La energía centra las reclamaciones del sector del acero para mantener la competitividad con el exterior

La patronal, junto a los sindicatos, pide al ministro de Industria que convoque por fin una reunión del grupo del acero para abordar el futuro de la siderurgia

Producción en la planta de Acerinox en Los Barrios, Cádiz
Producción en la planta de Acerinox en Los Barrios, Cádiz / Erasmo Fenoy
David Fdez. Vega

28 de diciembre 2024 - 04:00

Los Barrios/La energía vuelve a estar en el foco de la industria del acero, que traza en torno a este elemento indispensable varias de sus reclamaciones al Gobierno de España, con el objetivo de mantener su competitividad frente a países como Alemania y Francia.

Las principales demandas sobre la electricidad que afronta la siderurgia tiene que ver en buena parte con los costes de la misma. Como industria electrointensiva, se someten a conexiones las 24 horas del día con altos consumos, por lo que gozan de algunas exenciones. Una de ellas es la aplicada en un 80% al abono de los peajes eléctricos a este tipo de compañías, la cual fue extendida hasta finales de 2024, aunque desde Unesid, patronal del acero integrada por 46 empresas, abogan por su continuidad.

Otra modificación pedida por el sector es la del impuesto a la producción de electricidad, aplicado a las compañías eléctricas en un 7%. "Es un impuesto que solo está en España y es el típico que acaban incluyendo entre sus costes y cobrándoselo al mercado, por lo que lo pagamos consumidores domésticos e industriales", apunta Andrés Barceló, director general de Unesid. Según explica, la solución no pasa por una eliminación temporal, sino que debe ser definitiva para favorecer la reducción de costes.

Entre los puntos reclamados se encuentra también el mecanismo de compensaciones indirectas a las emisiones de CO2, con las cuales se pretende compensar a empresas electrointensivas de sectores como la siderurgia. En 2024, esta partida fue de 300 millones de euros, a años luz de los seis millones convocados en 2018, aunque a mediados de diciembre el ministro de Industria, Jordi Hereu, anunció que se doblaría la cantidad en 2025 hasta alcanzar los 600 millones. Pese a este incremento, la patronal del acero entiende que esta cifra queda demasiado lejos de los aproximadamente 800 millones que podrían alcanzarse en caso de situarse en el máximo del 25% de los ingresos previstos por el Gobierno por la emisión contaminante. "El aumento es sustancial, pero sigue estando lejos del tope que pone la Unión Europea", apunta Barceló.

España, la más cara

Con este panorama, y aun contando con las actuales exenciones, España tiene la electricidad más cara que Alemania y Francia, los dos países cuya industria acerera se erige como principal rival de las compañías nacionales. Según los datos recogidos por el barómetro energético de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), una de las mediciones más consideradas del sector, a 16 de diciembre de 2024, el megavatio/hora (MW/h) en España cuesta a las industrias 62,22 euros, cantidad que se queda en 35,10 euros en Alemania y 21,35 en Francia. La energía nacional tiene mayor precio tanto de base como tras los descuentos.

"En Francia tienen la tarifa especial por las nucleares, pero en Alemania, por ejemplo, las compensaciones por sobrecostes eléctricos van al máximo del 25% y tienen compensaciones internas y no pagan ni cargos de red y peajes y ahí está el diferencial", señala Andrés Barceló. El director general de Unesid abunda en que, con esta tesitura, la exportación es muy complicada para la empresa española: "si tienes que asumir el coste del CO2, del carbono y no hay compensación ni ningún mecanismo, es difícil exportar". Aun así, confía en que la desaparición del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM), la situación en Europa se iguale entre países, aunque no pase lo mismo con el resto del mundo: "es el elefante en la habitación, todo el mundo lo sabe, se tiene que arreglar pero todavía no se ha hecho".

En caso de que el Ejecutivo nacional no atienda las peticiones del sector acerero, Barceló tiene claro que "los precios serán más altos", complicando aún más la competencia con Francia y Alemania, además de comprometer las inversiones del futuro. "Nos interesa que se siga invirtiendo, porque aquí se invierte todos los días y, si no, se viene abajo", apunta el directo de la patronal. "Nos gustaría que se nos tratara un poquito mejor", señala, al tiempo que defiende las aportaciones de la industria, como el reciclado de chatarra en los procesos productivos.

Reunión pendiente

Hace unos días, Unesid, de la mano de CCOO y UGT, solicitó por carta al ministro de Industria, que convoque una reunión del grupo del acero, para poder abordar todas estas cuestiones. "La reunión lleva aplazada mucho tiempo, debería ser mínimo una vez al año y con el anterior ministro ni siquiera hubo, pero el problema es que simplemente no contestan", señala Barceló. A ojos del directivo, el ente formado por representantes de las administraciones, la patronal y varios actores del sector, es útil ya que, aunque no siempre alcancen acuerdos, "sirve de altavoz".

La patronal desea plantear, además de las reclamaciones mencionadas anteriormente, otras cuestiones que consideran de calado, como la aprobación definitiva del aumento de la masa máxima autorizada en camiones a 44 toneladas o el apoyo del Ejecutivo a Unesid en el proceso de revisión en Bruselas de las medidas de salvaguardia para la industria y las decisiones del futuro del sector. "La Comisión Europea tiene el compromiso de plantear una propuesta para el plan del acero de aquí a febrero y queremos ayudar al Gobierno a que participe y empuje", apunta Barceló.

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