Desbandada de gaviotas en el PP
Política
La desconexión entre la dirección provincial y la militancia, y una gestión puesta en duda por su falta de respuesta ante las crisis pasan factura al partido
"A este paso no va a quedar ni la gaviota", se comentaba ayer en el corrillo de una cafetería. A poco más de un mes para las municipales y en plena campaña de las generales, la desbandada que se registra en el PP onubense, y que ha abierto una brecha en la formación, es más que significativa y no pasa desapercibida en la calle.
Claro está que detrás de cada una de las salidas hay unos motivos concretos. Tampoco es menos cierto que los movimientos de este tipo son habituales ante el cierre de las listas pero, más allá del mercado de fichajes, siempre existe una razón previa poderosa que impulsa a dejar atrás unas siglas cuando se ha pertenecido a ellas durante un largo tiempo.
En el caso del PP, tres factores y un denominador común ayudan a entender las bajas que en las últimas semanas han desbordado a la dirección provincial. En algunos casos es la lucha interna de bandos, en otras el descontento por el trato a una militancia que no ve premiada su labor y esfuerzo, y en otros las imposiciones que llegan desde la dirección nacional.
Y detrás de todo ello, la desconexión entre la cúpula provincial y la bases, y una gestión de la dirección provincial puesta en duda por parte de la militancia, que cuando ha tenido un problema no ha hallado la respuesta que esperaba (en algunos casos ni ha tenido contestación alguna) y se ha sentido desamparada al tener que dar la cara sin sentir respaldo alguno.
A la baja de Guillermo García Longoria, presentada el 30 de marzo, siguió la salida de Wenceslao Font Briones el pasado lunes y la de José Luis Barragán en el día de ayer. Tres históricos del PP, partido al que entraron hace décadas, que dan por cerradas sus etapas en el mismo. Pero, además, Gema Gutiérrez, quien fue concejala en el Ayuntamiento de Isla Cristina, y Seluded Martín, que lo fue en Gibraleón, también decidieron abandonar la siglas del PP previamente.
García Longoria irá como dos en la candidatura municipal de Ciudadanos que lidera Néstor Santos. Lo hará tras dejar atrás a un partido cuya cúpula provincial nunca legitimó el movimiento de los entonces llamados críticos en la capital.
En febrero de 2018 ese movimiento quedó plasmado en la reunión que unos 200 militantes y simpatizantes de Huelva celebraron en El Comercial, donde se puso de manifiesto la necesidad de crear una asamblea local. Así, una militancia descontenta exigía más representación en el partido (ni siquiera hay una directiva local).
La cúpula provincial hizo oídos sordos y, al poco, García Longoria era uno de los destacados casadistas que había en Andalucía al inicio de las primarias del PP (frente a una dirección provincial henchida de sorayismo). Aspiraba a entrar en la Cámara andaluza pero se quedó fuera. La dirección provincial no propuso su inclusión en las listas. Primero, en esa candidatura para las elecciones andaluzas, y más tarde en la de las generales.
Tampoco Casado contó con él como cabeza de lista al Congreso, al fichar a Juan José Cortés para descontento de un aparato provincial (que respiró aliviado al conseguir situar a Carmelo Romero como aspirante al Senado al no ser el sustituto de Fátima Báñez, víctima del casadismo, para la Cámara Baja) y para malestar de un buen número de integrantes del PP y de simpatizantes que consideran que este fichaje perjudica a la formación. Ha sido, para muchos, la gota que ha colmado en vaso.
Aunque, al igual que García Longoria, Font Briones no ha querido explicar los motivos de su marcha, parece evidente que las luchas internas no están precisamente detrás de su salida. Y es que el hasta ayer responsable de redes sociales y miembro del equipo de trabajo de la candidata popular a la Alcaldía, Pilar Marín, siempre fue leal al partido.
Antes de su salida, concretamente el 7 de abril, la que era viceportavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Huelva, Berta Centeno, anunció su decisión de “no concurrir en las listas municipales a la Alcaldía de Huelva”. Una decisión totalmente “personal”. Nadie nos puede obligar a seguir en política activa”, afirmó.
Así, de la lista municipal de Marín a la Alcaldía de la capital, que todavía no ha sido presentada (sólo se sabe que Jaime Pérez y Paco Millán son los números dos y tres) se desmarcan dos nombres de peso a los que avalaba el trabajo realizado. En el caso de Centeno, desde el grupo municipal, donde vivió unos momentos muy complicados (desde la caída del periquismo la crisis por el liderazgo y la ruptura del equipo municipal con la dirección provincial fue más que evidente); y en el caso de Font Briones, desde el equipo de trabajo de Marín, al frente de las redes sociales y como hombre de partido llamado a mediar entre las distintas sensibilidades.
El último en presentar su baja ha sido Barragán, militante del PP desde 1989. El que fuera concejal en el Ayuntamiento de Huelva y diputado provincial será el candidato de la nueva formación Independientes por Aljaraque, que se enmarca en la Coalición Independientes por Huelva, para las municipales de mayo.
En estos años ha estado al frente de la Plataforma por un cambio en Aljaraque (desde la que ha denunciado problemas de inseguridad, inundaciones o atascos en el puente). Y esta plataforma, según explicó ayer, “decide presentarse” a las municipales ante el “abandono del Ayuntamiento, que no lidera ningún proyecto”.
“Lo queremos hacer sin ideología. Porque la plataforma se creó por un clamor vecinal” al sentirnos “huérfanos” y “solos” ante problemas como la ubicación del centro de menores o los problemas en el puente, argumentó.
Pero, en cualquier caso, su salida del partido evidencia que, más allá de la justificación de asumir un ideario ciudadano que no case con ningún partido, su proyecto no tiene cabida en el PP.
También en otros puntos de la provincia destacan otras bajas. Gema Gutiérrez presentó en el Pleno que el Ayuntamiento de Isla celebró en marzo su renuncia a un partido al que se afilió hace diez años y con el que llegó a ser teniente de alcalde y edil de Servicios Sociales en la primera parte del mandato gracias al pacto del PP con el Partido Independiente La Figuereta (PIF) y Ciudadanos por Isla.
Pero decidió entregar el acta que consiguió en las pasadas municipales dentro de la candidatura que encabezó el portavoz, Francisco González, y se prevé que el lunes será presentada por Vox como candidata a la Alcaldía isleña.
Seluded Martín, por su parte, anunció el 31 de enero que ponía fin a su etapa como afiliado del PP y el 11 de marzo hizo público que iniciaba “un nuevo proyecto, con mucha ilusión, ganas, experiencia y respeto. Desde que comencé en política mi principal objetivo ha sido trabajar por Gibraleón y así seguirá siendo. Gracias a todas las personas que forman parte de la gestora de Vox Huelva por confiar en mí y por supuesto a Santiago Abascal y Vox España”.
De este modo, el que ya es coordinador de Vox en Gibraleón y quinto de la lista al Congreso que encabeza el madrileño Tomás Fernández Ríos, será el candidato de esta formación en Gibraleón.
También el que fuera primer teniente de alcalde popular de Minas de Riotinto, Juan José Ramos seguirá en la política desde otras siglas que no son las del PP: las de la coalición Independientes a la Alcaldía de Minas de Riotinto. De hecho, será el candidato para las municipales del 26 de mayo.
Fue cesado por la alcaldesa, Rosa Caballero el 1 noviembre de 2017, y el pasado 9 de abril tuvo lugar su presentación oficial como candidato de la coalición. En esa comparecencia, Ramos lamentó que la gestión del actual equipo de gobierno es “totalmente nula”.
Ante todas estas marchas, una pregunta se escucha en la calle estos días: “¿Qué está pasando en el Partido Popular?”. Y, al hilo de la cuestión, un interrogante obligado. El de cómo afectará esta brecha a un partido que tiene por delante el reto de solucionar problemas que vienen de atrás. La respuesta llegará cuando acaben los procesos electorales que hay a la vuelta de la esquina.
Mientras tanto, a la espera de que la balanza se incline a uno u otro lado, bien se puede echar mano aquello que decían los griegos (aún a riesgo de ponernos estupendos). “Suceda lo que suceda, los dioses ciegan a quienes quieren perder”.
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