Elecciones municipales Huelva 2023: El PSOE y el PP afrontan el pulso más abierto por la provincia
La eliminación de Ciudadanos como partido bisagra en los ayuntamientos acelera la vuelta al bipartidismo tradicional
En la capital Gabriel Cruz y Pilar Miranda, como únicos candidatos reales a la alcaldía, apelan al voto útil frente a los minoritarios para evitar la dependencia de pactos
280 candidaturas se disputan 880 actas de concejal en los 80 municipios de la provincia
Algo más de 400.000 onubenses toman la palabra. De ellos depende el rumbo político de los 80 municipios y con ellos de la Diputación Provincial. La progresiva eliminación de Ciudadanos como partido bisagra entre PP y PSOE acelera la vuelta al bipartidismo, favoreciendo además el pulso tradicional entre bloques de derecha e izquierda con alianzas a futuro claras en caso de necesidad aritmética. El mapa de color antes de los comicios es de clara tonalidad socialista, con 59 alcaldías entre las que se encuentra la capital junto a la Diputación, ambas con mayoría absoluta. El PP tiene 11. Adelante, la marca con la que concurrieron IU y Podemos en 2019, obtuvo dos alcaldías. Los populares aspiran a un vuelco histórico, frente a un PSOE que quiere hacer valer su sólida estructura provincial para mantener el bastión onubense.
La capital es en sí misma un claro reflejo del escenario global, una batalla a escala de lo que sucede en la provincia. El PP con Vox como aliado en las sumas frente a los socialistas con La Izquierda de Huelva al suyo. Tanto uno como otro saben que llegado el momento podrán negociar el apoyo o la abstención de estos partidos, aunque pierden la posibilidad de una maniobra hacia el centro con la que sumar. Todo ello redunda en la incertidumbre que generan estos comicios del 28M, que se presentan mucho más abiertos que las anteriores municipales. Gabriel Cruz (PSOE) y Pilar Miranda (PP) parten como los únicos con posibilidades de ser alcaldes de la ciudad. En el caso del primero por tercer mandato consecutivo mientras que la expresidenta del Puerto de Huelva concurre por primera vez como cabeza de lista de su partido.
En este escenario abierto cada formación juega sus bazas pensando en lo que pueda suceder cuando a las 20:00 cierren los colegios. Los minoritarios aspiran a jugar el papel de llave. En la capital las cuentas no dejan pronósticos claros. De ahí que durante la última semana los mensajes de los dos grandes aspirantes se centrase en la apelación al voto útil, con el objetivo de agrupar el mayor número posible de votantes con el horizonte de una mayoría absoluta o al menos suficiente para reducir la dependencia a la hora de llegar a acuerdos post electorales. Todas las previsiones apuntan a la entrada segura en el pleno de Vox y La Izquierda de Huelva junto a los dos aspirantes a la Alcaldía, Gabriel Cruz y Pilar Miranda. Esos cuatro partidos reduciría la aritmética al tradicional pulso de bloques derecha-izquierda.
La presencia de otras formaciones es una incógnita en unos comicios a los que se presentan hasta 11 candidatos diferentes. Ciudadanos, Mesa de la Ría y Adelante aspiran a salvar su representación actual. Lo hacen con el objetivo final de ser llave y obtener toda la fuerza posible en la mesa de negociación. Por Huelva intentará estrenarse. El resto de formaciones carece de posibilidades. Para todos ellos puede ser llegar a ser un hándicap la dispersión de votantes entre alternativas ideológicamente localistas.
Las de este 28 de mayo son unas elecciones diferentes en varios sentidos. Para empezar el último precedente en las urnas abre un escenario nuevo. El PP las encara como fuerza más votada en los anteriores comicios. Una situación anómala en un territorio tradicionalmente cubierto de rojo que siempre defendió su status de bastión del PSOE. Las municipales son siempre diferentes por la cercanía del votante al candidato, su representante más directo en la gestión. Pero el influjo de la marca siempre condiciona. El PP lo sabe. Por ello apela a la ola ascendente que vive tras la mayoría absoluta en las autonómicas y las encuestas favorables que hablan de próximo gobierno popular con Feijoó en La Moncloa. El PSOE en cambio lucha por eludir a nivel particular el desgaste de sus siglas. Las dos formaciones se juegan la hegemonía de la provincia.
Hay un factor determinante como es el Rocío. La respuesta de la población ha sido duplicar el voto por correo. El último precedente que existe de municipales en romería redujo la participación un 5%. El incremento del voto anticipado hace pensar que la movilización este 28M pueda no resentirse tanto. La realidad es una incógnita.
En juego está la Diputación, que es una pieza esencial en el equilibrio de poder provincial y la estructura de los propios partidos. Siempre ha estado en manos socialista. Los populares la fijan como su gran objetivo ante el escenario abierto de estos comicios. Saben que cumplirlo significaría haber alcanzado la victoria general. No se puede aspirar a su presidencia sin teñir de azul al menos tres de los partidos judiciales que integran Huelva, aquellos con mayor peso demográfico.
El PP tiene sólidos bastiones consolidados en Palos, Lepe o La Palma. Los grandes municipios son determinantes por su valor demográfico. La pugna en Ayamonte, Aljaraque, Valverde, Almonte, Moguer o Cartaya va a ser clave. La provincia cuenta con seis demarcaciones: Aracena, Ayamonte, Huelva capital, Moguer, La Palma del Condado y Valverde del Camino. Actualmente hay una diferencia de siete diputados a favor de los sociales, con 16 del PSOE y 9 del PP. Cs y Adelante tienen una representante. El PP necesita ganar cinco diputados o bien cuatro y esperar que Vox entre en el pleno, por ejemplo. Sus ojos están puestos en una subida en la capital que representa casi el 50% de los representantes (12 de 27). El Condado es otro campo de batalla claro. Medirá el efecto de la polémica por el agua y el regadío. En la autonómicas el PP ganó en los cinco municipios afectados. En cuatro de ellos los alcaldes socialistas aspiran a la reelección, mientras en Lucena el Independiente Manuel Mora no se presenta. Todos ellos están repartidos entre los partidos judiciales de Moguer y La Palma.
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