Así vivió la aldea la larga espera para el encuentro con la Blanca Paloma
El salto a la reja en la romería del Rocío de 2018
Cuenta atrás para alcanzar el momento más esperado de la romería del Rocío. Cuando el simpecado de la Hermandad Matriz entre en el santuario, dando por finalizado el rosario de las hermandades, los tiempos estarán ya marcados para que los almonteños corran hacia la Blanca Paloma y la saquen a la calle para el encuentro con el pueblo. La espera para el salto a la reja se hace siempre larga y tensa.
Este momento que da comienzo a la procesión de la Virgen por la aldea almonteña se ha producido en los últimos cuatro años minutos después de las tres de la madrugada. Los propios almonteños han logrado ir retrasando este momento midiendo el tiempo del rosario de las hermandades.
El salto a la reja ha experimentado modificaciones desde sus inicios, pero otros cambios son más recientes y se han introducido a raíz de la rotura de uno de los varales, que une la base con el techo del paso, durante la procesión de 2011. La romería ese año marcó un hito en su historia, ya que la procesión se suspendió por primera vez y la Virgen regresó a la ermita antes de lo habitual. La rotura se produjo cuando la Blanca Paloma llegaba a El Real y, ante la posibilidad de que el varal pudiera romperse del todo, causando con ello una incidencia mayor, los miembros de la Hermandad Matriz decidieron llevar la imagen a su templo.
Desde entonces bastantes cosas han cambiado, aunque lo esencial se mantiene. Atrás han quedado los saltos a la reja incluso antes de las dos de la madrugada, cuando el Simpecado ni siquiera había llegado al presbiterio.
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