Santiago Carbó
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Sevilla/Emerita Resources quiere ser un actor protagonista en la nueva era dorada que se anticipa en la Faja Pirítica Ibérica en los próximos años. Esta compañía cotizada canadiense dedicada a la exploración de recursos minerales y que está invirtiendo de manera decidida en Andalucía con vistas a extraer tanto metales básicos tradicionales de esta zona minera –zinc y cobre– como otros metales preciosos –oro y plata–, que también están presentes en las masas que está explorando en el desarrollo de su proyecto Iberian Belt West (IBW), que pretende que sea una revolución en la minería metálica andaluza.
El proyecto IBW, que está declarado como Inversión Empresarial de Interés Económico Estratégico por la Junta de Andalucía desde el pasado mes de agosto, viene siendo desarrollado por Emerita desde el año 2014 y ha supuesto ya para la compañía canadiense una inversión de 26 millones de euros para determinar la viabilidad económica de la explotación minera.
IBW abarca tres depósitos polimetálicos: La Romanera, El Cura y La Infanta. Y está situado en la parte más occidental del cinturón, en los términos municipales de Paymogo y Puebla de Guzmán, en la comarca onubense del Andévalo, y aproximadamente a 144 kilómetros al oeste de Sevilla y a 50 kilómetros de la ciudad portuaria de Huelva. El Proyecto se extiende a lo largo de una franja de aproximadamente 12 kilómetros. Además de esta privilegiada ubicación, el acceso al Proyecto IBW es excelente a través de caminos pavimentados y de grava para todo clima.
La fase se exploración ha contado hasta ahora con más 300 sondeos, en las que han trabajado hasta 16 perforadoras de manera simultánea.
La Romanera es el depósito más grande. Con una estimación de 14,07 millones de toneladas de mineral. El mineral principal de la masa es el zinc (con un 91,3% de recuperación), seguido del cobre (85,8%), plata (80,5%) oro (64,3%) y plomo (49,9%), según los estudios de metalurgia realizados a lo largo del año 2024 para certificar qué minerales son recuperables.
Estos resultados confirman no sólo garantizar la viabilidad del proyecto, sino que la presencia de metales preciosos añaden un plus de rentabilidad importante. “Los estudios de metalurgia son desproporcionadamente buenos”, admite Juan Luis Pozo, director general de Emerita España.
Con estas perspectivas , en septiembre la compañía pidió a la Administración la transformación del Proyecto en una Concesión Derivada y, en diciembre, presentó el anteproyecto minero, que actualmente se encuentra en fase de estudio de afección ambiental.
La Infanta tiene su masa a 100 metros de profundidad y está ubicada en un terreno sin protección ambiental, por lo que Emerita ha decidido situar en ella toda la zona industrial. Toda la explotación minera sería subterránea y la rampa de 10 kilómetros de longitud arranca en La Infanta, con vistas a que no interfiera en el exterior ni en La Romanera ni en El Cura. Las profundidades a las que sitúan estas masas facilitan, además, la existencia de una única rampa, ya que la más occidental está a 400 metros de profundidad y la central se ubica entre ambas.
Otra de las características del proyecto es que ya cuenta con autorización de acceso a recursos hídricos y un proyecto industrial que reutilizará el 100% del agua que se consuma. “Estamos en una zona en la que el agua es un bien escaso que debemos aprovechas al máximo”, afirma Pozo, que señala que espera que, si es posible, a lo largo de 2025 se obtengan los permisos tanto de Autorización Ambiental Unificada como de explotación minera.
En el caso de La Infanta los estudios señalan que el zinc es recuperable en un 37%. Así como que contiene una cantidad importante de antimonio, un mineral muy apreciado, dado que es muy utilizado en la fabricación de dispositivos electrónicos.
El depósito de El Cura es también muy rico cobre y también tiene oro. En esta masa aún se está en la fase de exploración, por lo que sigue los sondeos.
Además del empleo directo e indirecto que el proyecto IBW generará, por encima de la centena, el impacto social de la actividad es uno de los requisitos exigida por los accionistas de Emerita Resources, que consideran esencial que el territorio del que extraerán el mineral tenga, a través de esta inversión, la oportunidad de crear un ecosistema económico que perdure en el tiempo, incluso más allá del fin de la concesión minera.
Para desarrollar el proyecto de desarrollo social en la zona han constituido la Fundación Emerita Compromiso Sostenible.
Su principal función será desarrollar un polo de conocimiento de minería sostenible, que incluirá la creación de un centro tecnológico centrado en la neutralidad climática.
“El objetivo es que este polo atraiga talento y empresas y garantice un desarrollo económico en la Faja Pirítica Ibérica a largo plazo”, afirma Pozo.
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