La aldea del Rocío vivirá el mes de agosto otra celebración especial

El pasado mes de mayo, más de un millón de personas visitaron la aldea almonteña con motivo de la celebración de la Romería del Rocío, un acontecimiento que concentra el fervor y la devoción de los rocieros y que tiene su momento culmen con la procesión de la Blanca Paloma que da comienzo en la madrugada del Lunes de Pentecostés con el tradicional Salto de la Reja.

En junio, El Rocío junto a las marismas de Doñana y Almonte volvieron a ser protagonistas, esta vez de la mano de la Saca de las Yeguas, una tradición ancestral documentada desde 1504, en la que este año han participado unas 1.500 cabezas de ganado y sobre la que se está trabajando desde la Junta de Andalucía para que sea declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

Y ahora llega el turno de agosto, en el que la aldea del Rocío volverá a vivir una nueva celebración especial: El Rocío Chico, que tiene su origen en los inicios del siglo XVII, con motivo de la invasión francesa. Así es como se conoce al “Voto de Acción de Gracias que realizó el pueblo de Almonte en 1813, motivado por el gran desafío al invasor vivido en la antigua casa de los Ortiz de Abreu, en la calle El Cerro, en agosto de 1810; con motivo de la invasión de España por el ejército francés de Napoleón, a partir de 1808”, según explica en su web la Hermandad Matriz de Almonte.

Según recoge la Matriz, “el 17 de agosto de 1810, un grupo de patriotas, asaltó el cuartel que en la localidad había establecido el ejército francés, dando muerte el capitán Pierre Douseau y a cinco soldados a sus órdenes”. Los hechos estaban gravemente penados por el ejército invasor que respondió con la intención de “saquear, incendiar y degollar” a la población.

Ante esta situación, “Almonte hizo frente con la oración, invocando entonces la mediación de su Patrona, la Virgen del Rocío. Un ruego que fue escuchado, hasta el punto de que nunca llegaron hasta la villa los ochocientos infantes franceses que habían mandado desde Sevilla para aniquilar a la población.”

Así, cuando el ejército francés se retiró definitivamente de España, “los representantes del pueblo de Almonte, Ayuntamiento, Clero y Hermandad Matriz, deseando manifestar el reconocimiento y gratitud, acordaron, el día 16 de agosto de 1813, hacer un voto formal y expreso, en su nombre y en el de las generaciones venideras”.

En este voto expresan su deseo de que “en adelante y para siempre jamás, pasarán la madrugada del 19 de agosto en El Rocío, celebrando por la mañana Solemne Misa en la Ermita, en acción de gracias por el singular favor de la salvación del pueblo”.

Desde entonces, el pueblo de Almonte celebra el Rocío Chico con unos cultos que comienzan con un triduo preparatorio, del 16 al 18 de agosto. En la noche del 18, se celebra también el rezo del Santo Rosario, por las calles de El Rocío y en la mañana del día 19, tiene lugar la Solemne Función Votiva, en la que se renueva el Voto de Acción de Gracias. A su finalización, una Procesión Eucarística, con el Santísimo bajo palio, por el entorno del Santuario, ponen el broche a esta fiesta local.