Así luce el Simpecado de la Hermandad del Rocío de Gibraleón tras su restauración

EL ROCÍO

Simpecado de la filial olontense.
Simpecado de la filial olontense. / Hermandad de Gibraleón
J.M.M.

15 de octubre 2024 - 06:00

La ermita del Cristo de la Guadaña, sede de la Hermandad del Rocío de Gibraleón, ha sido en la tarde de este lunes 14 de octubre testigo del reencuentro de la filial olontense con su Simpecado, que ha regresado a su casa tras dos meses en los que sido sometido a un proceso de restauración en la Orfebrería Villarreal y en Talleres Genoveva.

Los miembros de la Hermandad del Rocío de Gibraleón han podido contemplar de nuevo su Simpecado, que ahora luce un cordón de hilo de oro, donado por la Hermandad de la Borriquita de la localidad, y unos embellecedores donados por un hermano de la filial rociera. A su llegada a la ermita del Cristo de la Guadaña, el Simpecado ha sido recibido por una salve de bienvenida y la sede ha permanecida abierta para todos los hermanos.

Simpecado de la filial olontense.
Simpecado de la filial olontense. / Hermandad de Gibraleón

El Simpecado de la Hermandad del Rocío de Gibraléon es una pieza que realizada en 1977 por el orfebre Sevilla José Jiménez Jiménez y elaborada sobre fondo de terciopelo rojo con adornos en plata repujada con la imagen de la Virgen del Rocío en el centro en plata policromada. El Simpecado cuelga de una vara de plata repujada y tiene como terminación superior una cruz del mismo material. Fue costeado por los propios hermanos de la filial y se sometió a un proceso de restauración en 2009 en los talleres del orfebre sevillano Villareal.

Simpecado de la filial olontense.
Simpecado de la filial olontense. / Hermandad de Gibraleón

Éste es el actual Simpecado de la Hermandad de Gibraleón, pero no es el único que ha tenido a lo largo de su historia, desde que se fundó en 1935. Según explica la propia corporación en su página web, el primer Simpecado de la filial se bordó en el año 1941 por Gertrudis Labadía Borrero. Fue realizado en terciopelo rojo burdeos oscuro y costó 900 pesetas de la época. La pintura del interior del mismo fue obra de Félix González Rodríguez, catedrático de Bellas Artes.

Ya en 1966, la filial olontense estrena el que sería su segundo Simpecado. Esta vez fue realizado en terciopelo rojo y bordado por las madres Oblatas de Huelva, también con una pintura interior de la Virgen del Rocío de Reina sobre fondo multicolor. Fue donado Manuel Garrido Garrido el 16 de mayo de 1966.

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