Doñana florece tras la sequía: el antes y el después de la marisma de El Rocío tras las lluvias
Las abundantes lluvias que han caído desde comienzos de año, han obrado el milagro. El privilegiado espacio natural resurge de sus cenizas y ahora la imagen de las lagunas y de lugares emblemáticos como la marisma del Rocío, vuelven a florecer
La lluvia hace resurgir los espacios secos de Doñana
El Parque Nacional de Doñana fue declarado Patrimonio Mundial como un ejemplo excepcional de gran humedal mediterráneo donde conviven diversos ecosistemas que dan cobijo a una variada fauna. Doñana es la mayor reserva ecológica de Europa y su gran extensión de marismas acoge durante el invierno a numerosas especies de aves acuáticas procedentes de la región ártica, que suelen alcanzar cada año los 200.000 individuos. La importancia vital de este espacio natural protegido radica en la diversidad de ecosistemas que alberga. Y para que todo ello sea posible, el agua se vuelve fundamental. En los últimos años, la escasez de lluvias ha originado que el espacio se viera afectado por los devastadores efectos de la sequía.
El pasado mes de agosto de 2023, la laguna más grande del Espacio Natural de Doñana, la de Santa Olalla, se secaba por completo por segundo año consecutivo. La primera vez que ocurría desde que se tienen registros, demostrando el "grave estado" en el que se encontraba este sistema lagunar.
Sin embargo, las abundantes lluvias que han caído desde comienzos de año, han obrado el milagro. El privilegiado espacio natural resurge de sus cenizas y ahora la imagen de las lagunas y de lugares emblemáticos como la marisma del Rocío, vuelven a florecer, llenándose de agua y recuperando el verde intenso, así como la vegetación de antaño.
Durante el mes de marzo, la estación meteorológica del Palacio de Doñana ha registrado 145,3 litros por metro cuadrado de precipitación, de los cuales la mayor parte se han concentrado durante los últimos días del mes, coincidiendo con la Semana Santa. Los datos de la ICTS Doñana indican que, a estas alturas del ciclo hidrológico, que se calcula de septiembre a agosto, se ha recogido un total de 404,4 litros por metro cuadrado.
Aunque el actual ciclo hidrológico no está cerrado, la precipitación acumulada ya se sitúa por encima de la registrada en los tres últimos ciclos, en los que se registraron cifras muy inferiores a la media histórica, que se sitúa por encima de los 500 litros por metro cuadrado. Se necesitaría que lloviera más durante la primavera para superar la media histórica.
Estas últimas precipitaciones han permitido que las lagunas más grandes como Santa Olalla, El Sopetón o la Dulce se inunden casi totalmente y Doñana recupere una imagen similar a la que tenía en estas fechas hace algunos años. La inundación de esta primavera llega a tiempo para permitir un crecimiento de la vegetación, favoreciendo la cría de aves acuáticas, principalmente especies como las fochas, calamones, somormujos, zampullines, cigüeñas y ardéidos.
Y todo ello, a las puertas de una de las fiestas más multitudinarias a nivel mundial: la Romería del Rocío. En poco más de un mes, el espacio estará plagado de devotos que acudirán a rendir culto a la Virgen de las Marismas. Unas marismas que lucen esplendorosas llenas de primavera y de la que ya disfrutan cientos de visitantes aprovechando el buen tiempo del comienzo de abril.
Todo un lujo para los sentidos contemplar y disfrutar del idílico paisaje de El Rocío bañado por el agua, el sol y una flora y fauna que este año 2024 sí brillan gracias a las ansiadas lluvias.
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