Fe y unión frente a las inclemencias
La colaboración entre hermanos en un camino marcado por la incertidumbre era lo más destacado ayer por las filiales onubenses que ya se encontraban disfrutando en la aldea.
Si hay una idea que podría definir, a juicio de los peregrinos, el camino hacia la aldea este año es que ha sido, sin duda, muy diferente. La meteorología provocó que las hermandades tuvieran que hacer ajustes sobre la marcha, cambiando caminos o tomando decisiones como la de descansar o no, en función de las previsiones meteorológicas. Unas inclemencias que han sorteado con buen humor, mucha unión entre los hermanos y la gran devoción que sienten por la Virgen del Rocío.
"Duro no hay nada en El Rocío, esto vienes a disfrutarlo". Con esta frase de un hermano de Trigueros se resumía un sentimiento que impregnaba ayer el ambiente y los corazones en las distintas hermandades de la provincia que, por la mañana, ya se encontraban en la aldea tras completar un camino cargado de incertidumbre. Tras haber descansado y ya con nuevas fuerzas y muchas ganas de disfrutar, los rocieros onubenses narraban ayer los periplos sufridos en el camino. Un total de 65 hermandades tenían prevista su llegada durante la jornada del jueves, por lo cual en la aldea almonteña ya bullía el ambiente rociero, que fue creciendo con la llegada progresiva de nuevas filiales. Ya hoy estarán todas en El Rocío.
La Hermandad de Emigrantes llegó a la aldea en torno a la 01:30 de ayer viernes. La presidenta, Belén Requena, destacó la casi ausencia de incidencias de importancia en un camino cargado de "momentos de incertidumbre" y, sobre todo, la unión entre los hermanos que "ha sido fantástica, todos han estado colaborando y ayudando para que todo se desarrollara bien". Pese a todo, insistió, ha sido una experiencia muy bonita, que ha puesto de manifiesto la unión entre los integrantes de la hermandad y el sentimiento rociero que comparten. Algunos de los momentos más duros se produjeron, para la presidenta de esta hermandad, en la noche del jueves al viernes, cuando ya había oscurecido, y la falta de luz se unía al estado de los caminos, donde había "charcos con hasta 60 centímetros de agua". Requena destacó, además, la constante atención por parte de los efectivos del Plan Romero e insistió en que ahora queda disfrutar de que "ya estamos aquí, junto a la Virgen, y de las experiencias tan bonitas que se viven en el Rocío".
Similar visión ofrecía ayer el presidente de la Hermandad de Bonares, Manuel Freitas, quien definía el camino de este año como "peculiar, lluvioso y muy emotivo". Y es que, a su juicio, se confirma aquello de que "en el Rocío no sólo hay cante, baile y diversión, porque hay que tener una gran fe para, en momentos como los que hemos vivido, no coger el coche y dejar el camino". Según apuntó, muchísimas personas arroparon el Simpecado de la hermandad en el recorrido, incluso en momentos como la llegada a la aldea, cuando caía "un auténtico diluvio". Los bonariegos se conjuraban ayer para afirmar que, a partir de ahora, todo va a transcurrir con normalidad y los rocieros van a poder disfrutar intensamente de su presencia en la aldea junto a la Blanca Paloma. Freitas aseguraba ayer por la mañana que incluso notaba más gente que en años anteriores, en parte por el adelanto de la llegada de algunas hermandades.
La colaboración de todos los hermanos fue también lo más destacado para el presidente de la Hermandad de Trigueros, Francisco Gil, quien subrayó que "ahí es donde se ve la verdad de esto". "Ha sido un camino muy bonito porque ha aflorado lo mejor de cada uno", concluyó. Entre los momentos más emotivos, citó la pernocta en una nave que habían buscado ante la posibilidad de lluvias, en la que también pasó la noche la Hermandad de Valverde, amadrinada por Trigueros. El ambiente festivo ya despuntaba ayer en la casa hermandad, donde peregrinos y visitantes se preparaban para vivir un nuevo Rocío inolvidable.
Lo mismo sucedía en el resto de hermandades de la provincia que ya estaban en la aldea, donde los romeros se disponían a disfrutar ya de su estancia junto a la Virgen, pese a que las consecuencias de la lluvia de estos días aún seguían estando muy presentes.
El trasiego inundaba ayer también la Ermita, con un continuo ir y venir de rocieros que acudían para ver a su Virgen y rezarle, muchos de ellos visiblemente emocionados. Por la mañana, bomberos del Consorcio Provincial y efectivos del 061 realizaban una ofrenda floral a la Blanca Paloma.
Por la tarde, la aldea acogía el primer acto oficial con el inicio de la Presentación de las Hermandades. De hecho, para propiciar un correcto desarrollo de este acto, por la mañana había máquinas en la zona vaciando grandes charcos de agua. Un total de 37 filiales se presentaban así ante la Virgen, siendo recibidas y acogidas por la Matriz de Almonte. Este emotivo y colorido acto continuará hoy con el resto de las hermandades, que irán una a una desfilando y presentando sus respetos ante la Blanca Paloma entre cantes y plegarias.
ROCÍO 2016
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