Editorial
Una legislatura fallida
EL ROCÍO
A mediados del mes de mayo, las hermandades rocieras iniciarán sus caminos hasta la aldea almonteña del Rocío para participar en los cultos de la Romería y postrarse a los pies de la Blanca Paloma con motivo de la celebración de Pentecostés y la Festividad de la Virgen del Rocío. Para llegar hasta este enclave, las corporaciones siguen distintos trazados que varían en función del punto desde el que inicien el camino.
También varía el número de jornadas que las hermandades necesitan para completar el recorrido que las separa desde sus puntos de origen hasta la aldea del Rocío, pero en todos y cada uno de estos caminos se respira la misma fe y devoción a la Reina de las Marismas y al Pastorcito Divino.
Según explica la Hermandad de Matriz de Almonte, “no siempre estos caminos han tenido el mismo trazado, ni los mismos hitos”. De hecho, se articulan sobre las dos antiguas veredas de carne que se cruzaban muy próximas a la antigua ermita y que comunicaban estas zonas de producción con los centros urbanos más significativos de este espacio durante el Antiguo Régimen: Moguer-Sevilla y Niebla-Sanlúcar de Barrameda.
La Matriz señala que estas veredas que cobraron un mayor significado, a raíz del descubrimiento de América. “Más tarde, la explosión del Rocío al comienzo de la década de los 80 del siglo XX y el desembarco de los medios de comunicación modificaron algunos trazados y sustancialmente la notoriedad de algunos hitos del camino que nunca lo tuvieron con anterioridad”, apunta la hermandad.
En la actualidad hay cinco grandes itinerarios para llegar hasta la aldea del Rocío: El camino de las hermandades de Sevilla, que tiene su punto de llegada en la aldea por el puente del Ajolí; el camino de las hermandades de Cádiz que tiene su punto de entrada en la aldea, a través de Manecorro– la Canaliega; el camino de las hermandades de Huelva, con acceso por el barrio de Las gallinas– las Tinajas; y los caminos de los Llanos y de los Tarajales o “Tananjales”, el último que se ha recuperado, que discurre paralelo al de Los Llanos. Por ellos peregrinan anualmente las hermandades y asociaciones del Rocío.
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