Domingo de Rocío Chico a la sombra

El Rocío/Queda poco para el fin de la cuenta atrás. La aldea del Rocío, en Almonte, vive estos días una de sus citas más especiales, una fecha bicentenaria que tiene en la fe y la gratitud del pueblo almonteño a la Virgen del Rocío su germen, y que cada año aglutina a miles de personas en este enclave mariano. La aldea se encuentra sumergida de lleno en la celebración del Voto de Acción de Gracias que el pueblo de Almonte renueva desde 1813 y que es lo que se conoce bajo el nombre del Rocío Chico.

Este domingo en la aldea se vive con tranquilidad, todos se mantienen a la espera de la última jornada del triduo preparatorio que comenzó el pasado viernes 16. Ante la espera muchas personas han optado por refugiarse en sus casas. Esto ha impulsado que algunas de las calles permanezcan parcialmente desiertas, excepto en aquellos recodos en los que había algo de sombra o en las terrazas, que veían todas sus mesas a la sombra ocupadas, una estampa también provocada por el asfixiante calor que se respira en El Rocío.

La misa tendrá lugar a las 21:00 de manos del Director del Secretariado de Pastoral Juvenil y Adolescencia de la Diócesis de Huelva y Capellán de la Universidad de Huelva, Enrique Uzcategui Rodríguez, que hará la homilía de esta eucaristía, que estará cantada por el Coro de la Hermandad Matriz de Almonte en lo que promete ser una actuación de lo más sentida y conmovedora. Pese a que quedan horas para que este acto de comienzo, ya en las caras de algunas personas se puede ver reflejada la impaciencia de aquellos que no paran de echar un ojo a sus relojes para contar los minutos que quedan para que llegue el momento. Pero hay un grupo de personas que están aún más agitados: los nuevos hermanos.

Ellos a las 19:00 deben estar presentes en el acto de juramento e imposición de medallas y tratar de ocultar su nerviosismo, algunos con mejor resultado que otros. Un acto que les permitirá sentir aún más de cerca si cabe a la Blanca Paloma.

A la media noche, con la luna casi llena reflejada en las enigmáticas marismas del Parque Nacional de Doñana que rodean la aldea, tendrá lugar la salida del simpecado de la Hermandad Matriz por las calles. Un momento en el que la devoción se puede palpar en el aire en una salida casi íntima entre el simpecado y sus seguidores.

El recorrido será un año más el tradicional y se acompañará del rezo del Rosario en la víspera del día central del Rocío Chico. Este momento será retransmitido en directo por la Hermandad Matriz de Almonte a través de su página de Facebook y su canal de YouTube. El objetivo es acercar estos sentidos momentos a aquellos que no pueden estar presentes, pero quieran participar de los cultos en el Santuario.

El lunes 19 continúan los actos del Rocío Chico. Durante la mañana se llevará a cabo la Función del Voto, a las 10:00 los devotos se congregarán ante el Obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, que presidirá el acto. La Coral Polifónica Gaudeamus de Trigueros pondrá sus voces a disposición del momento en una actuación que promete ser magistral. Tras este, se llevará a cabo una procesión por el entorno del Santuario con el Santísimo Sacramento bajo palio.

Cabe recordar que el Rocío Chico se trata de una celebración que conmemora la intervención de la Virgen del Rocío, librando a la población de Almonte de una muerte segura a manos de las tropas napoleónicas en 1810, por lo que desde el pasado jueves vienen desarrollándose actividades lúdicas y religiosas y cuyo acto principal se celebra anualmente el 19 de agosto.

En el contexto de la Guerra de la Independencia, las tropas francesas invadieron la península con el objetivo de instalar a José Bonaparte en el trono de España. En junio de 1808, las autoridades de Almonte fueron alertadas sobre la inminente invasión de Andalucía.

Ante esta amenaza, los almonteños se encomendaron a la Virgen del Rocío trasladándola hasta la Parroquia de la Asunción en enero de 1809; en abril de 1810, el pueblo se vio ocupado por las tropas del coronel Manteau y el capitán Pierre D'Ossaux.

La opresión era intensa, pero el 17 de agosto de 1810, un grupo de patriotas tomó la iniciativa y se enfrentó a los soldados franceses; el capitán D'Ossaux fue abatido, y en el conflicto murieron varios soldados, mientras que otros fueron capturados.

La noticia de este enfrentamiento llegó al Mariscal Soult, quien ordenó un devastador ataque sobre Almonte con 800 soldados. En un acto de desesperación y fe, los almonteños se encomendaron a la Virgen del Rocío, rogando por su intercesión. Las tropas francesas se retiraron antes de llegar al municipio almonteño, al recibir informes de un supuesto refuerzo español.

Este hecho, considerado un milagro por los almonteños, salvó al pueblo de la tragedia; tras la marcha de las tropas en 1812, el 16 de agosto de 1813, las autoridades civiles, eclesiásticas y la Hermandad Matriz de Almonte decidieron formalizar un voto de gratitud a la Virgen del Rocío.

Desde entonces, acordaron "pasar en la madrugada del día 19 de agosto de este año de 1813 y de todos los venideros en la ermita de Nuestra Madre y Señora, a cantar una solemne misa en acción de gracias", agradeciendo a la Virgen su protección, por haber salvado al pueblo de las represalias francesas