Análisis
Santiago Carbó
Tras un buen año en lo macroeconómico, en 2025 hará falta mucho más
Foro Joly
Las negociaciones y el diseño del nuevo marco de la Política Agrícola Comunitaria (PAC), la que debe entrar en vigor en 2021, centraron las intervenciones que el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, realizó ayer en el Foro Joly, que se celebró en Sevilla con el patrocinio de Deoleo y estuvo conducido por el director de Diario de Sevilla, José Antonio Carrizosa.
Ante un destacado auditorio, formado por profesionales del sector agroalimentario andaluz y autoridades, el ministro insistió en pedir calma para afrontar las negociaciones sobre la agricultura comunitaria “sin prisas, porque la prisa mata”, dijo.
La jornada dio para abordar los principales temas de la actualidad agraria, desde el conflicto con Estados Unidos por la aceituna de mesa hasta la Norma del Ibérico, aunque los asistentes mostraron su impaciencia por conocer las intenciones del Gobierno español en las negociaciones de la PAC y la percepción del ministro sobre los plazos.
Luis Planas fue claro al respecto y, en una respuesta al presidente de Asaja, Ricardo Serra, dijo que el Plan Estratégico no estará listo hasta finales del próximo año o principios de 2020. Eso sí, aseguró que en el periodo transitorio, entre el actual marco y el siguiente, las ayudas estarán garantizadas.
Recalcó que la Política Agrícola Comunitaria no entrará en vigor en la fecha prevista “y no hay que tener prisa en la negociación, lo importante es el resultado”. Planas defendió el trabajo que el Gobierno andaluz está realizando en defensa de los intereses del sector agroganadero de la región y dijo que “tenemos que negociar bien en Bruselas, porque eso nos dará margen de flexibilidad”. “Soy optimista sobre el resultado de la negociación”, agregó.
Ayer mismo, el Ministerio empezó una ronda negociadora con las comunidades autónomas, que se extenderá hasta Navidad, para alcanzar una postura común. “Alcanzar un plan estratégico del sector para el conjunto de España es un reto para mí, porque unidos somos más que separados”, aseveró. Al tiempo, explicó que la PAC debe preservar su carácter de política europea, para que los mecanismos de apoyo en los países miembros no sean diferentes, y apostó por un “esquema común”.
La prioridad en la negociación de la PAC sigue siendo el presupuesto y, aunque no desveló cómo piensa hacer para conseguirlo, el ministro Planas dijo que España va a reclamar que en el nuevo marco la PAC tenga la misma dotación que en el actual, con una apuesta inflexible por mantener el peso de las ayudas directas como principal apoyo. “Sólo la PAC –sentenció– no puede ser quien pague la factura del Bréxit”, dijo en respuesta al intento de rebajar el presupuesto de las políticas agrarias de la UE en un 3,5% para el primer pilar y en un 14,5% para el segundo. Agregó que el pago básico a la renta debe ser como mínimo del 60% para todos los estados miembros de la UE y defendió “un techo máximo de ayudas”.
El coloquio dio también para desgranar otros aspectos de la PAC, entrando ya en sectores específicos, como fue el caso de la aceituna de mesa. El ministro anunció que, tras los problemas sufridos por el sector a causa de los aranceles impuestos por Estados Unidos para la exportación, España propondrá que la aceituna de mesa pueda beneficiarse de las ayudas asociadas.
Planas defendió el trabajo realizado por el comisario de Agricultura de la UE, Phil Hogan, en defensa del sector. “La UE se ha portado correctamente, creo que Hogan ha estado de nuestro lado”, afirmó el ministro, que se mostró convencido de que el comisario interpondrá el recurso contra Estados Unidos ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuestión que Bruselas aún no ha materializado y el sector espera con interés. “Me consta que lo va a hacer”, dijo el titular de Agricultura, quien también respaldó la validez del actual sistema de catas como garantía de calidad de los aceites de oliva.
Otro de los temas que el ministro de Agricultura destacó como prioridad para España en el nuevo marco de la PAC es que la dehesa, un ecosistema único y base de actividad agroganadera, sea considerada como pasto. También reivindicó el papel de la mujer dentro de la Política Agrícola Comunitaria, “pues, aunque no lo crean, este tema no está integrado en la negociación de la PAC”.
Durante su discurso inicial, llamó la atención sobre el despoblamiento de algunas zonas de España e hizo hincapié en la necesidad de avanzar en políticas que consigan realmente impulsar la incorporación de jóvenes al sector agrario, un tema en el que reconoció que las políticas actuales no han conseguido avances importantes.
Al hilo del primer aforo de aceite, que acaba de ser dado a conocer por la Junta de Andalucía, el ministro de Agricultura se comprometió ante el público asistente a modificar la normativa “muy pronto” para prohibir la venta a pérdidas, aunque apostilló que “son casos muy limitados, aunque hacen un importante daño a la reputación moral de los productores”.
Sobre la Norma de calidad del Ibérico, otra de las cuestiones por las que se interesó el auditorio, el ministro no se cerró al debate con el sector, pero tampoco se mostró muy partidario de hacer modificaciones. “Todos estamos contentos con la Norma, con el etiquetado hemos conseguido que no haya fraude para el consumidor y el sector ha ido hacia arriba exponencialmente; España no es un país de low cost”, esgrimió.
El ministro apostó por la concentración como estrategia para afrontar el futuro con garantías.
El presidente de Deoleo, Pierluigi Tossato, reclamó ayer un cuadro normativo claro que permita fijar la calidad del aceite de oliva a través de límites analíticos más estrictos, como única forma para luchar contra la dinámica actual de depreciar el producto, teniendo en cuenta solamente el volumen.
Tossato lanzó ayer este mensaje durante su intervención en el Foro Joly, donde precedió en el uso de la palabra al ministro de Agricultura, Luis Planas.
“Este sector –dijo– necesita una profunda transformación, ya que se encuentra anclado en el círculo vicioso de la desvalorización que debemos revertir, empezando por los agricultores, que deben plantearse cambiar la mentalidad cortoplacista de producir buscando el volumen y no cuidando la calidad”.
El presidente de Deoleo señaló que el sector del aceite de oliva se enfrenta a un reto “importantísimo y determinante: transformarse para garantizar su sostenibilidad”. “Y en este contexto, Deoleo, como líder mundial en comercialización de aceite de oliva, ha asumido la obligación de liderar este cambio tan importante”, agregó.
Explicó que actualmente prima un modelo de precios bajos y volumen, propiciado en los últimos años por todos los integrantes de la cadena, con el oportuno empujón de la distribución, que sigue utilizando el aceite de oliva como producto gancho; con prácticas incluso en algunos casos de venta a pérdida.
Agregó que todo esto ha convertido al aceite de oliva “en un producto indiferenciado”, de escaso valor, que el consumidor acaba equiparando a cualquier otro tipo de aceite o grasa alimenticia. Tossato subrayó que, en esta dinámica de precios, cualquier otra grasa será siempre más barata que el aceite de oliva, “así que, con este posicionamiento en precio, la batalla está perdida”.
Deoleo reclama un marco normativo que establezca líneas claras y objetivas “para evitar confusiones y polémicas que no ayudan nada a revalorizar el sector”. Por ello, Pierluigi Tossato propuso “límites analíticos más estrictos y complementar el panel de cata con otros métodos objetivos, como el análisis de volátiles”.
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