La red estará "a tiempo" para el despegue energético de Huelva

Su sola presencia ya era toda una declaración de intenciones, porque nadie va a donde sabe que le van a pedir (y mucho) sin tener nada que dar, así que lo de que trajera noticias era algo esperado. No tanto, aunque pudiera preverse, que fueran buenas, pero lo que ha dado de verdad el punto inesperado a la visita de la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor, a Huelva ha sido sin duda que haya terminado convirtiéndose en una suerte de puesta de largo de las buenas intenciones y hasta del acuerdo entre las diferentes administraciones, más allá de su signo político, en favor del desarrollo del sector industrial (y en ese término caben también la energía y la minería) de una provincia que tiene puestas muchas esperanzas en su industria y en su transformación a través de las cuantiosas inversiones previstas en proyectos energéticos verdes. Lo de esta pax administratis sorprende porque no es habitual, no porque no debiera serlo. Tampoco fue ningún lapsus: la propia Beatriz Corredor, en varias ocasiones, y quienes fueron a escucharla en representación de la Junta de Andalucía o de ayuntamientos como el de Huelva, que por acción u omisión le dieron la razón, confirmaron lo que todos los demás esperaban oír alguna vez algún día: hay acuerdo, y “nadie quiere”, dijo la presidenta de Redeia, que el asunto se convierta en una cuestión de confrontación política.  

Beatriz Corredor, que estuvo ayer en Huelva para asistir como invitada (protagonista) de la nueva edición del Foro Gerardo Rojas, que organizan la Asociación de Industrias Químicas, Básicas y Energéticas de Huelva (Aiqbe) y Huelva Información, para hablar sobre la corporación que preside, los planes que tiene para la provincia onubense y, lo más importante –o al menos lo que más importa ahora–, aclarar si el ritmo al que se sucederán esos planes estará en consonancia con las necesidades de la “avalancha” de solicitudes de acceso a la red que ya se está barruntando a tenor de la cantidad de proyectos relacionados con las energías renovables y de etiqueta verde que pretenden ponerse en marcha en toda la provincia y, muy especialmente, en el entorno del Puerto de Huelva, la capital y Palos de la Frontera; o sea, del polo industrial. 

La presidenta de Redeia empezó por el final. Se hizo spoiler a sí misma, vaya, con un “llegaremos a tiempo” que dejó a cero la incertidumbre. Y aunque no se escucharon los suspiros de alivio, se intuyeron, porque hay mucho dinero en juego y muchas incógnitas en torno a si estará o no preparada la red eléctrica de Huelva para asumir todo ese crecimiento, que se prevé exponencial a lo largo de los próximos años. 

Hasta 5.500 megawatios más, que es una barbaridad, crecerá la producción de energía en la provincia hasta el año 2030, según las estimaciones de Aiqbe. Por eso, ha explicado su presidente, José Luis Menéndez, se necesita una red de transporte con la suficiente capacidad y –esa es la madre del cordero– que se desarrolle a la suficiente velocidad, porque de nada servirían ni 5.500 ni mil millones de megawatios si no hubiera cómo sacarlos de las plantas de producción.

Ahí es donde entra en juego Red Eléctrica, la empresa que encabeza la corporación que preside Beatriz Corredor, y que se constituye en la “columna vertebral” del sistema energético español. Asegura el presidente de Aiqbe que la industria de Huelva camina implacable en dirección a su descarbonización, y que pretende además liderar esta transformación en Europa mediante la producción de energía verde, pero que todo ese ánimo puede caer en saco roto si no hay “una buena planificación eléctrica” detrás. 

Beatriz Corredor no solo ha aceptado el envite, sino que ha ido más allá y, además de alabar la “madurez” del sector industrial onubense, se ha mostrado feliz de que sea “la verdadera industria” la que se haya convertido en el “tractor” del cambio de modelo energético, un “elemento diferencial” que distingue a Huelva por encima de otras zonas de España. 

Otra carta a favor de la provincia, su mejor baza quizás, es que todas las administraciones están “alineadas” para alcanzar el objetivo. Lejos de darse estopa, Gobierno y Junta han intercambiado loas y han mostrado su disposición a asumir unidas el reto.

En contra, la velocidad vertiginosa a la que va todo, los plazos y una normativa que parece desfasada, o cuanto menos algo alejada de la realidad del mundo post-Covid. La red española cambia y avanza en función de una Planificación Eléctrica plurianual. En concreto, la actual corresponde al periodo 2021-2026, que se diseñó con los datos que se conocían de años anteriores. La Planificación Eléctrica actual, por tanto, ya “nació con carencias”, explicó Corredor, pero es que, además, no puede cambiarse, o no como sería necesario. 

Red Eléctrica está obligada a hacer “todas y solo las infraestructuras contempladas” en ese plan, por lo que hasta que no se diseñe una nueva planificación con datos actualizados no será posible que la red se pueda adaptar a la futura demanda. Con todo, el pasado mes de abril se aprobó una modificación puntual del plan para incluir una serie de infraestructuras y medidas urgentes (73, en total), entre las que se incluyen algunas para Huelva. A esta traba burocrática se añade el límite de inversión que, por ley (heredera de las viejas políticas de contención del gasto público de la UE) tiene Red Eléctrica, y que le impiden ir más allá de lo estrictamente planificado.

Con todo, anunció la presidenta de Redeia, “en pocos días” se podría conocer la nueva planificación y podrán empezar a ponerse en marcha los aprovisionamientos y los primeros trabajos para que, en cuanto se apruebe, pueda comenzar la ejecución de algunas de esas nuevas infraestructuras que necesita la provincia. “Estaremos a la altura”, se comprometió Beatriz Corredor, porque hay “una apuesta firme” de llegar a tiempo, no solo por Huelva, que también, sino porque, con ella, España se coloca “por primera vez” en los puestos de cabeza de la industria europea.