La negociación del convenio de Moeve Química en San Roque avanza con el foco en la conciliación

Representantes sindicales y empresa avanzan en la mejora de las condiciones de los permisos retribuidos

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Planta de Moeve Química en Puente Mayorga, San Roque / R. E.
David Fdez. Vega

07 de febrero 2025 - 11:37

San Roque/La negociación del nuevo convenio colectivo de la planta de Puente Mayorga, en San Roque, de Moeve Química ya marcha a velocidad de crucero y ha comenzado por dilucidar los aspectos relacionados con los permisos retribuidos de los trabajadores, uno de los aspectos que más preocupa a la plantilla y que avanza de forma "fluida".

Los primeros pasos en el intercambio de posturas sobre el convenio entre el sindicato STR, único representante en la negociación en San Roque, y la antigua Cepsa han pasado por propuestas para la mejora y ampliación de las condiciones de las denominadas licencias retribuidas, aquellos permisos a los que pueden acceder los 220 trabajadores de la planta gaditana por circunstancias personales.

En esta categoría se incluyen, entre otros puntos, el cuidado de familiares, mudanzas u hospitalizaciones. Según ha explicado la formación sindical a este periódico, la compañía se ha mostrado "receptiva" hasta el momento y dispuesta a mejorar estos aspectos del convenio por encima del mínimo exigido por la legislación.

Los representantes de los trabajadores han planteado, entre otros puntos, incrementar en un día algunos de los permisos retribuidos, como en el caso de hospitalización de un familiar o fallecimientos, aunque cualquier mejora final queda sujeta a los acuerdos que se alcancen en la fase final de la negociación y ya entre en juego la parte económica.

Precisamente la cuestión de salarios y complementos será una de las últimas que se negocien, aunque hay varios puntos que no se modificarán. El convenio de la química bebe directamente del ya aprobado por los trabajadores de las refinerías de San Roque, Tenerife y Huelva por lo que, aunque se puedan incluir pequeños cambios, aspectos como el incremento salarial anual o la tabla salarial se mantienen. Sí puede cambiar la retribución de las horas extras o de las llamadas de trabajo, aunque, según STR, quedan semanas para llegar a ese punto.

La formación sindical transmite su satisfacción con la fluidez de las negociaciones y plasma su sorpresa en positivo por la buena predisposición mostrada por la energética en estas primeras reuniones, lo que atribuyen a que desde Moeve se busque alcanzar una solución rápida al convenio. No obstante, se mantienen a la espera de cómo avance la redacción del documento una vez se llegue a los aspectos económicos. "El bienestar laboral es lo que más piden los trabajadores y está yendo bien", señala STR.

Respecto a las jornadas laborales, los principales cambios se pueden producir para los trabajadores de la llamada jornada normal, para los que piden una mayor flexibilidad en materia de horarios. Por ejemplo, si un trabajador necesita llevar a un hijo al colegio y se incorpora un poco más tarde, podría recuperar ese tiempo en otro momento toda vez que cumpla su cómputo anual de horas trabajadas. En cuanto a los trabajadores de turno, no se prevén cambios significativos.

Las reuniones para resolver el convenio comenzaron a finales de enero, una vez quedó firmado el convenio colectivo de las refinerías de Moeve, que sirve de estructura a sus compañeros de la química. Aun así, el comienzo de las negociaciones se demoró dos semanas más de lo previsto por la incompatibilidad de los representantes de la compañía de asistir por compromisos en las oficinas centrales de Madrid, donde se celebró un consejo de administración.

Las plantas de Moeve Química de Puente Mayorga y Palos de la Frontera trazan convenios distintos, aunque ambos basados en el ya aprobado de las refinerías. El hecho de que los dos centros negocien de forma independiente viene de lejos. Según recuerdan desde los sindicatos, hace 12 años la todavía Cepsa intentó aunar bajo un mismo documento a los trabajadores de las entonces tres plantas con las que contaba: Puente Mayorga, Guadarranque y Palos. Sin embargo, la compañía dio por imposible la consecución del mismo por las exigencias planteadas en cada uno de los centros, con el condicionante de su deseo de vender, como acabó consiguiendo, la planta de Guadarranque a la empresa tailandesa Indorama.

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