Gabriel Cruz: "Quiero completar el modelo de ciudad que tuvimos que aparcar por el covid"
Plantea un futuro para la capital onubense basado en las oportunidades que brinda la nueva transición energética
El apoyo municipal a la industria es “firme y sin titubeos”
Gabriel Cruz: "No recuerdo un alcalde que use menos políticamente al Recre"
Gabriel Cruz cierra su segundo mandato como alcalde de Huelva. Cuatro años extraños, marcados por una pandemia que se ve erróneamente lejana y que abrió una herida de dos años en la vida diaria de la sociedad. Afirma que ese paréntesis paralizó su proyecto, un modelo de ciudad “amable, sostenible y humana” por el que acude de nuevo a las urnas.
–Ocho años de mandato. ¿Qué ve cuando echa la vista atrás?
–Satisfacción y orgullo de estos ocho años. Lo siento por el equipo de Gobierno, por su trabajo en la modernización de la ciudad que ahora da sus frutos, para que sea más cómoda y humana. Un resultado para el que antes le tuvimos que devolver el pulso al Ayuntamiento. Ha sido un camino largo que no hicimos solos, sino con la ciudadanía que nos dio su paciencia, compromiso y a veces con esa crítica que es un acicate para trabajar. Ocho años es mucho, pero también miro hacia adelante y veo todo lo que nos queda por hacer todavía.
–¿Qué queda del Gabriel Cruz que pisó este despacho por primera vez en 2015?
–Tengo la misma ilusión y ganas del primer día. Desde el primer momento entendí que este cargo implica una responsabilidad las 24 horas todas los días del año porque representas a tu ciudad. Son tus paisanos, a los que quieres y para los que debes darlo todo por encima de tus intereses o miedos particulares. Exige toda la entrega, el arrojo y la valentía para la toma de decisiones. Soy fiel a esos principios con los que empezamos este camino en 2015.
–Finaliza un mandato extraño. Pandemia, crisis económica, energética… ¿Qué más puede pasar en cuatro años?
–Hemos cubierto el catálogo de problemas. Hemos tenido momentos muy difíciles en estos últimos cuatro años a nivel global que nos repercuten en el día a día. Nos hemos visto obligados a reaccionar en situaciones complejas, reconducir presupuestos o contratos para buscar la forma de dar respuestas a unas necesidades que nadie podía imaginar. En cualquier momento puedes encontrarte con una crisis o un problema internacional que nos afecte. La pandemia en cambio es algo para lo que no estábamos preparados ninguno. Fueron momentos de miedo, incertidumbre, de tener que dar respuestas a situaciones nuevas. Para los ayuntamientos fue una situación muy intensa porque nos correspondía dar soluciones muy difíciles como administración más cercana, en contacto directo con la población. Cambia el curso de todo. Durante esos meses me preguntaba muchas veces qué más podía hacer. Fue un paréntesis de dos años en el que toda la gestión estuvo enfocada en atender a la población, protegerla y asegurar que Huelva saliera adelante sin que se desplomase.
–¿Cómo valora la respuesta que dio el Ayuntamiento?
–Me siento orgulloso. Arbitramos los medios necesarios para atender a quienes lo necesitaban. Tomamos medidas, asumimos el incremento del coste de la limpieza en los colegios, ayudamos a los sectores más afectados, les prestamos las facilidades necesarias durante la desescalada para que tuviesen herramientas para responder. A las empresas sin actividad les brindamos el pago urgente de facturas para dotarlas de liquidez. Movimos alrededor de 25 millones de euros solo para cubrir necesidades de la pandemia.
–Si habitualmente las administraciones locales tienen dificultades de financiación por el desequilibrio entre sus competencias e ingresos, ¿cómo se articuló?
–Derivando recursos, reordenando prioridades y posibilitando que las actividades económicas fluyesen con facilidad tras la desescalada. Ha sido un trabajo ingente, tanto económico como de gestión. Los empleados del Ayuntamiento tuvieron un comportamiento ejemplar. Porque no es solo lo que hicieron los cargos públicos, sino la implicación de los técnicos, los funcionarios o los conductores de los autobuses al volante con sus mascarillas. Todos dieron una lección ante una situación dramática que nos tuvo en vilo. Lo vemos muy lejano cuando en realidad es muy reciente.
–¿Cómo valora esos cuatro años?
–Soy una persona que no revisa las decisiones que toma. No tiene mucho sentido hacerlo cuando ya están hechas. Maduro, medito y comparto con mi equipo las líneas a seguir. Una vez tomada, tomada está. Cada una de las que tomamos era importante en su sector.
–Firmó ante notario que estaría dos mandatos en el cargo y se retiraría. ¿Por qué se presenta a un tercero?
–El momento de irte es cuando pierdes la ilusión y la mantengo intacta. Ser alcalde es serlo 24 horas 365 días al año. En el momento que sientes que no te llena tu labor es el momento de dejarlo, sea cuando sea. En 2015 desarrollamos un proyecto a ejecutar en 8 años. Estábamos muy lejos de pensar en una pandemia o todo lo que nos ha tocado vivir. No aspiramos a terminar todo porque una ciudad es un ser vivo que nunca se para. Sí aspiramos a completar el modelo y concepto de ciudad que tuvimos aparcar durante dos años por la pandemia. La decisión de seguir no la tomo yo. No decido ser alcalde, sino candidato. Está en manos de los ciudadanos. No creo que sea relevante estar 8 o 12 años sino culminar el proyecto que arrancamos con un equipo de personas y que por unas circunstancias inesperadas no hemos completado.
–¿Qué le queda por hacer para considerar el proyecto culminado?
–Desarrollar la movilidad y la ciudad amable que queremos. Para ello hay que avanzar en la transición ecológica, la zona de bajas emisiones y asegurarnos que seguimos adelante en ese horizonte de oportunidades que surge con la transición energética. Para todo ello necesitamos un Ayuntamiento fuerte, que esté al lado de la industria sin ninguna duda ni matices. Huelva como capital industrial es nuestra prioridad. Estamos ante una oportunidad única de vivir una segunda industrialización. También lo es culminar la salvación del Recreativo de Huelva, el despegue del turismo a través del legado inglés y las posibilidades gastronómicas. Estamos creciendo como nunca. La última Navidad se llenó la ciudad de gente de fuera que venía a ver el alumbrado, que es algo que nunca habíamos tenido. Hemos superado muchas barreras, nos queda consolidarlo y seguir avanzando.
–De los 14 miembros del equipo de Gobierno hay 11 personas que siguen en los primeros puestos de la lista. ¿Por qué esa apuesta por la continuidad?
–Porque es un equipo que funciona, que ha protagonizado la modernización que vive Huelva. Es el Gobierno de las Navidades, de la Semana Santa, del Festival Flamenco Ciudad de Huelva, del festival de cine que recuperará su espacio, que transforma la ciudad, ayuda a los ciudadanos, rehabilita las viviendas municipales, renueva el transporte o saca al Ayuntamiento de la brutal situación económica en la que se encontraba, con un índice de endeudamiento del 240% y más de 400 días de periodo de pago a proveedores. Frente a la destrucción de más de 300 puestos de trabajo hemos creado 100 y no amortizamos plazas. Es evidente que los gobiernos hay que refrescarlos para mantener el pulso para crecer que no mejorar.
–¿Qué deben aportar las nuevas caras?
–Son perfiles con capacidad de gestión, trabajo y tomar decisiones. Luisa García Romero en el sector social o de participación ciudadana trabajó en ambientes muy duros, siendo conocedora de la realidad de la población. Miguel Ángel Pérez de Diego es un ingeniero y profesor de la Universidad de Huelva, una figura importante de cara a los proyectos de transición energética a los que vamos a prestar una especial atención en este próximo mandato. Vamos a participar como socios activos en esos proyectos que nos deben permitir a Huelva vivir un nuevo esplendor económico y social. Inmaculada González Fernández tiene un conocimiento de la sociedad onubense fuera de toda duda.
–¿Debería tener Huelva una concejalía de industria?
–Por competencias igual no correspondería pero sí por el valor que tiene para Huelva. En el Ayuntamiento debemos adaptar las áreas a las realidades que vivimos. El mundo está ante muchos retos. Queda un poco antigua la estructura clásica. Hay que respetar las competencias que tienen las administraciones pero adaptándolas a dar respuestas a las realidades concretas. Los objetivos de felicidad y bienestar para la población se consiguen actuando sobre tus competencias, pero también sobre aquello que no lo es pero sobre lo que tiene capacidad de influencia. Haremos una reconsideración de las áreas si los onubenses nos dan su apoyo.
–Pasan presidentes de todos los colores por Moncloa o San Telmo y las promesas para Huelva se quedan en promesas. ¿Cuándo recibirá esta ciudad la atención que merece?
–El AVE, la 435 o cualquier otra infraestructura cuando se consiga no será la victoria de nadie, sino de toda la sociedad onubense. Para eso debemos apostar todos por sacar a Huelva del ostracismo en materia de infraestructuras. Hay que exigir todos a todos los gobiernos. En Andalucía éste del PP y los anteriores del PSOE tienen mucho que decidir porque cuando Madrid comienza a trabajar en los presupuestos pide información a las comunidades para que trasladen sus prioridades y Huelva nunca está. Sí lo está el AVE Sevilla-Málaga o una segunda línea de metro en Sevilla. Cuando el presidente de la Junta habla de Huelva no es más que un brindis al sol. Tenemos una oportunidad única de conectarnos con el Algarve que no podemos desaprovechar. Trabajaremos sin descanso, exigiendo a quien esté pero necesitamos la complicidad de la Junta. En etapas anteriores con gobiernos de distinto signo llegó el AVE a Granada o se puso en marcha el proyecto Murcia-Almería. Madrid no muestra ningún interés por las infraestructuras de Huelva, y Sevilla, tampoco.
–Parece que hay más interés en Portugal que en España.
–Porque sabe del potencial que tenemos, de las oportunidades que le puede brindar a todo el Algarve la conexión con Huelva y Sevilla. Desde fuera lo ven más claro a veces que nosotros mismos.
–¿Tiene futuro una ciudad con infraestructuras de hace 50 años?
–Huelva tendrá las comunicaciones que merece. Nos va a costar mucho, necesitaremos la complicidad del Gobierno andaluz, tendremos que reivindicar mucho desde la ciudad. El potencial enorme que tiene la provincia, a las puertas de una segunda revolución industrial vinculada al hidrógeno verde hará indispensable que lleguen.
–¿Qué papel debe jugar un alcalde?
–En lo que tenga competencias actuar, sin temblar el pulso, sabiendo donde está el porvenir de nuestra gente. El apoyo institucional es clave para cualquier proyecto porque no solo hablamos de dar permisos o informes. Cuando hablamos de inversiones de las dimensiones que viene lo hacemos de la vida de miles de personas, de puestos de trabajo, de un crecimiento global de la sociedad. Compartimos ilusión y un proyecto común con las empresas y también esas personas. Hay que superar el concepto de esto es público o privado porque todo forma parte de un mismo ecosistema.
–Denunciaba el pasado domingo Pilar Miranda en una entrevista a este diario que el Ayuntamiento era un freno para el desarrollo de la ciudad y los proyectos del Puerto.
–En absoluto. No sé de donde lo saca porque ahí está la realidad. Hablamos de planes que necesitan tiempo para su desarrollo y analizar las cosas bien. La Ciudad del Marisco comenzó con Javier Barrero, la Lonja la inició él y la terminó José Luis Ramos. El Paseo de la Ría lo planteó Manuela de Paz y la inauguró Javier Barrero con dos ministras del PP de Rajoy a su lado. El plan estratégico del Muelle de Levante y la ZAL los presentó José Luis Ramos, porque además estaba yo en el consejo de administración. No digo que la expresidenta del Puerto no haya hecho nada. Lo que quiero decir es que son labores que unos empiezan, otros continúan y concluyen quienes ostentan el cargo en ese momento. ¿También entorpecía el Ayuntamiento entonces? La colaboración y diligencia fueron máximas siempre. Nadie me va a escuchar decir que el edificio de Hacienda o el Banco de España están parados por culpa de la Junta porque no es así, sino por circunstancias ajenas a la administración. Debemos tener lealtad. Tenemos la obligación de sacar adelante los proyectos que sean buenos para la ciudad sin más intereses políticos porque el Puerto no es una república independiente de nadie.
–¿Cómo será Huelva en 2027?
–Una ciudad hermosa, de enorme pulsión cultural, que respete su cultura, con vida. Una ciudad con futuro, en auge por los proyectos energéticos. Una ciudad para vivir.
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