La amistad como esencia rociera
Hospitalidad. Desde las seis de la mañana de ayer los hermanos de Emigrantes comparten su casa en la aldea y disfrutan de la buena sintonía que reina entre ellos
Con la resaca del cansancio acumulado en el camino despertaba ayer Emigrantes. Los peregrinos llegaron a la casa de hermandad a las seis de la mañana, lo que hizo que comenzaran el día tarde aunque con la ilusión y la energía intactas. Desde arriba, junto a la puerta de su habitación, el presidente de la hermandad onubense, Fernando Rodríguez, observaba el inicio del día aún en pijama. Los romeros comenzaban a vestirse a partir de las 11:00 de la mañana mientras que, en la cocina, el bullicio del trabajo ya se hacía patente y dejaba los primeros olores en el patio.
Angelines, una de las cocineras de Emigrantes, se encargaba ayer de que el potaje de bacalao, garbanzos y patatas estuviese listo a su hora, lo que no era complicado si se tiene en cuenta que la joven ha guisado desde hace días en abundancia para los peregrinos que han hecho el camino y los visitantes. Esta es la primera vez que la cocinera trabaja con una hermandad, aunque asegura llevarlo bien y desempeña su tarea con una alegría contagiosa a pesar del calor de los fogones.
Con el brillo de la felicidad en sus ojos, la hermana mayor de Emigrantes, Belén Requena, agradecía a la joven y a todo su equipo (tanto al de cocina como al de salón) el trabajo realizado mientras relataba que el camino hasta la aldea ha sido "maravilloso". "He disfrutado cada minuto del camino: Cuando iba delante del Simpecado, cuando me he bajado del caballo para ver los carros y saludar a la gente, cuando me he parado con los peregrinos que cantaban. No sé expresar con palabras lo feliz que he sido desde la misa hasta que llegué aquí", comentó la responsable.
Con el "honor grandísimo" de llevar hasta el Rocío a la Hermandad de Cornellá, ahijada de Emigrantes desde hace 25 años, Requena agradeció una vez más que la ahora filial catalana haya tenido el detalle de realizar su primer camino junto a ella tras dejar de ser una asociación. De "muy emotiva" tildó la despedida que en la madrugada brindaron a la nueva filial, que a partir de ahora vivirá su andadura en solitario.
La convivencia, según explicó la hermana mayor, es "fantástica" en la casa de hermandad, en cuyas habitaciones, como viene siendo habitual cada año, repartió los ramos de flores recogidos durante el camino.
Tras los dos días de camino en los que los romeros han convivido de forma intensa -viviendo momentos mágicos como la salida, la noche en La Raya, el Ángelus, la misa de por la mañana o la visión de dos simpecados en el charco- más de 400 hermanos se alojan ahora en la casa de hermandad, que dispone de 40 habitaciones "muy adecuadas y preparadas" para que quepan numerosas personas.
"Los hermanos me han comentado que han disfrutado mucho el camino porque, a su juicio, ha estado muy bien organizado y porque, sobre todo, dicen que hacía tiempo que no veían a una hermana mayor disfrutarlo tanto. Si tengo que decir algo es que siento una enorme felicidad", relató Requena. Y es que, tras los nervios previos a la partida hacia la aldea, la responsable asegura estar "mucho más relajada" ahora. Su grupo, además, le ha ayudado a lo largo del año, en el camino y ya en el Rocío, por lo que está "relajadísima".
Para la jornada de hoy, la responsable tiene previsto organizar los preparativos de la mañana para después salir a las cuatro de la tarde para la presentación. Más tarde se reunirán los romeros en la casa de hermandad, donde disfrutarán de una merienda, y disfrutarán de la convivencia hasta la misa del domingo por la mañana. Después, ya por la noche, llegará el Rosario y, con él, un abanico de emociones intenso e inolvidable.
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