaba el presidente, Wall Street continuaba su descenso. Antes de que Obama comenzara a hablar perdía más del 3 por ciento y tras concluir su declaración la caída superaba ya el 5 por ciento. "Los mercados suben y bajan pero esto es Estados Unidos, y no importa lo que ocurra siempre seremos un país AAA", añadió. "Tenemos los trabajadores más productivos, la tecnología más avanzada, los empresarios con más iniciativa", subrayó.
El presidente reiteró que la solución a medio y largo plazo requiere una "gestión equilibrada" del déficit de Estados Unidos que incluya reducciones de los gastos y aumentos de los impuestos. Obama había exigido en las conversaciones del Congreso para elevar el techo de la deuda un aumento de los impuestos, en especial a los más ricos, aunque los negociadores republicanos rechazaron de pleno esta posibilidad.
En plena caída de las cotizaciones bursátiles, S&P extendió su degradación a otras áreas de las finanzas. Las dos agencias hipotecarias estatales Fannie Mae y Freddie Mac, dos posibles motores del estancado negocio inmobiliario, recibieron una rebaja de su crédito, y poco después bonos de Israel garantizados por Estados Unidos también vieron su crédito degradado.
Este martes, se reúne el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal, que dirige la política monetaria de Estados Unidos, para analizar qué posibles opciones le quedan con objeto de reactivar la economía. Los analistas consideran que al Gobierno de Obama le quedan pocas opciones para calmar a los mercados en el corto plazo. Las miras están ahora en un comité legislativo bipartidista que tratará de recortar aún más el gasto del Gobierno.
Ese supercomité, de seis republicanos y seis demócratas, forma parte del acuerdo por el que el Congreso aprobó a última hora y tras semanas de polémicas, un aumento del endeudamiento de EEUU y un plan de recortes de gastos sin aumentos de impuestos que, supuestamente, reducirá en 2,4 billones de dólares el déficit durante los próximos diez años.
Los líderes del Congreso deberán designar ese supercomitéantes del 16 de agosto y el grupo tendrá hasta finales de noviembre para preparar una lista de recortes de gastos que contrarresten el incremento de la deuda autorizado hasta marzo de 2013.
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