La crisis rebaja a la mitad los precios de alquileres en la aldea
La falta de recursos entre los rocieros y la fuerte competencia deprecian las viviendas El Año Jubilar alarga los arrendamientos
La depreciación de la vivienda desde el estallido de la burbuja en 2007 ha superado el 40%, mientras que en la aldea de El Rocío existen inmuebles a los que no se les da salida a pesar de haber reducido su precio a la mitad.
El cierre del grifo crediticio imposibilita que los futuros compradores puedan acceder a la financiación, cerrando las posibilidades de venta. Frente a esta tesitura y la necesidad de coger algún tipo de ingresos, los propietarios han optado por sacar réditos económicos poniendo en alquiler sus casas, lo que ha atomizado aún más si cabe este mercado y, en consecuencia, acentuando la competencia y el descenso de los precios.
Al igual que ocurre en los municipios costeros, la depreciación de las viviendas es indirectamente proporcional a la cercanía con la playa. Algo parecido sucede en la aldea con aquellos inmuebles que tienen a escasos metros la Ermita de la Blanca Paloma, los cuales parecen inmunes a la crisis, tanto en la venta como en los alquileres, que mantienen su nivel.
Francisca Rubén Cepeda, regente de la hoy extinta Inmobiliaria Los Ansares, resalta que ella ha podido alquilar su casa "de 11 habitaciones, con los caballos, por 8.500 euros, 1.000 euros más que el año pasado gracias al traslado". La vecina almonteña insiste en que quien acude a la romería de Pentecostés "no sufre la crisis".
El Año Jubilar, y más concretamente la Venida, ha contribuido a mitigar el desplome de los precios, gracias a que muchas reuniones han optado por alquilar con una semana de antelación, al objeto de disfrutar del traslado de la Pastora desde Almonte a la aldea el pasado 12 de mayo, de ahí que adelantasen este año el periodo de alquiler.
En Inmobiliaria El Traslado, Victoriano Pardo explica que "grosso modo los precios han descendido", si bien matiza que el mercado en la aldea no se ajusta a arquetipos, al entrar en liza elementos religiosos que hacen único al rincón onubense a pie del Parque Natural de Doñana.
El empresario explica que existen clientes "que han llegado a un acuerdo con el propietario porque se conocían de otros años, mientras que otras personas han decidido que, por el precio que se les ofrecía, preferían disfrutar de la romería ellos mismos con sus familias".
Precisamente la confianza es un elemento de primer orden a la hora de cerrar una operación de alquiler. "Dejar en manos de unos desconocidos una vivienda que aún hoy día cuesta 300.000 euros es, cuanto menos, temerario", insiste un vecino que este año no ha alquilado porque quienes durante los últimos días años han sido sus clientes no disponen de recursos económicos para afrontar la romería.
En este sentido explican que cada año uno tiene constancia de reuniones que literalmente maltratan cada elemento del mobiliario de la casa, causando destrozos que, en muchos casos, no son compensados con los ingresos obtenidos en la operación.
Si se suman todos estos elementos a la ecuación no es aventurado pronosticar que un 25% de las viviendas que durante estos días han colgado el cartel de "Se alquila" permanecerán cerradas durante este mes de mayo.
Aun así, algunos profesionales consultados por este periódico insisten en que los alquileres tienen que bajar de forma considerable y en pareja proporción a la devaluación de los activos.
"Cuando en el Rocío o cualquier punto de España se dispararon los alquileres, lo hicieron con el argumento de que su precio se correspondía con el valor de la vivienda". Este mismo razonamiento les lleva a pensar que ahora han de bajar sus pretensiones "en torno al 40 ó 50% con respecto a los precios de 2006". Sin embargo, matizan, es difícil hacer entender a un cliente que ha de ajustarse a la ley de la oferta y la demanda, la misma que le permitió cobrar unos precios fruto de la especulación; la misma que ahora utiliza el arrendatario.
Por otra parte, los precios también han descendido por la entrada en escena de internet. Antes los potenciales arrendadores sólo tenían como vehículo las inmobiliarias, que se cuidaban de no ofrecer precios por teléfono para evitar hacerse la competencia. La alternativa era acudir a un conocido o ir a la aldea a tomar teléfonos de las casas, concertar una cita con el propietario y acudir en otra ocasión a visitar la vivienda.
Ahora, a golpe de ratón, cualquiera puede seguir al detalle las características de las viviendas, ver fotos y cotejar precios; todo ello en un mismo día. Ello implica que, para ser competitivos, se hace necesario ofrecer jugosas ofertas, con lo que los precios también descienden. Y no sólo durante Pentecostés. Para todo el año se pueden encontrar ofertas de estudios de 30 metros cuadrados por 150 euros al mes. Algo inimaginable hace sólo un lustro.
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