Encuentran al caballo desaparecido en la peregrinación al Rocío de Sanlúcar de Barrameda

Final feliz para una historia que comenzó a mediados del pasado mes de marzo cuando la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrameda ponía en conocimiento de todos que uno de sus miembros había perdido el caballo con el que acudía para formar parte de la peregrinación extraordinaria de la filial gaditana hasta la aldea almonteña.

El propietario del caballo, Antonio Raposo Montaño, relató entonces que en la mañana del viernes 15 de marzo, alrededor de las once de la mañana, perdió a su caballo tordo en el Coto de Doñana, poco después del embarque, y desde entonces el animal no había aparecido.

Para facilitar las labores de búsqueda se facilitaron algunos datos que podían ayudar a encontrarlo, como el hecho de que el caballo llevaba una montura nueva recién estrenada, y en la manta estribera se encontraba toda la documentación del caballo y su dueño. Se apuntó incluso que el animal podía haber sido avistado al día siguiente de su pérdida sin montura ni cabezal.

Se realizaron incluso batidas dentro del Coto de Doñana aunque los primeros intentos fueron infructuosos. Pese a todo, las posibilidades de que el caballo hubiera salido de esta zona eran escasas, ya que no era posible que el animal hubiera abandonado este entorno transportado en un vehículo sin que nadie se diera cuenta. Además, se apuntaba una posibilidad muy esperanzadora como era el hecho de que el animal se hubiera unido a una tropa de yeguas salvajes de la zona.

Finalmente toda la angustia de su dueño durante estas semanas y todas las labores de búsqueda que se han realizado en estos últimos días han tenido un final feliz, ya que el caballo ha aparecido después de permanecer en paradero desconocido durante todo este tiempo. La presidenta de la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrrameda, Loli Guerrero, ha confirmado el hallazgo del equino que se produjo en la jornada del 3 de abril.

Además, para mayor alegría de su dueño, el caballo ha sido encontrado en la zona de Doñana tal y como desapareció. Es decir, con la montura nueva recién estrenada y la manta estribera en la que se portaba toda la documentación.