Jorge Paradela: “Sorprende la exclusión de Iberdrola de las últimas ayudas del hidrógeno”
Consejero de Industria, Energía y Minas
El consejero destaca la industria y la minería de Huelva en la transición energética y pide al Gobierno más implicación para que los proyectos puedan desarrollarse con plenas garantías
El Gobierno andaluz alcanza ahora la mitad de su mandato actual, en el que el impulso a la industria, especialmente a la energética, es uno de los grandes retos para fortalecer la economía en Andalucía. La provincia de Huelva es una de las claves, como principal foco andaluz para el desarrollo de la producción de hidrógeno verde, llamado a liderar el proceso de transición energética que desde el sur se proyecta a Europa. El consejero Jorge Paradela tiene ahí uno de sus retos más importantes y ahora hace repaso de todo ello.
Pregunta.–En Huelva se han anunciado recientemente proyectos menores, en cuanto a inversión, en distintos municipios. ¿Están haciendo que crezca el músculo del hidrógeno verde, al amparo de los grandes proyectos como los de Cepsa?
Respuesta.–Huelva últimamente acumula buenas noticias. Compartimos hace poco el dato de que de los 11.000 millones de euros de inversión industrial en Andalucía, la mitad corresponde a Huelva. Es la provincia que tiene el protagonismo en inversión industrial nueva. En la Unidad Aceleradora hay 13 proyectos con una inversión total de 4.600 millones de euros en la provincia de Huelva y 15.000 empleos asociados. Y son proyectos más interesantes, variados, porque algunos tienen que ver con industria, como la producción de amoníacos a través de Fertiberia; otros con el reciclaje de materiales eléctricos, como el famoso proyecto de Atlantic Copper; otros con minería, y otros con el hidrógeno.
P.–El hidrógeno verde se ha convertido en la bandera de este cambio de paradigma energético. ¿Es una realidad que tenemos ya aquí?
R.–Sí. Además, esos proyectos de menor calado, en cuanto a importe de inversión, tienen su importancia porque hacen ver el hidrógeno como fuente energética clave para descarbonizar la industria, y empieza a tomar impulso en toda Andalucía. El hidrógeno está aquí para cubrir necesidades de distinta índole y no está asociado solo a proyectos de gran dimensión, que son los que acaparan titulares.
P.–La idoneidad de Huelva como polo de producción de hidrógeno verde viene también porque aquí es donde más se consume en España, y eso mismo está atrayendo proyectos para que haya una producción que se exporte.
R.–Exactamente. Entre Huelva y Algeciras se concentra el 40% de la demanda industrial de hidrógeno a nivel nacional. Ese hidrógeno actualmente es gris, procede de fuentes de energía fósiles y es el que se pretende transformar en hidrógeno renovable. Pero, efectivamente, en Huelva concurren dos circunstancias: esa demanda industrial de hidrógeno convencional, el conocimiento y la experiencia que hay en el manejo del hidrógeno, y la presencia de un puerto muy importante como el Puerto de Huelva. Y otras circunstancias también interesantes, como contar con una presencia importante de CO2 biogénico, procedente de la biomasa, y que es el otro ingrediente importante para producir, por ejemplo, metanol. En Huelva hay CO2 biogénico quizás como en ningún otro sitio.
De los 11.000 millones de euros de inversión industrial en Andalucía, la mitad corresponde a Huelva”
P.–Este mes hemos conocido la última adjudicación del PERTE del hidrógeno y llama la atención que no haya beneficiado ningún proyecto de Huelva, pese a esa idoneidad de la provincia.
R.–Para nosotros ha sido una sorpresa mayúscula y una gran decepción porque el Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto para asignar y repartir casi 800 millones de euros de ayudas en proyectos que previamente han sido designados por la Comisión Europea como proyectos de interés común para la Unión Europea. Y son 9 proyectos, de los que sólo se han asignado ayudas a siete, y los dos que han dejado fuera son de la provincia de Huelva; dos que en realidad son parte de un mismo proyecto. Para nosotros ha sido una sorpresa enorme. Andalucía y Huelva se están convirtiendo en el epicentro de la producción de hidrógeno y, además, se está trabajando con gran decisión en ello con la hoja de ruta del hidrógeno verde de Andalucía, que permite visualizar que un tercio del objetivo que se plantea España lo aportaría Andalucía con proyectos concretos. Y uno de los más importantes es precisamente este que queda ahora sin atenderse. Estamos hablando de 1.150 millones de euros, el 22% de la inversión asociada en esta hoja de ruta y 3.650 empleos.
P.–¿Ese proyecto es el de Iberdrola, uno de los más esperados en Huelva, junto al de Cepsa?
R.–Hablo del de Iberdrola, sí, que está pendiente y concurría a estas ayudas. El de Cepsa va por otro camino. Como Gobierno de Andalucía estamos haciendo la parte que nos toca porque está asignado a la Unidad Aceleradora de Proyectos y forma parte de nuestra hoja de ruta del hidrógeno verde. Es un proyecto que goza de un grado de madurez importante porque tiene distintos trámites ya en marcha y por todo ello es muy sorprendente que se haya quedado fuera.
P.–Pero en 2022 ya se le había concedido la calificación de proyecto de interés europeo.
R.–Y es otra cosa que no entendemos. Casi dos años después, el Gobierno de España concede esas ayudas directas a todos los proyectos declarados de interés común europeo, excepto, precisamente, a éste de Iberdrola en Huelva. Está en peligro la ejecución de un proyecto con una inversión muy importante, de 1.150 millones de euros, y, lo más importante, más de 3.600 empleos.
P.–La planta proyectada en Palos de la Frontera iba a superar con creces la de Puertollano, la de mayor producción actual en Europa.
R.–En Huelva se está dimensionando un ecosistema que le da una viabilidad muy importante al proyecto. Viabilidad comercial que no observamos en otros proyectos, y ahí queremos incidir. Le he enviado una carta a la vicepresidenta, a Teresa Ribera, en la que expresamos nuestro desconcierto por esta exclusión del proyecto de Iberdrola en Huelva, a pesar del grado de madurez que comentamos y de esa calificación como proyecto importante de interés común. Además, manifestamos nuestra sorpresa por los criterios utilizados en la asignación. Para nosotros lo más lógico sería que un criterio como el de la madurez de los proyectos y su viabilidad comercial futura fueran claves. Sin embargo, no parece que esos criterios hayan formado parte de la decisión del Gobierno. Ni la eficiencia de los recursos, porque el proyecto de Huelva, en términos de euros por megavatio, puntúa mucho mejor que otros que sí han recibido ayudas de otras zonas de España. Y tampoco parece tener en cuenta el impacto en el territorio ni el potencial desarrollo del hidrógeno en Andalucía y su contribución al objetivo de España. Parece que han tomado un criterio que para nosotros no nos encaja, que es el de atender a los proyectos por orden de menor a mayor importancia y alcance.
P.–Y aquí parece demostrado que son más viables estos proyectos por experiencia industrial y el conocimiento a desarrollar en clústeres como éste.
R.–Lo que nos permite hablar con esta confianza son los factores que comentábamos antes: capacidad y conocimiento, infraestructura, ubicación geográfica, experiencia industrial. En ese protagonismo que quiere adquirir Andalucía, Huelva destaca de manera muy especial. A mí me gusta llevar la conversación siempre a un ámbito más técnico, pero me cuesta no ver en esta decisión un nuevo agravio hacia Andalucía. Si repasamos el histórico más reciente, Andalucía ha recibido poca atención en decisiones relacionadas con la inversión en infraestructuras de transporte eléctrico, y ahora nos encontramos con esto.
Me cuesta no ver en esto un nuevo agravio a Andalucía"
P.–¿En qué medida puede afectar también al desarrollo de toda esta industria energética que se deje fuera este proyecto?
R.–Como decía, es un proyecto que acapara el 20% de la inversión asociada con la hoja de ruta del hidrógeno de Andalucía, una quinta parte, y Andalucía a su vez contribuye con un tercio a los objetivos que se ha planteado España, para a su vez aportar al dimensionamiento del hidrógeno que se plantea la Unión Europea.
P.–¿Es reversible de alguna forma? ¿O sería un adiós definitivo a un proyecto de esta envergadura?
R.–Eso es lo que le invito a la vicepresidenta a reconsiderar por esos criterios que nos nos parecen quizás los más objetivos ni exigentes a la hora de participar en esas ayudas. Quiero aclarar que hay un proyecto situado en Andalucía que sí ha recibido ayuda, en Los Barrios, de la compañía EDP, pero el importe que le han asignado no llega ni al 10% del total que ha concedido el Gobierno de España ahora. Y queda muy por detrás de País Vasco, Castilla-La Mancha o Murcia. Tenemos la esperanza de que en una convocatoria adicional que tiene que sacar el Gobierno –que ahí es donde debe aparecer el proyecto de Cepsa– podría haber otra opción para este proyecto de Iberdrola. Pero no tengo más remedio que expresar ahora nuestra sorpresa porque la ocasión más clara que tenían de otorgar ayudas que garantizaran la viabilidad de este proyecto era en este decreto del 9 de julio.
Estamos hablando de 1.150 millones de euros y de más de 3.600 empleos [con el proyecto de Iberdrola]”
P.–Hablaba de las inversiones eléctricas. Esto también preocupa y es una de las consideradas prioritarias en Huelva.
R.–Es muy importante porque Andalucía necesita una infraestructura de transporte eléctrico para evacuar todo su potencial de renovable de manera adecuada y también para atender proyectos industriales que demandan potencia. Es por ello que en la propuesta de planificación que hemos hecho al Gobierno para el horizonte 2025-2030, hemos incluido de manera clave un nodo este de 400 kilovoltios, que conectaría con Extremadura, en Puebla de Guzmán, fundamentalmente relacionado precisamente con la producción de hidrógeno. Andalucía ha recibido poca atención en las modificaciones de aspectos puntuales de la planificación actualmente en curso. Ese momento ya pasó, pero lo que esperamos ahora es que se vea atendida en una actualización nueva estratégica, si queremos utilizar ese término. Todo esto es imprescindible porque al final son piezas de un puzle que van encajando para producir el volumen de hidrógeno que quiere producirse en la provincia de Huelva.
P.–Y afecta a toda Andalucía.
R.–A Andalucía oriental, que es quizás la zona peor dotada actualmente de la península, para ser exacto. Pero como decíamos, hay que buscar una coherencia en las decisiones. Si España quiere apostar por el hidrógeno y Andalucía es su mejor base, lo lógico es que reciba el tratamiento adecuado y la inversión adecuada en términos de planificación de la red eléctrica. Porque sin la infraestructura adecuada, la producción de hidrógeno no será posible. O no será posible en la dimensión a la que aspiramos.
P.–¿Falta compromiso o una mayor perspectiva de futuro?
R.–A Teresa Ribera le digo que el compromiso y apoyo que hemos detectado por parte del Gobierno de España en momentos significativos, como en el Congreso Nacional de Hidrógeno en Huelva, es el que ahora queremos ver traducido en este tipo de decisiones. Queremos ver una coherencia. Sobre todo cuando, además, tiene el respaldo de la Comisión Europea, que ya consideró el proyecto de Iberdrola de interés común europeo.
P.–¿Corremos el riesgo de perder la posición de ventaja en la que partimos frente a la competencia?
R.–Hay mucha competencia, y es cierto que tenemos mayor radiación solar, que tenemos puertos importantes para transportar el hidrógeno en sus moléculas derivadas, y conocimiento y experiencia. Y eso permite estimar, según una fuente externa, Goldman Sachs, que será posible producir en Andalucía hidrógeno casi a la mitad de coste en euros por kilo de hidrógeno que en el norte de Europa. Pero el tiempo apremia y hay mucha competencia de otras latitudes, como Marruecos o Uruguay, con ingredientes interesantes para jugar esta partida.
El tiempo apremia y hay mucha competencia de otras latitudes, como Marruecos o Uruguay, con ingredientes interesantes para jugar esta partida"
P.–¿Se pueden perder acuerdos importantes ya cerrados?
R.–Esperamos que no, pero evidentemente no estamos solos en esta partida. Los países que tienen un mayor volumen de industria pesada, que tienen que descarbonizarse, están viendo quién puede suministrar soluciones. Por eso hace dos semanas nos reunimos en la Embajada de Japón con 30 empresas japonesas industriales, líderes de gran dimensión, interesadas en nuestra hoja de ruta y en las soluciones que ofrece Andalucía en este campo. Esto es una partida internacional.
P.–En el fondo de todo está la colaboración público-privada, que, insisten, es el modelo necesario para sacar adelante estos grandes proyectos energéticos.
R.–Esa es la clave. En la Oficina de Hidrógeno Verde, la participación de las empresas, junto con grupos de iniciación y universidades, ha sido esencial para darle forma. Creamos unos grupos de trabajo que han estado trabajando desde cuestiones regulatorias hasta cuestiones relacionadas con desarrollo de tecnologías. Nos organizamos en grupos de trabajo para ello y también relacionados con la financiación. Esa colaboración público-privada es la base de todo este planteamiento. Y, como ya anunciamos recientemente, y esperamos estar en disposición de lanzarla en pocos meses, vamos a tener nuestra propia orden de ayudas para el desarrollo de tecnologías relacionadas con el hidrógeno, para estimular el uso del hidrógeno en procesos industriales y también el desarrollo de tecnologías.
P.–¿Es una asignatura pendiente trabajar junto a las universidades para el desarrollo de tecnología propia?
R.–Analizar el conocimento y conectarlo con la empresa y con la realidad del mundo empresarial es siempre interesante. En ese sentido, la Universidad de Huelva está haciendo un buen trabajo. Visité recientemente el electrolizador que ha puesto en marcha un equipo de la Universidad con la empresa Ariema, que es un jugador de los que decíamos antes, que aunque su dimensión no sea comparable a Cepsa o a Iberdrola, está aportando iniciativas con enorme valentía.
P.–Esa clase media imprescindible.
R.–Completamente. Hay que estimular los proyectos grandes porque, evidentemente, aportan mucho empleo y mucha inversión, pero prestamos la misma atención a proyectos más pequeños diseminados por toda Andalucía.
P.–¿En qué medida se va a impulsar la minería con los nuevos permisos de investigación ofertados?
R.–Andalucía quiere contribuir al objetivo de autonomía energética que se plantea Europa. Y, en ese sentido, los minerales críticos y las materias primas juegan un papel esencial. 18 de los 34 minerales críticos fijados por la Unión Europea están en el subsuelo de Andalucía. Tenemos más cobre que prácticamente ninguna otra región de Europa, pero hay otros minerales que son interesantes en ese objetivo que impulsa también la transición energética. Por eso hemos lanzado en las ocho provincias concursos para permisos de investigación minera. Huelva ha sido la última por el peso tan importante que tiene la minería. Los criterios de selección son públicos, esto va a ser completamente transparente, como debe ser. Vamos a valorar las propuestas que permitan una aplicación más racional y adecuada de los recursos, las que ofrecen mejores garantías y condiciones técnicas, económicas y sociales.
P.–Masa Valverde se empezará a explotar pronto y poco le queda al proyecto de Lain Tech en Riotinto.
R.–El caso de Masa Valverde es paradigmático, porque hemos sido capaces como autoridad minera, de conceder los permisos necesarios en 26 meses, de principio a fin, un plazo considerado un récord, casi, en el sector, hasta el punto de que la Comisión Europea va a tomar ese plazo como benchmark en el desarrollo del reglamento de materias primas. Y en cuanto a Lain Technologics y su proyecto E-Lix, también conectan directamente con nuestra idea de que Andalucía no solo tenga una industria extractiva, potente, sino que vaya más allá, y nos dediquemos a la transformación del mineral. Y esta tecnología para extraer lingotes de metal puro a partir de concentrado mineral y, además, sin emisiones, es un proyecto especialmente ilusionante. Y en este caso estamos poniendo el talento y el conocimiento de Eva Laín, con el respaldo de una empresa importante, en este caso Atalaya Mining, que también quiere ir por delante en estos procesos de transformación. Y del mismo modo, el proyecto CirCular de recuperación de metales de Atlantic Copper es muy interesante. No debemos quedarnos solo en la extracción, sino transformar. Eso nos interesa de modo especial, porque es lo que deja más riqueza.
P.-Estos días también se ha marcado otro hito con Aznalcóllar.
R.-Es un paso importante, que ha llevado mucho tiempo, lógicamente, por la complejidad de los proyectos mineros. La Autorización Ambiental Unificada es un paso muy relevante. Ahora la tramitación continúa y esperamos los siguientes pasos, en la Delegación Territorial de mi Consejería en Sevilla, con una propuesta de autorización de explotación y una propuesta de restauración del espacio. Hoy día, a la hora de conceder un permiso minero nuevo, tan importante es el otorgamiento del permiso en sí, como contar con las garantías del mejor tratamiento y la restauración posterior del espacio en el que se encuentra el yacimiento. Y ésta es una mina completamente distinta que la que todos recordamos por tristes motivos. Es una mina subterránea, sin balsas de de residuos, con una huella hídrica mucho más pequeña, ya que el 80% del agua se recupera y se reutiliza en el tratamiento de mineral. Y los parámetros medioambientales que se han tenido en cuenta a la hora de otorgar esa utilización ambiental son los más estrictos y exigentes que permiten la normativa en vigor.
P.-Detrás de todos estos proyectos, como los de hidrógeno, está el agua. Hay preocupación de que el impacto sea el mínimo, y un claro interés en la circularidad.
R.-La mayor parte de los proyectos de la hoja de ruta de hidrógeno tienen que ver con el reciclaje y purificación de aguas regeneradas. Y en la planificación hídrica de Andalucía para estos próximos años se han tenido en cuenta los proyectos de Huelva y de Campo de Gibraltar porque queremos que considere también la enorme oportunidad que supone esta tecnología para Andalucía, que puede ser claramente transformadora.
La energía limpia a precios competitivos se está convirtiendo en el principal motor de captación de inversión industrial"
P.-¿Tendríamos con el agua el problema que sí tenemos actualmente con las redes eléctricas?
R.-Evidentemente tiene su importancia también, pero pensamos que no debe ser comparable, o no debe actuar como cuello de botella en el desarrollo de esta oportunidad, como sí pueden llegar a ser todas las infraestructuras de transporte eléctrico.
P.-¿Entre el cambio del modelo productivo, y la búsqueda de la independencia energética de Europa, está también la necesidad de que Andalucía apueste de un modo definitivo por la industria?
R.-A eso responde nuestra estrategia industrial. Este Gobierno está completamente decidido a desarrollar la industria porque fija la población en el territorio, es una actividad mejor remunerada y que deja mayor valor en el terreno. Pensamos que la industria es esencial. Después, quizás, de décadas de Europa está apostando de nuevo por el desarrollo del sector secundario, pero quiere una industria distinta, basada en las energías limpias. Y ahí es donde queremos jugar fuerte porque la energía limpia a precios competitivos se está convirtiendo en el principal motor de captación de inversión industrial. Las energías fósiles, los hidrocarburos, viajaban muy bien, pero las energías limpias no tanto. Y exportaremos energías limpias, pero aspiramos a que, con el tiempo, a medio y largo plazo, y empezamos ya a ver señales al respecto, venga más industria para Andalucía en búsqueda.
P.–¿A qué porcentaje de PIB industrial aspira Andalucía?
R.–A mí me gusta expresar este objetivo siempre en términos de valor añadido industrial. Queremos alcanzar la cifra de 22.500 millones de euros en 2026, medidos en euros constantes. Ahora mismo estamos en 19.000. Si alcanzamos esa cifra, habremos hecho crecer la industria al ritmo más alto de los últimos 20 años.
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