Ésta es la primera filial rociera que se fundó en el siglo XX

EL ROCIO

Salida de la Hermandad de San Juan del Puerto.
Salida de la Hermandad de San Juan del Puerto. / M. G.
J.M.M.

09 de febrero 2024 - 17:07

La devoción a la Virgen del Rocío se remonta varios siglos en el tiempo y traspasa fronteras hasta el punto de que en la actualidad hay un total de 127 hermandades filiales, procedentes de distintos puntos del territorio nacional e incluso fuera de él como es el caso de la Hermandad del Rocío de Bruselas.

Lo cierto es que se trata de un movimiento religioso vinculado a esta advocación mariana que no se detiene en el tiempo y prueba de ello son las decenas de hermandades que aguardan que la Matriz de Almonte las apruebe como filiales para que puedan hacer su presentación ante la Blanca Paloma como hermandad durante la Romería del Rocío.

Pero no siempre hubo un centenar de hermandades filiales ni siquiera una decena, hecho este último que no ocurrió hasta el pasado siglo XX. Villamanrique de la Condesa, Pilas, Moguer, La Palma y Sanlúcar de Barrameda fueron hasta el siglo XIX las únicas filiales, a las que hay que sumar también las de El Puerto de Santa María y Rota, si bien estas dos últimas desaparecieron con el paso del tiempo, como consecuencia del declive del comercio con América y las desamortizaciones eclesiásticas que dejan sin patrimonio a las instituciones religiosas.

A lo largo del siglo XIX ven la luz las hermandades de Triana, Umbrete, Coria del Río y Huelva. La filial de la capital onubense, fundada en 1880, deja en 9 la nómina de corporaciones filiales, una cifra que no cambiará hasta la segunda década del siglo XX cuando se funde filial número 10.

Ese honor lo tiene la también onubense Hermandad de San Juan del Puerto, fundada en 1913 y amadrinada precisamente por la Hermandad de Huelva, aunque no fue hasta 1916 cuando hizo su primer camino hasta la aldea almonteña de El Rocío. De esta manera, es la Hermandad de San Juan del Puerto la primera filial que se funda en el pasado siglo XX.

La filial sanjuanera se creó a raíz de la de Huelva. Y es que el paso carros y carrozas de la hermandad capitalina en los últimos años del siglo XIX por las calles de San Juan del Puerto hizo que germinara la semilla de la devoción rociera. Según testimonios de la época, el paso de la Hermandad de Huelva suponía todo un acontecimiento social en el municipio que se engalanaba y se impregnaba de un ambiente festivo. Este hecho se mantuvo en el tiempo hasta 1968, último año en el que la filial de la capital transitó por San Juan del Puerto en su camino hasta la aldea de El Rocío. El año siguiente su caminar hacia la aldea almonteña pasaría por el puente recién construido de la Punta del Sebo.

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