La nueva corona de la Virgen del Rocío
Rocío 2019
La Hermandad de Valverde del Camino inició la idea de una nueva presea en el centenario de la coronación
Valverde del Camino/Cuando la Virgen del Rocío recorra la aldea almonteña este Lunes de Pentecostés, muy pocos fieles conocerán la historia que se esconde tras su dorada corona. La de sentimientos y emociones que están fundidos en sus broches o sus hornacinas. La nueva presea que porta la Blanca Paloma es el resultado de un proyecto colosal, participativo y espiritual de miles de rocieros de todo el mundo.
La bautizada Corona de Amor fue ideada por uno de los hermanos rocieros de Valverde del Camino, Alfonso Macías, como regalo para la Virgen con motivo de la celebración del centenario de su coronación canónica. La hermandad valverdeña extendió este sueño al resto de hermandades en la asamblea general de presidentes y hermanos mayores de abril de 2017 y todo se precipitó.
“Queremos hacer un llamamiento a todas las hermandades y a todos los rocieros para dejar en la historia del Rocío un regalo acorde con el acontecimiento”. Así comenzaba esa propuesta. Meses más tarde, se conformaba la comisión que establecería las líneas de acción. Lo único que estaba claro en aquel momento era que la corona se realizaría con el oro donado por los devotos.
Por este motivo, el valor sentimental es mayor que el económico. Detrás de cada anillo, pendiente, pulsera o trozo de cadena hay una historia, un recuerdo o un por qué. “Su coste es incalculable y cada día que pasa, cuesta más dinero”, asegura el presidente de la comisión, el valverdeño Luis Fernando Morián, quien califica la nueva corona como “una obra maestra”.
De hacerla realidad se ha encargado el taller de orfebrería de los hermanos Delgado López de Sevilla. El diseño realizado por José, Ángel y Francisco Javier, fue el elegido entre todos los bocetos presentados. En su esbozo no faltaron una blanca paloma, las estrellas, la cruz o los doce apóstoles. Tampoco el color de la liturgia de Pentecostés (rojo) ni el símbolo de la pureza (azucena) ni los dogmas y títulos otorgados a la Virgen.
Entre las hermandades filiales, las no filiales y las asociaciones rocieras se han reclutaron casi 10 kilos. “No todo el oro recaudado era bueno, había una gran merma”, explica Morián, quien sintetiza que “el artículo hay que convertirlo a oro de 22 quilates para poder trabajarlo” y que, en un principio, “la corona iba a pesar 4,5 kilos, pero finalmente ha necesitado más”.
La Corona de Amor ya reposa en las sienes de la Reina de las Marismas. La recibió a principios del mes de mayo en honor de multitudes en el santuario rociero. Se dieron cita los protagonistas y numerosos fieles, testigos todos de un acontecimiento histórico. “Dos horas antes de comenzar la puesta de largo, ya estaba llena la ermita”, presume el presidente de la comisión, quien se sintió muy arropado también durante el desfile previo por las calles de la aldea y en el que la joya fue portada en andas.
La Comisión de la Corona del Centenario ha aprovechado la infraestructura creada en este proyecto para poner en marcha una obra social basada en la construcción de una unidad oncológica completa para adolescentes en el Hospital Virgen del Rocío de la capital hispalense. Una iniciativa solidaria que se va a ejecutar en colaboración con la fundación Andex (Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Andalucía) y en la que trabajan ya todas las hermandades rocieras.
Un delicado trabajo de la orfebrería de los Hermanos Delgado
Para diseñar el boceto de la corona , la orfebrería Delgado López tuvo en cuenta las medidas de la corona actual porque por la forma de la Imagen de la Virgen eran las dimensiones más adecuadas. Los Hermanos Delgado han sido también los encargados de realizar la corona del Divino Pastorcito que se estrenará en la Romería del Rocío de 2019, cuando también luzca por primera vez la Blanca Paloma la presea.
Al recibir el encargo, José, Ángel y Francisco Javier Delgado tuvieron claro que el diseño de la corona del Divino Pastorcito debía mantener el mismo estilo que el proyectado para su Madre. Aunque ahora bien, como especificó José Delgado, “la simbología es totalmente distinta”.
La semejanza estilística con la corona de la Virgen del Rocío se observa en el uso de los perchetes e imperiales, de igual diseño. El aro que sirve de base a la presea contiene la siguiente frase en latín que dijo el propio Jesucristo: “Ego sum pastor animam suat dat pro ovibus” (”Yo soy el Pastor que da la vida por sus ovejas”). La estructura central se divide en seis partes. En el perchete frontal aparece el anagrama del JHS (Jesús Hombre Salvador). En el trasero irá representado el Pelícano que alimenta a sus crías con su propio cuerpo, símbolo de la Eucaristía. En los cuatro perchetes restantes se engarzan unos rubíes, la misma piedra que decora la corona de la Virgen y que recuerda el color litúrgico de Pentecostés, la festividad que celebra el Rocío .
Entre los perchetes se incluyen unas cabezas de león, similares a las que aparecen en las esquinas de la peana de la Patrona almonteña y que aluden a la definición que otorgó el cardenal Almaraz, arzobispo sevillano, durante la coronación de la Virgen , a la camarista Ana Valladolid como “domadora de leones”, al contener las ansias de los almonteños por portar a la Blanca Paloma. Sobre la cabeza de estas fieras aparecen las figuras de dos flamencos sobre las aguas de la marisma, rematadas por las flores más comunes del camino que llevan a la aldea: amapolas, margaritas y lirios.
Los seis imperiales que cierran la corona corresponden a los seis días en los que Dios creó el mundo. Cada jornada está simbolizada en una cartela: la noche y el día; el cielo y el mar; las plantas; la luna, el sol y las estrellas; las aves y los peces; los animales y el hombre. La corona se cierra en el orbe terráqueo rematado con una cruz de pedrería de rubíes. Este proyecto se realizó a mano y se empleó en él oro de 22 quilates.