Predicciones de enero

Estas primeras semanas del año nos invaden las predicciones, recibimos un bombardeo de informes sobre la evolución de la economía que vaticinan cuánto subirá el PIB, cómo evolucionará el Euríbor y la inflación; pero también sobre los mercados de inversión, que “desvelan” los enteros que ganará o perderá el Ibex, el S&P 500 o cualquier otro índice. Seguro que ya os habréis encontrado con muchos reportajes de este tipo. Sin ir tan lejos, muy probablemente en Navidad habéis compartido encuentros con familiares y amigos que también os han dicho en qué invertir.

Y, como todos los años, nuestro consejo ante esta avalancha de información es la prudencia. La debemos tomar como una simple predicción y nunca como una referencia para nuestras inversiones.

Recientemente leímos un trabajo del responsable de Estudios Tributarios y Estadísticos de la Agencia Estatal de Administración Tributaria en el que señala la necesidad de “adoptar una posición crítica y basada en la evidencia sobre el grado de acierto predictivo de las proyecciones económicas”. Según su estudio, en las previsiones sobre la evolución del PIB se produce un 20% de error, lo que supone un 0,8% sobre un crecimiento del 4%. Y eso es mucho error.

Y otro tanto sobre la Bolsa. Varios análisis señalan que las predicciones pueden atinar en un 60% en si el índice subirá o bajará sin contar con los posibles imprevistos, pero los aciertos en el cuándo y en el cuánto son muy escasos. En un símil con un juego de azar como la ruleta, solo serviría para jugar al rojo o al negro; pero nunca para apostar por un número concreto. ¿Te jugarías los ahorros de toda una vida en un casino? Pues es lo que a menudo nos encontramos cuando hablamos de decisiones de inversión, tanto para invertir como para no hacerlo.

Todos querríamos tener una bola de cristal que nos diese certeza. Pero la realidad es que vivimos en la incertidumbre y nuestras inversiones han de realizarse teniendo esta muy presente. Porque la evolución de los mercados está marcada por muchísimos factores, entre los que se encuentran algunos tan impredecibles como pandemias, desastres naturales o conflictos geopolíticos que se agravan rápidamente y cambian el entorno de la noche a la mañana.

Como antídoto, los asesores financieros aconsejamos huir de decisiones emotivas y someternos a la disciplina y la paciencia, dos rasgos imprescindibles para el inversor de largo y medio plazo. Escapemos de las compras caras que siguen las corrientes de euforia, y no sucumbamos nunca al pánico y vendamos barato. A tal fin, también podemos comprar de forma regular, por ejemplo, cada mes, para evitar los vaivenes de los precios, y cumplamos la máxima regla del inversor: diversificar y tener estrategias de inversión planificadas.